Poder evangélico. Ariel Goldstein
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Roe vs. Wade y la formación de la Mayoría Moral
En 1973 se produjo por parte de la Corte Suprema de Estados Unidos el fallo Roe vs. Wade, que permitió el acceso de las mujeres al aborto, basado en el “derecho a la privacidad” de la Decimocuarta Enmienda a la Constitución.43 Esta situación, entendida por los evangélicos como una amenaza, los llevó hacia una entrada en la política. Uno de los articuladores de este movimiento conservador, el pastor Jerry Falwell, señaló al respecto: “La decisión del Tribunal Supremo de legalizar el aborto por demanda hizo más para destruir nuestra nación que cualquier otra decisión que haya tomado”.44 Roe vs. Wade sirvió como factor unificador que hizo dejar de lado las diferencias en pos de una unión de la derecha religiosa.45
En 1976, el demócrata Jimmy Carter asumió como el primer presidente evangélico, representando una visión que unía su filiación religiosa con una denuncia de las injusticias sociales. En oposición a sus políticas progresistas, un nuevo movimiento evangélico, blanco y conservador se fortaleció a lo largo de su presidencia. En las elecciones de 1980 Carter perdió la continuidad en la Casa Blanca con Ronald Reagan, quien contaba con el apoyo de dos tercios de los votantes blancos y evangélicos.46 La derrota de Carter significó la caída del evangelismo progresista en la escena nacional.47 Al igual que Donald Trump, Reagan trazaba en sus discursos una diferenciación entre el pueblo estadounidense, al cual reivindicaba, en oposición a una “pequeña elite intelectual” de Washington.48
Un aspecto clave que galvanizó a la nueva derecha cristiana fue la intención de Carter por poner en riesgo la existencia de las escuelas cristianas, lo que fomentó la movilización de los evangélicos conservadores en defensa de la segregación. Carter había obtenido 56% del voto bautista de los blancos, pero luego terminó siendo identificado con los liberales del norte y las feministas.49
Patrick Buchanan, el escritor de los discursos de Nixon, había pedido al entonces presidente una contraparte conservadora frente a la influencia que ejercía el think tank liberal de izquierda Brookings Institution en Washington.50 Como respuesta a este pedido, Paul Weyrich, pastor de la iglesia ultraconservadora Melkite Greek, quien mezclaba política y religión en la lucha contra “el comunismo”,51 participó de la fundación del think tank conservador Heritage Foundation. Además, desarrolló estrategias clave para la aproximación entre evangélicos y republicanos en oposición al aborto y los derechos para las minorías sexuales.
Durante la presidencia de Ronald Reagan, actor de Hollywood y ex gobernador de California, quien estableció las bases del programa neoliberal y galvanizó a los republicanos, se definieron las líneas del actual sistema político de Estados Unidos, cruzado por las luchas de los conservadores contra el aborto y las feministas a favor del fallo de Roe vs. Wade.52
En 1979 se produjo la formación de la llamada Mayoría Moral, donde Jerry Falwell, un predicador conservador de una pequeña iglesia en Virginia, se asoció con Paul Weyrich. Este último entendió el potencial de movilizar a los evangélicos y decidió en 1978 convocarlos en rechazo al aborto. Una semana después de su primer servicio, Falwell comenzó a predicar en un programa de radio local los domingos, para pronto hacerlo en la televisión. Usó el medio televisivo para evangelizar, comprando tiempo de TV en distintos canales.53 Según el periodista Cal Thomas, que fue vicepresidente entre 1980 y 1985 de la Mayoría Moral, se buscaba que católicos, judíos, mormones y protestantes conservadores formaran un bloque conjunto. Falwell escribió que “la familia es el bloque de construcción fundamental y la unidad básica de nuestra sociedad, y su salud continua es un requisito previo para una nación saludable y próspera. Ninguna nación ha sido nunca más fuerte que las familias que la componen”. Ese discurso en defensa de “la familia” les permitió ampliar su influencia a círculos que excedían grupos religiosos, entre aquellos que tenían una visión conservadora sobre el orden social.54
