Un amor arriesgado - El príncipe y la camarera. Sarah Morgan
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Editado por Harlequin Ibérica.
Una división de HarperCollins Ibérica, S.A.
Núñez de Balboa, 56
28001 Madrid
© 2020 Harlequin Ibérica, una división de HarperCollins Ibérica, S.A.
N.º 227 - noviembre 2020
© 2000 Sarah Morgan
Un amor arriesgado
Título original: Worth the Risk
Publicada originalmente por Harlequin Enterprises, Ltd.
© 2008 Harlequin Books S.A.
El príncipe y la camarera
Título original: The Prince’s Waitress Wife
Publicada originalmente por Harlequin Enterprises, Ltd.
Estos títulos fueron publicados originalmente en español en 2001 y 2009
Todos los derechos están reservados incluidos los de reproducción, total o parcial.
Esta edición ha sido publicada con autorización de Harlequin Books S.A.
Esta es una obra de ficción. Nombres, caracteres, lugares, y situaciones son producto de la imaginación del autor o son utilizados ficticiamente, y cualquier parecido con personas, vivas o muertas, establecimientos de negocios (comerciales), hechos o situaciones son pura coincidencia.
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Las marcas que lleven ® están registradas en la Oficina Española de Patentes y Marcas y en otros países.
Imagen de cubierta utilizada con permiso de Dreamstime.com.
I.S.B.N.: 978-84-1348-924-7
Conversión ebook: MT Color & Diseño, S.L.
Índice
Capítulo 1
ALLY estaba helada.
La noche anterior, sentada frente a la chimenea, un paseo por la montaña le había parecido una gran idea. Solitario. Vigorizante. Bueno para su alma. Algo para lo que ya apenas tenía tiempo. El parte meteorológico había anunciado una temperatura agradable…
¿Cómo podía equivocarse tanto? Si alguna vez ella hacía un diagnóstico tan desacertado, la demandarían inmediatamente, pensó, cubriéndose las orejas con el gorro de lana.
Resignada, se metió dos dedos en la boca para lanzar un silbido y esperó hasta que una bola de pelo apareció entre la niebla y paró frente a ella, moviendo alegremente la cola.
–No sé por qué estás tan contento, yo estoy a punto de congelarme. Venga, vámonos a casa –dijo, acariciando al animal. Pero al darse la vuelta, algo la dejó paralizada. Su perro lanzó un gruñido–. ¿Tú también has oído eso?
Ally aguzó el oído, pero no escuchó nada. Solo el viento, que ululaba con fuerza.
¿Había sido el viento o un grito de ayuda?