Cristales. Guía Práctica. Karen Frazier

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Cristales. Guía Práctica - Karen Frazier

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Y así también la de tu cuerpo y la de los cristales.

      Los seres humanos calibramos la energía mucho mejor de lo que podrías llegar a imaginar. Incluso la gente que tiene pocos conocimientos de energía, o de energía curativa, es capaz de sentir «malas vibraciones» en presencia de ciertas personas. Cuando experimentas esto, estás sintiendo la energía y reconociendo que la vibración energética de alguien no es compatible con la tuya.

      Los cristales en la tecnología

      El cuarzo se ha venido utilizando en la tecnología desde finales del siglo xix, cuando se demostró por primera vez el efecto piezoeléctrico. El cuarzo, que se emplea para crear osciladores que vibran en una frecuencia altamente precisa, tiene muchas aplicaciones en aparatos tecnológicos que requieren gran precisión, como el sonar, los relojes, las emisoras de radioaficionados (onda corta) y muchos otros.

      RADIOS MILITARES. En la Segunda Guerra Mundial, los militares utilizaron osciladores de cuarzo para controlar la frecuencia de las emisiones y recepciones de radio, según un artículo aparecido en IEEE Transactions on Ultrasonics, Ferroelectrics, and Frequency Control. Los osciladores eran muy precisos, pero difíciles de fabricar en masa.

      APARATOS ELECTRÓNICOS DE USO PRIVADO. Según la base de datos de la Coalición para los Recursos Minerales, los fabricantes utilizan cuarzo fabricado para uso electrónico en circuitos impresos, teléfonos móviles y equipos similares. La web CNet informa de que el cuarzo en su forma natural y otros cristales piezoeléctricos se usaron para fabricar un ordenador experimental rudimentario que transmitía o recibía señales como luz o sonidos aleatorios.

      RELOJES. Debido a la precisión que tienen los osciladores de cuarzo, se utilizan en relojes, que necesitan esa precisión para llevar bien el tiempo. Solo se utiliza una pieza diminuta de cuarzo, según The Watch Company, pero oscila de una manera tan precisa que la variación anual es de tan solo unos pocos segundos.

      ¿Has estado alguna vez cerca de una persona verdaderamente negativa y has sentido que tu humor se hundía solo por estar a su lado? Y a la inversa, ¿has estado alguna vez junto a una persona altamente positiva y has sentido que tu estado de ánimo se elevaba? Esto es la sincronización, que se define como la tendencia que tiene un sistema vibratorio a afectar a otro de modo que los dos vibren en sincronía.

      Piensa en tu ritmo circadiano (de circa dies, ciclo de aproximadamente un día), que también se conoce como «reloj biológico». Tu ritmo circadiano te sincroniza con los ciclos de luz y oscuridad para comunicarle a tu cuerpo cuándo tiene que dormir. Todos los mamíferos tienen lo que esencialmente es un reloj central, situado en el hipotálamo, esa parte del cerebro que responde a señales energéticas que marcan el paso del tiempo; de esa manera saben cuándo dormir y cuándo despertar. Mi reloj orgánico funciona estupendamente: no he utilizado un despertador en muchos años, porque, según parece, está muy bien alineado con las señales que recibe.

      Soy de los que dicen «no me lo cuentes, muéstramelo»; disfruto sabiendo cómo y por qué funcionan las cosas. Por eso no es de extrañar que uno de los temas que me fascinaban cuando estudiaba las propiedades de los cristales era todo lo relacionado con sus efectos eléctricos. En los cristales se dan dos tipos de efectos eléctricos:

      EFECTO PIEZOELÉCTRICO

      El efecto piezoeléctrico aparece cuando cristales no conductores (algunos cristales son conductores y otros no lo son) generan una carga eléctrica al someterlos a tensión mecánica. El cuarzo es uno de los cristales que manifiestan piezoelectricidad, lo que hace que su utilización sea muy popular en aparatos como radios, relojes y otros circuitos integrados digitales.

      EFECTO PIROELÉCTRICO

      Los cristales piroeléctricos, como la turmalina, generan corriente eléctrica cuando se calientan o se enfrían, según la web ­ScienceDaily.com. El Journal of Physics da cuenta de que existen muchas aplicaciones para la piroelectricidad, por ejemplo la transformación de corriente eléctrica y la detección por infrarrojos, entre otras.

      Como ocurre con toda la materia, los cristales tienen su vibración propia. También el cuerpo humano tiene su propia vibración y está sometido a la sincronización cuando entra en contacto con otras vibraciones. Así pues, cuando trabajas con cristales, estos pueden cambiar las energías de tu propio cuerpo, mente y espíritu por medio de la sincronización, del mismo modo que la vibración del cristal también puede cambiar ligeramente. Como los cristales tienen por lo general vibraciones más altas que las del cuerpo humano, tienden a elevar nuestra vibración. Es muy provechoso para nosotros vibrar a una tasa más alta, porque eso nos permite avanzar espiritualmente y desplazarnos en direcciones mentales, físicas y emocionales más positivas.

      Es probable que hayas oído hablar de místicos, médiums, y sanadores energéticos y metafísicos que dedican horas a la comunicación con el espíritu, la meditación y otras prácticas similares, y que están muy sintonizados con la energía que los rodea. No quiero sugerir que te transformes en uno de ellos; simplemente intento ofrecer consejos prácticos para que la gente de a pie cambie su energía trabajando con cristales. ¿Y cómo podemos interactuar con las piedras de una manera significativa?

      PERMANECE ABIERTO A LA EXPERIENCIA. Comprendo lo que es tener una mente escéptica. La primera vez que experimenté un cambio notable como resultado directo de utilizar un cristal, ­podrías haberme derribado con el toque de una pluma. No ­solamente era que no creía realmente en nada de esto, sino que si alguien me hubiera dicho, cuando salía por la puerta ese día para acudir a la consulta de una terapeuta energética, que utilizaría un cristal para aliviarme y liberarme de unas anginas pertinaces, es posible que ni siquiera me hubiese presentado. Y eso habría sido verdaderamente lamentable.

      DEJA DE LADO TODA IDEA PRECONCEBIDA. En lugar de eso, entra en la experiencia con actitud de curiosidad y sin decirte nada acerca de si puede funcionar o no.

      DEJA DE LADO CUALQUIER EXPECTATIVA DE RESULTADO. He descubierto que tener expectativas limita lo que experimento. Por lo tanto, intento no tenerlas cuando me sumerjo en una experiencia, porque el universo podría tener planes mucho más grandes para mí de lo que podría imaginarme. En lugar de establecer una expectativa con respecto a un resultado concreto, concédete estar en el momento mientras trabajas con un cristal y observa adónde te lleva eso.

      EMPIEZA CON UN CRISTAL QUE TE ATRAIGA FUERTEMENTE. Para un primer cristal con el que trabajar, hazte con uno que te emocione. Si es alguno de los cristales que te recomendaré después, estupendo; si no lo es, también está bien. Si encuentras un cristal que verdaderamente te atraiga, utilízalo para tu trabajo de curación. Lo más probable es que te llame por alguna razón.

      La experiencia con los cristales es única para cada persona. Aunque puedo compartir contigo mis experiencias, al final lo que importa son las tuyas. De modo que te animo a intentarlo y a que te permitas estar abierto a cualquier sensación que notes. Sujeta un cristal. Estate en el momento y observa lo que sucede. Presta atención a lo que piensas, a tus sentidos y a tus sentimientos. Permite. Deja que la experiencia te convenza.

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