Cuentos Habbaassi IV. Juan Moisés De La Serna

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Cuentos Habbaassi IV - Juan Moisés De La Serna

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qué voy a ayudar a estos que son humanos si son seres terribles?”, pero algo en su interior le dijo que no todos eran iguales que buscase a alguien que era diferente.

      Voló lejos preguntando a sus familiares dónde vivían más humanos y en el centro del bosque encontró a una familia no muy numerosa que tenía por amigos a los animales, eran los DRUIDAS que vivían de y para la naturaleza.

      Así vio cómo se preocupaban de socorrer a un árbol que le había caído un rayo y de cómo le quitaron las ramas y la corteza quemada y le frotaron con sabia sacada de otros árboles que le sobraba y así al poco tiempo el árbol volvía a la vida, pues el tratamiento con tierras y sabia y también con agua en abundancia había dado su resultado. Vio también que los animales bajaban a donde estaban los humanos y no les temían y estos les daban en alguna ocasión de comer y les respetaban.

      Así conoció a un joven que parecía un poco diferente de los demás ya que tenía un defecto en la espalda y no se movía bien. Con mucho cuidado se acercó a él y viendo que parecía dormido se puso en su hombro y cuando estaba tranquilo sintiendo respirar a aquel ser bajo sus patas el niño abrió los ojos y le habló, pero no le habló con el sonido de los humanos que el pájaro no entendía si no que lo hizo con la mente y le entendió, y el niño le dijo,

      –Noté cómo te estabas acercando y he visto que te dábamos miedo, algo habrás visto de otros hombres.

      El pájaro iba hablar y pensó en cómo hacerlo para comunicarse con quien así hablaba y se dio cuenta de que con solo pensar ya estaba hecho pues el niño, le dijo,

      –Piensa y nada más ―Y le contó su historia.

      Él había tenido mala suerte cuando nació pues al salir del vientre de su madre había caído fuera del lugar esperado y se había hecho daño en la espalda y esto le dificultaba el movimiento y también no podía hablar, pero se entendía bien con todos por medio de la mente, y también con los animales ya que todos con la mente pueden hablar igual.

      El pajarillo hizo amistad con aquel joven y vivió con el algún tiempo, pero no veía la forma de ayudarle y se cansó pues se estaba haciendo viejo, y aunque él mismo pensaba que había fracasado al final en el último trabajo acudió al lugar en donde había quedado con el SER PURO DE ENERGÍA, le llamó y apareció el ser puro de energía y le preguntó

      –¿Cómo me llamas?, ¿has terminado los tres trabajos?

      –No ―le dijo el pajarillo―, la verdad es que no he podido terminar el último pero las fuerzas me fallan y al no poder terminarlo quería decírtelo, ya que puede que con solo dos trabajos es posible que encuentres algo para mí aunque sea solo ser pájaro en el lugar donde vives.

      El Ser de energía preguntó y le preguntó y el pajarillo tratando de responder le faltaron las fuerzas y allí mismo murió y su cuerpecillo se quedó encima de una piedra, pero aquel ser metió un dedo dentro de él y sacó el cuerpo energético que tienen los animales dentro y que normalmente no salen a no ser que alguien le ayude y le sacó y poniéndole en su mano le dijo,

      –Eres un humano aunque estabas dentro de un cuerpo pequeño, ahora puedes recobrar tu forma original.

      Al punto aquel ser pequeñísimo, se hizo grande y se formó la figura de un humano de energía, y cuando estuvo terminada su transformación le saludó y le dijo,

      –¿Por qué me has dado este premio?

      –Tú de nacimiento ya eras un humano, pero quisiste bajar a ayudar a los seres inferiores, a los animales, y así siempre que uno entra en un cuerpo físico pierde el recuerdo, y así cuando termina su misión, siempre se tiene que salir del cuerpo físico, pues si no se puede recobrar la figura original, no he hecho nada que no fuera normal te he ayudado y esa es mi misión tú ya eras de por sí humano, y querías recobrar tu naturaleza.

