El Gran Secreto de la Santa Muerte. Maribel Pedrera Pérez – Maga Beth
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En primer lugar te recomiendo buscar un lugar especial, que sea amplio y confortable. Intenta no mostrarlo a las personas curiosas si es privado, es mejor mantenerlo oculto, ya que potenciará más sus efectos con personas que tengan fe y veneración. Por el contrario si es un altar familiar, debe colocarse en un lugar tranquilo al que se pueda acceder para orar y que tenga buena ventilación.
Si puedes las paredes del altar deben ser de color negro porque protege el hogar, la oficina o el negocio, el techo debe ser morado, y el área del altar se cubrirá con un velo en forma de cortina color morado. El altar se deberá orientar en la pared por donde se oculta el sol, el poniente. Al pie del altar se colocará una pequeña mesa, la cual deberá cubrirse con un paño o mantel negro, que cubrirá la mesa hasta el suelo por los cuatro costados.
En la medida de lo posible, cabe utilizar utensilios que sean de origen natural para que la atracción de la energía y luz sea más poderosa.
Se puede cambiar el paño de la mesa, según el color que necesitemos para nuestras peticiones; potenciando así la atracción de la energía adecuada para cada petición.
Una vez tengas el lugar para poner tu altar, se debe hacer una caja de madera, hierro, de barro o metal o cualquier otro producto de origen vegetal, un poco más pequeña que el altar, donde se colocará encima la Santa Muerte. Se ha de ubicar a nuestra propia altura o incluso en un sitio más alto como manifestación clara de respeto. La caja se debe forrar con tela o terciopelo de color rojo en el interior y de color negro en el exterior. Se le pondrá un candado o cerradura pequeña, y le llamaremos depositario. Dentro se guardarán objetos de poder que servirán de guía a los espíritus celestiales hacia el altar. La llave será custodiada por la persona encargada del altar.
Se recomienda poner en el, huesos de animales nocturnos o en su caso recuerdos de algún difunto, tierra de cementerio, cenizas, o tierra de zonas arqueológicas que contengan gran energía de nuestros antepasados prehispánicos, también se añadirán cuarzos, imanes y algunos cristales.
Cuando esté todo listo se envuelve en un paño morado, preferiblemente, y se atará con un listón delgado, negro o morado. Se introduce en el depositario y se cubre con un paño negro.
Colocaremos a nuestra Santísima Muerte encima y colocaremos velas a cada lado, flores e inciensos. Se sugiere poner un plato de barro, cenicero y un vaso de cristal, que son los utensilios exclusivos de la Santísima muerte.
Para instalar y consagrar este altar el día más propicio es el martes. Por la mañana es ideal la Santa se ha despertado y tiene mucha fuerza con una energía emprendedora y a la que le gustan los retos; por la tarde está en la plenitud de su poder, y a la noche, se manifiesta la energía de las fuerzas ocultas. Para levantar el altar, la persona ha de estar tranquila y serena, sin prisas ni preocupaciones; pues se dedicará en cuerpo y alma a la Santa Muerte.
Para elegir la imagen de la Santísima, puedes elegir cualquier figura que te guste, que se suelen fabricar en barro, resina, fibra de vidrio o papel maché con los diferentes símbolos que antes comenté.
Hay que decidir si se quiere tener una imagen de cuerpo entero, sentada, en un trono etc. También el color según nuestras necesidades espirituales. También puedes poner varias santas, dedicadas a algunos trabajos especiales y colocándolas independientemente con sus ofrendas. Es preferible que escojas una imagen que nos transmita confianza, fe y devoción.
También puedes elegir una imagen impresa o cuadro de la Santa Muerte, si no se dispone de espacio para colocarla. También hay que escoger la que te inspire más confianza, fe y devoción, pues no importa su representación, ya que ella está en todas sus formas. La ventaja de elegir un cuadro o imagen es que puedes transportarla a cualquier lugar y cabe en cualquier sitio.
Para poder seguir hay que consagrar el altar, y debe ser alguien que conozca y maneje energías en el tema mortuorio, con lo que cada cual elige a la persona que más confianza le transmite. Pero si es tu propio altar y lo haces tú, lo puedes pedir tu mismo con mucha fe, porque seremos nosotros quienes lo atendamos y le rindamos culto. Para ello tendrás que limpiarte primero y luego limpiarás el altar. Es muy importante que para hacer cualquier rito lo hagas: has de limpiarte y purificar el cuerpo, el alma y el espíritu. Hay que bañarse en agua caliente, para abrir los poros y te ayudará a recibir las energías que estás a punto de generar.
Después has de vestirte de color blanco, y mientras te estás vistiendo rezarás:
¡Oh! Señor, perdóname te suplico,
he tenido errores, pero me arrepiento,
te pido perdón, por todos los males
que he causado consciente e inconscientemente,
te ofrezco buen comportamiento,
ya que las fuerzas que invoco son de buena fe
y no pretendo hacer ningún mal,
sino que lo hago porque pienso
en la felicidad de esta persona y la mía,
si tú decides lo contrario, lo acepto.”
Se rezan 3 Padrenuestros y 3 Avemarías.
Ritual de limpieza
Se ha de realizar antes de hacer cualquier otro, ya que debe existir un ambiente limpio de energías para poder invocar a la Santa Muerte.
Materiales:
un mortero para mezclar todo
una vela blanca
mezcla para limpiar (en grano): una parte de incienso, una parte de mirra, una parte de ruda, una parte de lavanda, una pizca de chile en polvo
un incensario para poner la mezcla
una copa de cristal con agua y sal
Para empezar has de limpiarte como he comentado antes, porque es fundamental que el ambiente esté limpio y se realice limpieza en el plano físico.
Utiliza el mortero para usar la mezcla para limpiar, la cantidad suficiente para sahumar el ambiente que quieres limpiar. Cuando estés preparado para empezar, enciende la vela y relájate, visualiza la energía negativa que sale de tu cuerpo y ves como te vas limpiando. Deja que se consuma la vela hasta el final y tira lo que quede (aunque no se haya consumido del todo).
Es importante que cuando hayas terminado de limpiarte internamente, visualices que toda esta energía negativa se quema y desaparece.
Bendice el agua, la sal y el incienso (también puedes usar agua bendita), y echa una pizca de sal en el agua. Luego recorre las esquinas de las habitaciones de la casa con el incensario. Detente encada rincón y suelta el humo. Visualiza una luz que se expande y empieza a envolver la casa.
Detente en cada puerta y cada ventana, haciendo lo mismo y recita lo siguiente: “Bendigo esta… (Puerta, ventana, habitación, casa)”.
Una vez hayas terminado, coge la copa con agua y sal y recorre la casa haciendo una cruz con la copa en todas las paredes de la casa. Para finalizar, vuelve al sitio donde quieres poner el altar y