Falwell se oponía a toda asistencia estatal y predicaba el libre mercado. Unió este frente en defensa de “la familia”, destacando que “la idea de que política y religión no se juntan fue inventada por el diablo para evitar que los cristianos dirijan su propio país”.55 Sostenía que era el deber de un evangélico actuar en política de forma colectiva, saliendo del individualismo, al considerar que el destino de Dios también rige sobre las naciones. Logró crear un movimiento fundamentalista con extensión nacional, opuesto a la revolución social de ampliación de derechos para las minorías que había caracterizado los 60.56
Falwell consiguió establecer la unión entre republicanos y evangélicos sobre temas comunes. Desarrolló el uso de la radio y la televisión debido a su rapidez y utilidad para atraer nuevos miembros. La iglesia de Falwell era un modelo que ofrecía distintas instituciones de contención social a grupos perjudicados. En 1971, Falwell estableció la Liberty University, una universidad para cristianos evangélicos: “Si se pudiera poner tanto esfuerzo en ganar personas para Jesús a través de la tierra como se está ejerciendo en el actual movimiento por los derechos civiles, Estados Unidos se daría vuelta hacia Dios”.57
Falwell, Pat Robertson y los Bautistas del Sur lideraron la cruzada contra el “humanismo secular” y la agenda progresista en materia de género, los derechos para las minorías sexuales y el aborto. Formaron la Mayoría Moral, la Voz Cristiana y la Mesa Redonda Religiosa. Falwell se opuso a la rebelión cultural de los 60 en todas sus manifestaciones, impulsando a los cristianos a ingresar en política para evitar “la destrucción de la nación”.
Este período contó también con la fuerza propulsada por el activismo de Phyllis Schlafly, una activista antifeminista conservadora.58 Desde la radio y la televisión, desarrolló una prédica dirigida a alimentar los temores del cambio social en los estadounidenses, obteniendo una fuerte influencia en las mujeres, en las iglesias, y en el Partido Republicano.59 Con su “ejército de mujeres” y aliada a los evangélicos, defendía la permanencia del rezo obligatorio en las escuelas y se oponía a la Enmienda de Derechos Igualitarios, que buscaba proveer a las mujeres de los mismos derechos que a los hombres. Su libro A Choice Not an Echo, en el que divulgaba teorías conspirativas contra el establishment estadounidense, vendió tres millones y medio de copias.60
Durante la década del 70, los evangélicos fueron accediendo a más canales de radio y televisión, lo que incrementó su influencia en la política de Estados Unidos.61 Estos grupos recibieron el apoyo de la red de medios Christian Broadcast Network, que tiene como dueño y operador a Pat Robertson, pastor religioso que fue candidato en las elecciones primarias del Partido Republicano en 1988. Robertson ha usado los medios para unificar y movilizar a la base cristiana evangélica conservadora.62 Robertson aparecía en un show semanal llamado El Club 700. En 1980 organizaron la marcha “Washington para Jesús”, a la que asistieron alrededor de quinientos mil cristianos conservadores.63
Ralph Reed y Pat Robertson continuaron la tarea de Falwell, armando la Coalición Cristiana. Reed acercó votantes “profamilia” al Partido Republicano.64 Ya en los años de Bill Clinton, 75% del voto blanco evangélico iba para el Partido Republicano. Clinton fue el último presidente demócrata que tenía conexión con el electorado blanco y evangélico, en parte por ser miembro de la Convención Bautista del Sur. Robertson y los cristianos evangélicos establecieron una sólida vinculación con George W. Bush, quien había tenido una conversión religiosa evangélica, hablaba su lenguaje y los hacía parte del Gobierno, como con los pastores James Dobson y Richard Land.
Mientras que Obama consiguió el apoyo de una pequeña parte del electorado evangélico para su candidatura, Hillary Clinton, la contendiente de Trump en 2016, tuvo un desempeño más bajo en este segmento del electorado.65
Trump: el lobby evangélico y republicano en el poder
Si bien la unidad histórica y cultural de la derecha