Yellow Peril: Aquella Horrible Cara Amarilla. Patrizia Barrera

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Yellow Peril: Aquella Horrible Cara Amarilla - Patrizia Barrera

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allá de cualquier consideración posible, el interés de este libro es el de informar y ayudar a conocer los grandes eventos del pasado, relacionados al old America y su primera relación con la comunidad China. Por lo tanto, solo voy a contar lo que realmente sucedió aquella noche del 24 de octubre de 1882 en Chinatown.

      Bilderrain fue a Negro Valley para robar el oro de Yuen junto a otros compañeros, un “favor” pedido por el mismo Hing para ajustar las cuentas con el canalla de Yuen. La alianza y la protección de Hing, no fue lo suficiente para salvar a Bilderrain de la ráfaga de disparos de los matones de Yuen que estaban de guardia en el callejón. Hay que decir que Bilderrain no era un sheriff oficial sino uno de esos tantos vigilantes autorizados por la misma Policía, para “mantener el orden” en el barrio: por esto cerraban un ojo sobre los acuerdos privados que había entre los vigilantes y la Mafia China, y ambos ojos cuando se trataba de favorecer tráficos clandestinos o asesinatos privados. Por otro lado, la Policía recibía una buena cantidad de los ingresos y controlaba todos los eventos en programa, gracias a una amplia red de informadores. Aquella noche también fue habitualmente informada sobre las intenciones de los vigilantes; su único deber era observar, dejar que hagan y despejar el campo de posibles obstáculos. El mismo Comisario Frances Baker, jefe de la policía de Los Ángeles, tenía tráficos personales con la Mafia, específicamente era especialista en recuperar las esclavas Chinas que en ocasiones lograban escapa, intentando embarcándose clandestinamente hacia Europa. Las recompensas por el acto heroico de recuperar las pobres mujeres, legalmente acusadas de robo, era muy alta: la codicia ataba fuertemente a la Policía con una u otra banda, generalmente con la que pagaba más.

      De acuerdo a las siguientes declaraciones de Yuen, que sobrevivió a la masacre, aquella noche Bilderrain estaba incluso con Hing y por eso se abrió fuego contra él. Mirando hacia atrás hay que creerle. Las dos facciones mafiosas se encontraban en la hora de la verdad: el único deber de la Policía era ser neutral.

      Aquí una extraña imagen de la masacre de Chinatown. Las victimas del linchamiento fueron 19, pero toda la zona fue saqueada, quemada y muchos resultaron heridos.

      Con tal fin, fueron puestos como vigilantes dos viejos conocidos de Los Ángeles, dos policías heroicos que se destacaron en acciones difíciles durante las revueltas Mexicanas, como la captura y la muerte del bandido Tiburzio Vasquez . Estos dos se llamaban Emil Harris y George Garde ; su orden era quedarse en la zona sin involucrarse, cualquier cosa que pasase. Delante de la gente enfurecido no solo no movieron un dedo, sino que, al contrario, amenazaban a aquellos que intentaban hacer cualquier cosa per impedir los linchamientos, según testimonios reputados. Sin embargo, nunca se presentaron ante el juez de instrucción como imputados y más tarde fueron promovidos a los grados más altos de la Policía.

      Thompson fue abatido muy pronto, y esto es cierto.

