Ley de la autocreación. Felix Torán
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Estará aplicando positivamente la ley de la autocreación, y por tanto logrará un crecimiento personal positivo. Y lo será en tanta medida como energía invierta. Cuanto más energía invierta en los retos propuestos, mayores resultados obtendrá.
Este libro, por lo anteriormente explicado, es resultado de más de diez años de experiencia en el campo de la superación personal, y de la motivación a través de sencillos retos, que miles de personas han aceptado y siguen aceptando, obteniendo resultados siempre positivos, y a menudo sorprendentes. Y además es, por supuesto, fruto de una incesante interacción con dichas personas, que ha permitido ir recolectando resultados y mejorando los retos y la forma de presentarlos. La lectura de este libro y la puesta en marcha de los retos con entusiasmo y perseverancia, le proporcionarán unos resultados tan sorprendentes —o quizás más— que aquellos que experimentaron dichas personas.
El hecho de que usted tenga este libro en sus manos, representa una gran parte del camino recorrido. Significa que usted tiene voluntad de superarse como persona, de ser más feliz. Y esto tiene un valor importantísimo. No son muchas las personas que llegan hasta este punto. Pero sin duda, quienes tienen éxito y conocen la felicidad, han pasado por tomar tan acertada decisión. ¡Le felicito sinceramente por ello!
Después, el hecho de aceptar los retos y aportar su voluntad de llevarlos a cabo representa otra gran parte del camino recorrido. Si aporta su esfuerzo, perseverancia, fe, y paciencia, se dará cuenta de que los resultados aparecen mucho antes de lo que podría imaginar.
Permítame remarcar un punto muy importante: los méritos derivados de aceptar dichos retos son suyos, y por adelantado, le felicito. Verdaderamente… ¡Merece la pena tomar esa decisión y no se arrepentirá!
¿Qué necesito emplear para lograr que este libro me proporcione resultados positivos?
En multitud de campos del conocimiento, es sencillo encontrar libros que requieren del uso de una serie de recursos para llevarlos a la práctica. Y no siempre son recursos sencillos de encontrar. En muchas ocasiones incluso no son en absoluto económicos. Tómese como ejemplo el de algunos libros que explican cómo utilizar determinadas herramientas informáticas, que no son accesibles a todos los bolsillos.
Me alegra poder darle una buena noticia al respecto. Para llevar este libro a la práctica, no deberá adquirir ninguna herramienta adicional, ni tampoco llevar a cabo inversiones económicas en recursos adicionales. De hecho, más bien lo contrario. Como demuestra la experiencia, el hecho de poner seriamente en marcha los retos presentados en este libro le conducirá a un progreso mucho más rápido hacia la consecución de sus metas, lo cual —generalmente— termina traduciéndose también en una mejor economía, entre otras cosas.
Únicamente va a necesitar un recurso muy valioso que todos poseemos: nuestra mente. Aunque, a dicho recurso, es necesario aportarle una serie de complementos esenciales, sin los cuales no podría obtener resultados palpables. En primer lugar, es muy importante aportar voluntad de crecimiento personal. Como decía anteriormente, el hecho de que usted tenga este libro en sus manos ya indica dicha voluntad, por lo cual le felicito de nuevo.
También es necesario aportar entusiasmo, esa especie de gasolina que le permitirá poner el motor en marcha y pasar a la acción con gran motivación y emociones positivas.
Es igualmente importante creer en uno mismo, estar completamente convencido de que los retos van a funcionar. Otórgueles una oportunidad a estos retos. Han funcionado con miles de personas, y van a funcionar igualmente con usted. Pero jamás podrán dar resultados positivos si usted parte de la base de no confiar en su eficacia. Asimismo, es muy importante creerse completamente merecedor de una vida siempre mejor. Usted lo merece, no lo dude ni un instante.
La paciencia es otra importante virtud. Los retos que aceptará no van a surgir efecto de forma inmediata, ni en el plazo de tiempo que nosotros impongamos. Recordemos que en el Universo todo tiene un tiempo de gestación, y que por tanto no podemos acelerar el ritmo natural de las cosas. Esto no está reñido, en absoluto, con la eficacia. Se puede ser paciente, y a la vez eficiente.
