Mercados y bienestar. Varios autores

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Mercados y bienestar - Varios autores

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(1947) se convirtió en un postulado central de la discusión sobre la estática y la dinámica. Hay correspondencia cuando una situación dinámica, en la que las fuerzas se contrarrestan, se asemeja a las condiciones propias de la estática. El estado estacionario, que es intrínsecamente dinámico, se asemeja a la estática. Cuando el análisis se realiza en condiciones de estado estacionario es posible aplicar los teoremas propios de la estática. Y, concluye Samuelson, los principios económicos que son validados para la estática también lo son para la dinámica en una situación de estado estacionario.

      En el pensamiento clásico se supone la existencia de un precio natural que actúa como referente final del precio de mercado (Smith, 1776). Sin una fuerza gravitacional los procesos económicos pierden el ancla, y los valores nominales terminan distanciándose de las cantidades reales. Según Smith (1776), recuerda Chaparro, “el precio natural es, por así decirlo, el precio central, alrededor del cual gravitan continuamente los precios de todas las mercancías”. Se preocupa por explicar las razones que impiden que el precio del mercado se aleje de su precio natural.

      Chaparro explica a los estudiantes el proceso de convergencia del precio de mercado alrededor del precio natural mediante ejercicios realizados en el aula de clase. El punto de partida fue propuesto por Holt (1996)[9]. Según Chaparro, el objetivo del ejercicio es que los estudiantes “descubran el modelo de oferta y demanda por sí mismos” y, además, que comprueben que “incluso en mercados con pocos compradores y vendedores, un mercado competitivo es capaz de producir resultados eficientes”.

      Chaparro, como Cuevas y Smith, también se pregunta por la forma como converge el precio de mercado en el precio natural. El precio natural (p) estaría compuesto de renta (r), salarios (s) y beneficios (b), así que p = r + s + b. El precio natural depende de los costos de producción de largo plazo, de manera que debe permitir la remuneración razonable de los diferentes agentes, dadas las condiciones de riqueza y desarrollo de la sociedad.

      Independientemente de estos resultados prácticos, que son interesantes en sí mismos, queda la pregunta sobre la existencia de un precio natural y sobre el significado de la convergencia. Estas reflexiones llevan, de nuevo, desde la perspectiva de Marx, al análisis sobre la teoría del valor y la transformación de los valores a precios. Y desde la mirada de Sraffa (1960), que apasionaba a Cuevas, habría que indagar si existe un ancla —la “mercancía patrón”— que sirva de referencia para todas las transacciones10.

      IV. EL CAMBIO TÉCNICO Y LA DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO FACTORIAL

      La relación entre los precios relativos y la composición factorial aún es objeto de debate. Cuevas (2000a, 2001a, 2001e) muestra la forma como clásicos y neoclásicos han asumido el análisis de la relación entre la variación en el precio de los factores y el cambio técnico. Subraya la poca evidencia de la causalidad entre el precio del factor y la relación tecnológica. Sobre todo, en el caso del capital. La tasa de interés puede estar determinada por el equilibrio entre el ahorro y la inversión, sin que guarde ninguna relación con el costo del capital. La forma como el precio del factor se relaciona con la intensidad del capital todavía es objeto de análisis. Cuevas (2001a, p. 22) establece la diferencia entre dos procesos, que pueden ser complementarios y simultáneos. El primero es la elección de la industria incipiente, y el segundo es la escogencia de la técnica de producción dentro de cada industria.

      Para el pensamiento clásico siempre fue claro que la relación factorial tenía impactos sobre la distribución del ingreso y de la riqueza. Rojas indaga por el vínculo entre el cambio técnico y la distribución del ingreso. A partir de las matrices insumo-producto se pregunta si hubo cambio técnico y examina su impacto sobre la distribución del ingreso. Comienza definiendo las características del cambio técnico y la diferencia entre el “neutral” y el “no neutral”.

      En Valor y sistema de precios, Cuevas (1986a) insiste en que no es posible comprender el desarrollo de la economía capitalista “sin establecer las leyes que regulan la distribución del ingreso”. El origen estructural de la distribución se debe buscar en la “estructura básica” de la sociedad, que determina la distribución entre salarios, ganancias y rentas. Este es el ingreso factorial, que resulta de las dinámicas de la economía, y no incorpora los efectos de la política fiscal, entendida como la conjunción de impuestos y subsidios.

      En la mayoría de las sociedades la distribución factorial del ingreso es muy desigual porque el mercado tiende a polarizarse. Gracias a que en los países desarrollados la política fiscal es progresiva (impuestos para los ricos y subsidios para los pobres), el Gini se reduce de manera considerable. En Bélgica, por ejemplo, pasa de 0,50 a 0,24. Este cambio muestra que la política fiscal es de carácter progresivo. En Colombia el Gini antes y después —de impuestos y de subsidios— prácticamente no se mueve y permanece en niveles relativamente elevados, cercanos al 0,6. Ello significa que entre nosotros la política fiscal no es capaz de modificar la distribución factorial del ingreso.

      Rojas recuerda el significado que Harrod (1961) le atribuye al cambio técnico neutral. Desde la perspectiva de la distribución del ingreso, es neutral cuando deja “invariable la distribución del producto nacional entre el trabajo (en el más amplio sentido) y el capital”. Observa que, en Colombia, entre 1969 y 2000, no hubo cambio técnico neutral porque empeoró la participación del salario y la distribución del ingreso se deterioró.

      Rojas diferencia tres efectos del cambio técnico: el tecnológico (ET), el distributivo (ED) y el de interacción (EI). Afirma:

      […] un cambio en el sistema de precios obliga a otro cambio en el pago de factores y el modo de utilización de los insumos, hecho que se representa en el EI y mide el cambio originado sobre el sistema de precios producto de la simultaneidad de ambos efectos.

      Esta relación entre el precio del factor y la intensidad del capital es puesta en duda por Cuevas (2001a). En su presentación de lo que llama el modelo “clásico ampliado”, o el modelo “neoclásico general”, la tasa de interés no está determinada por la productividad marginal del capital, sino por el equilibrio entre el ahorro y la inversión.

      Rojas observa que, en el largo plazo, en Colombia la relación inversa entre la tasa de salario y la tasa de ganancia se mantiene constante. El cambio técnico, concluye, ha tenido “un efecto de empeoramiento de la distribución del ingreso”. La participación de los salarios ha caído, y la brecha entre el capital y el trabajo se ha agudizado.

      En general, confirma que desde mediados del siglo XX la economía colombiana no ha logrado mantener una dinámica continua de acumulación. Y, además, se ha vuelto más inestable. La apertura económica aumentó la volatilidad.

      V. LA PARTICIPACIÓN LABORAL Y LA ASISTENCIA AL SISTEMA EDUCATIVO

      El capítulo de Tami es un resumen de su tesis de maestría (

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