      Un evento frecuente y ya libre de sorpresas en Chinatown, donde solo en la semana anterior a la masacre habían sido registrados 44 víctimas en los callejones, las cuales 4 policías. Al final, Robert Thompson no era un santo como se decía, sino que la mayoría lo conocían como un traficante, estafador y extorsionista, así como propietario del vil local Blu Wings cuya obligación era el sexo y las drogas. Entonces, ¿ fue lo que desencadenó aquella noche la ira de 500 personas, una tal locura que permitió a la gente torturar, matar y mutilar a sangre fría 19 pobres Chinos capturados al azar, pero también saquear, desmantelar y quemar gran parte de negro Alley ante los ojos de la Policía y de la ciudad de Los Ángeles? Lo sorprendente de aquella noche no es solo el eco de un homicidio al orden del día, pero también la extrema velocidad con la cual la multitud se organizó y, como un solo hombre, irrumpió en el barrio dividiéndose en tramos, cada uno de ellos con una tarea específica. De inmediato salió a la luz del mundo que la masacre fue un evento planeado la cual fueron involucrados por su propia confesión varios peces gordos de la ciudad, así como grandes políticos. He aquí algunos nombres: empezamos por H. M. Mitchell, periodista del Star, Sheriff del Condado que después se unió a la riquísima familia Glassel. En poco tiempo se habría convertido en líder del Partido Democrático, se dice que fue gracias a su artículo relacionado con la masacre, que justificaba con fuerza la ciudad “

      Y qué del rico comerciante JH Weldon que, terminada la masacre, se fue a beber un bar de la zona con la camisa toda manchada de sangre gritando con alegría ¡ Harris Newmark , uno de los empresarios más reputados y ricos de Los Ángeles, confesó sinceramente de haber visto a Thompson en el suelo y de haberse ido a su casa a festejar. QUE COSA , no se sabe. Aun así el empresario no pareció ser ajeno a los hechos, sobre todo cuando se descubrió durante el juicio que tenía estrechas relaciones con los policías Celis y Kerren , a su vez sospechosos de haber disparado a Thompson o de haberlo metido en el callejón donde estaban escondidos los mafiosos. ¿Y qué pensar del Policía Francis Baker ? En el juicio que en todo ese alboroto de gritos, torturas e incendios “ ” dejando así la ciudad a merced de la locura.

      La verdad sobre los hechos, los actos procesales y toda la documentación sobre el juicio de pega que mostró el lado oscuro de toda una ciudad salió a la luz gracias al minucioso trabajo John Johnson Jr. que, 140 años después de la masacre, logró tener acceso a la célebre biblioteca de Hungtington .

      Los datos muestran claramente que Política, Instituciones e Intereses Personales estaban en la raíz no solo de la masacre sino también de la crisis económica y del clima de desesperación general que habían hundido California, y sobre todo la ciudad de Los Ángeles, al caos total. Apoyado sobre un sustrato de Racismo Constitucional que había privado a los Chinos de cualquier derecho humano y de una dimensión jurídica fue fácil indicarlos como enemigos de la comunidad, y por lo tanto de la opinión pública.

      LA VERDAD SOBRE LA MASACRE

Antecedentes

      Todo comenzó en 1869, cuando fue terminado el transcontinental en Utah , el Pacific Transcontinental , éxito de un gran plan de reconstrucción por el Gobierno de los Estados Unidos, para incrementar la economía después del desastre de la Guerra de Secesión.

      Los transcontinentales, es decir la unión de las Costas del Pacifico con las del Atlántico, significaban comercio, expansión y riqueza en un periodo donde las grandes ferrovías comenzaban a propagarse en Europa con timidez. La empresa Americana fue enorme y de gran respeto en línea con su tradición, y fue el modelo para el Sistema Capitalista que a partir de ahí se difundió. Para un negocio como ese claramente fue necesario invertir muchísimo dinero y el Gobierno tuvo una enorme deuda pública, contando con el hecho que habría recuperado los gastos con la venta del oro gracias al sistema New York Gold Exchange, que tenía el deber no solo de favorecer el campo abierto sino también controlar el valor del oro y mantenerlo estable.

      La Pacific Railroad inaugurada en 1869 fue una empresa colosal, que involucro dos grandes compañías que nacieron a tal fin, la Union Pacific y la Central Pacific, pero también comprometió mucho al Gobierno de los Estados Unidos. La construcción de la ferrovía, que unía dos puntos estratégicos para los comercios Americanos, es decir la costa Atlántica con California y el

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