Entiendo que este último punto no es sencillo de asimilar, y por ello, mi primer reto tiene lugar aquí mismo. Le propongo en convertirse en una persona proficiente. Esto significa ser efectivo y eficaz. Efectivo porque produce los resultados esperados. Y eficaz porque los produce de la forma más rápida posible, siempre aceptando que hay cosas que no se pueden acelerar, y por tanto no perdiendo la salud en el intento. Le pongo un ejemplo simplificado. Si dos tareas consumen un cierto tiempo y por su propia naturaleza no se pueden hacer más rápidamente, no debemos gastar energías en intentar que se hagan más rápido —con el consiguiente estrés innecesario que vamos a generar—. Debemos aceptar que cada tarea lleva su tiempo. Pero por otro lado, hacer primero una tarea y después la otra tampoco es lo más acertado. Sin embargo, si es viable, podríamos lanzar ambas tareas en paralelo, y aceptar que cada una de ellas producirá resultados en un plazo que hemos podido estimar de forma razonable, que no se puede acelerar más, y que hemos aceptado. El resultado es que obtenemos más resultados, en menos tiempo, y no sufrimos innecesariamente por ello.
En el caso particular de este libro, perfectamente puede lanzar varios de los retos en paralelo, pero tenga en cuenta que los resultados suelen llevar varias semanas (típicamente tres) en aparecer, aunque probablemente antes de dicho periodo ya percibirá ciertos resultados preliminares que mantendrán su motivación en los máximos niveles.
La información que se presenta en este libro no es accesible a (ni aplicable por) únicamente un conjunto de mentes privilegiadas. El éxito no es algo reservado a las personas con un elevado coeficiente intelectual o CI (que es el resultado de un test que mide una porción de las capacidades mentales de un individuo). Quienes llegan al éxito no lo hacen utilizando únicamente las capacidades que mide un test de CI, sino por muchas otras cualidades como aquellas que definen a la inteligencia emocional. Por supuesto, entre las personas que alcanzan los mayores niveles de éxito, hay un porcentaje que posee un coeficiente intelectual superior a la media. No podemos negar que es un recurso muy valioso para avanzar con rapidez hacia la cima. Pero, sin embargo, no es —en absoluto— una condición suficiente para el éxito. En esa cima, se encuentra un número muy considerable de personas que poseen un coeficiente intelectual situado en el nivel promedio. Existen diversos estudios basados en la experiencia de profesores de prestigiosas universidades, que revelan que un considerable porcentaje de alumnos con elevado CI —lo que evalúan principalmente los sistemas educativos actuales— no han tenido un nivel de éxito llamativo en sus posteriores emprendimientos profesionales y personales.
Como bien dice el escritor y orador norteamericano Brian Tracy2, si nos fijamos en una persona que ha labrado una carrera de éxito por sí misma, y pensamos y actuamos como dicha persona lo ha hecho, entonces lograremos un nivel de éxito similar.
En efecto, si tomamos como ejemplo una persona que ha llegado a donde nosotros queremos llegar, y adquirimos sus hábitos de comportamiento, entonces lograremos que nuestra mente se programe adecuadamente para ayudarnos a llegar a convertirnos en ese tipo de persona que anhelamos ser: la persona que obtiene los resultados que deseamos lograr.
Ahí se puede apreciar el poder del hábito, que es igualmente grande para lo positivo como para lo negativo, de ahí la importancia de adquirir los hábitos apropiados, y de ahí la presentación de una serie de retos cuidadosamente seleccionados. En efecto, si nos comportamos, hablamos y pensamos tal y como lo haríamos si ya fuéramos el tipo de persona que deseamos ser, entonces con la repetición se formarán hábitos apropiados. Nuestra mente subconsciente se convertirá en nuestra aliada. Nuestro cerebro comenzará a programarse acordemente, a organizarse, a crear las oportunas conexiones neuronales, que nos ayudarán a conseguir lo que deseamos. Y cuando el subconsciente ya ha absorbido esos pensamientos, entonces