      EL PERRO MUDO

      Estamos rodeados de sonidos, unos somos capaces de escucharlos, y otros (se llaman infra-sonidos o supra-sonidos), y ocurre que la edad, y el contacto con la naturaleza, y la raza y el medio en que nos hemos criado nos faculta para escuchar, en unas bandas de frecuencia mayores o menores.

      Existe una raza de perro que no ladra, y que sin embargo son muy apreciados por aquellos que los conocen, en realidad no se tiene por perros aunque lo sean, porque los nativos de América que los tienen, los consideran AMIGOS.

      Los habitantes de aquellas tierras y sobre todo los niños, conocen muy bien a estos animales, a los que los europeos hemos llamado perros de la pradera, y que tienen especiales particularidades, entre ellas de vivir en comunidad y en protegerse unos a otros, aunque dentro de la comunidad se mantenga la separación de familia, es decir igual que los hombres, los perros mudos se avisan por gestos y por infra-sonidos, que les permite a largas distancias comunicarse, incluso debajo de la tierra donde viven.

      Tienen una especial visión, pues ven el calor que emiten los demás de su alrededor, y de esta manera descubren a quien sea, aunque también, ven los movimientos, y ellos mismos emiten energía de colores o calor corporal, para sus comunicaciones y hacen movimientos diferentes para cada situación.

      Durante mucho tiempo han convivido con los seres humanos, hasta que llegaron los blancos y los empezaron a cazar para alimento, y para coger sus pieles, desde entonces, somos sus depredadores más temidos, pero ¿qué ocurre con los nativos del lugar?, a ellos les permiten acercarse, y les avisan y les defienden en caso de necesidad, entonces y solo entonces emiten un grito, para que aquellos que son vecinos, los de dos piernas no pierdan la vida, ya que intentan hablar en nuestro idioma y nos avisan.

      Claro que tenemos en la naturaleza muchos amigos, si nos diéramos cuenta de que podemos comportarnos con ellos como humanos, porque esta palabra significa, respeto a la vida, a las costumbres, a toda forma de pensar que no haga el mal, y comprobaremos que en todas partes existe un perro de la pradera.

      EL RATÓN VOLADOR

      No creerías que todo lo que se dice en un cuento carece de fundamento y de verdad, son hechos aislados y que de por sí no servirían para nada pero que juntándolos pueden dar ideas y enseñar a los demás como son los animales y cómo somos los humanos.

      El ratón volador existe en realidad aunque no penséis que es un ratón común y no os imaginéis que es el que puede estar en vuestra casa, es un ser especial que vive en los árboles y que tiene una gran cola y también membranas entre las patas, algunos las llaman ardillas, pero veréis que son ratones o si queréis los ratones son ardillas y así todos conformes.

      Hubo un tiempo en que en Etiopía todas sus tierras estaban verdes y cubiertas de abundantes bosques y vegetación y donde el agua corría en todas partes y entonces los animales que había todos vivían de forma distinta a ahora en que las tierras son secas y donde no existen los árboles.

      Muchos de los hombres de antes vivían en los árboles, y no sólo lo hacían por sus creencias en la naturaleza como los Druidas sino como medio normal de sobrevivir.

      Así ocurría entonces y ahora también ocurre que algunos animales desarrollaron diversas posibilidades que les hicieron triunfar y sobrevivir, y este es el cuento de uno de ellos, en Etiopía es un ratón volador vosotros lo conocéis como Ardilla.

      Uno de estos animales que aún no tenía alas, se vio sometido a un gran peligro. Estando en un árbol vino hacia él uno de los reptiles que entonces habitaban en abundancia y el animal advertido del peligro subió y subió con el ánimo de dejar atrás al reptil, pero este que al parecer tenía cierta necesidad alimentaria y ya había dispuesto que el ratón sería su almuerzo, y así siguió detrás

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