Tanzania, Kilimanjaro, Zanzíbar. vvaa

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Tanzania, Kilimanjaro, Zanzíbar - vvaa Petit Futé

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amamantar a las crías, y a estas alimentarse bien después del destete. Además, estos nacimientos agrupados permiten a cada especie sobrevivir, ya que el número de nacimientos es muy superior a las necesidades de los depredadores.

      

      Elefantes: en riesgo de extinción definitiva

      Elefantes: en riesgo de extinción definitiva - Elefanta y su pequeño en el Parque Nacional de Tarangire

      © BruceBlock – iStockphoto.com

      La caza furtiva es en la actualidad una amenaza real de extinción para los elefantes en Tanzania, que era uno de los países de África con mayor población. Con treinta animales sacrificados al día por término medio en el país, el futuro de este gran mamífero es negro, máxime cuando el fenómeno, impulsado especialmente por la demanda china, tiende a agravarse a pesar de la reciente toma de conciencia de las autoridades públicas tanzanas. La población local de elefantes ha caído un 60% desde 2009. Las incautaciones de marfil en Europa o el sudeste asiático —cargamentos procedentes de Tanzania— han sido frecuentes en los últimos años. En mayo de 2014, en una conferencia en Dar es Salaam, la Sociedad Protectora de los Elefantes de Tanzania (TEPS) mencionó incluso un plazo cercano (2020) en el que los paquidermos podrían haber desaparecido por completo. Según la ONG, la lucha del Gobierno tanzano es inútil debido a la corrupción endémica en su seno: los oficiales, en lugar de luchar contra la caza furtiva, serían por el contrario parte interesada en el tráfico, conchabados con las más altas autoridades chinas, que se aprovechan de los viajes oficiales.

      Reptiles

      Los reptiles son animales vertebrados rampantes, de respiración pulmonar y temperatura variable, recubiertos de escamas queratinizadas; son los parientes más cercanos de los dinosaurios antes de las aves. Destacan los ofidios (serpientes), los saurios (cocodrilos, lagartos, entre ellos los camaleones) y los quelonios (tortugas). Carecen de oídos internos. No incuban los huevos sino que los entierran, con excepción de las pitones, alrededor de cuyos huevos la madre se acurruca. No se observa en los reptiles ningún comportamiento parental: los pequeños son independientes desde la eclosión. Todos consumen caliza de una forma u otra para la osificación.

      Las serpientes tienen ojos sin párpados, una lengua bífida exploradora, pequeños dientes ganchudos capaces de retener a las presas y, además, en algunas especies, dos colmillos conectados a una glándula venenosa por un canal abierto o cerrado, que utilizan para defenderse o para capturar a una presa. Son capaces de ingerir presas enormes que no pueden masticar, y la digestión puede ser una verdadera prueba fisiológica durante varias semanas. Su piel se renovará de una sola vez durante la muda; dejando una larga camisa. Avanzan mediante reptación, natación o salto. Como en los huevos de aves, los embriones se alimentan absorbiendo toda la clara del huevo, gran parte de la yema, y un poco de la caliza interior de la cáscara para la osteogénesis. En la eclosión, rompen la cáscara con un diamante, protuberancia córnea en la mandíbula superior, que desaparece en 48 horas.

      Aves

      Las aves constituyen una riqueza inaudita, todavía muy desconocida en países latinos como España. Descienden de un reptil volador, el pterosaurio, que vivió hace 200 millones de años. Sus pulmones se prolongan en varios lugares del cuerpo. Las patas tienen un revestimiento escamoso parecido a la piel de los reptiles. Las largas patas desnudas de las zancudas evitan mojarse las plumas cuando buscan larvas, insectos, peces o anfibios en los ríos y pantanos. Las plumas sirven para aislarlas de la humedad, del viento y del frío, para camuflar tanto al depredador como la presa potencial, comunicarse aprovechando, por ejemplo, su hinchazón, en particular en las operaciones de intimidación o en los desfiles que se pueden ver sobre todo entre las grandes aves (avestruces, secretarios, rapaces en vuelo) y, por supuesto, para volar, con una técnica y una eficacia que los ingenieros todavía tienen dificultades para reproducir.

      El ala de un pájaro funciona a la vez como el ala y la hélice de un avión. El desgaste de su extremo proporciona una idea de la edad del ave, por ejemplo entre los buitres. También se distinguen las plumas de la cola, esenciales para el control de la estabilidad de profundidad, las plumas cobertoras, de mayor número, y el plumón. Entre los diferentes tipos de vuelo se encuentran el vuelo vibrado, el vuelo batido, el planeo y el vuelo libre. Los pelos en la base del pico son también una forma primaria de pluma.

      En la mayoría de las especies hay dos periodos de muda: una, más bien parcial, antes del período de reproducción, y la otra, a veces completa, después. En algunas especies esta muda no se desarrolla gradualmente, sino por el contrario, en un corto espacio de tiempo, durante el cual son incapaces de volar (como en las ocas egipcias). Una glándula, situada cerca de la cola, segrega una sustancia oleosa con la que el pájaro se untará las plumas por medio de su pico para hacerlas impermeables. Esta glándula está muy desarrollada en las aves acuáticas, pero no se encuentra en el avestruz, por ejemplo. Los colores a veces muy intensos de las plumas se deben a pigmentos como la melanina y los carotenoides durante el crecimiento. Las aves tienen entre 11 y 25 vértebras cervicales frente a 7 entre los mamíferos. Sus huesos huecos, carentes de médula, permiten una ligereza que propicia el vuelo. Las aves son capaces de bloquear los músculos fuertes de sus patas incluso mientras duermen, lo que les permite, entre otras proezas, permanecer en una rama sin caer.

      Su vista, que es su principal sentido, es en general excelente. Sus ojos están orientados lateralmente (excepto entre las rapaces nocturnas) y los ejes ópticos conforman un ángulo de 90 grados en algunos depredadores, lo que permite una visión binocular y la localización de las presas desde muy lejos. Compensando la escasa dimensión del campo (a 145 grados en algunos columbiformes), la movilidad del cuello permite a las aves ver venir a un agresor por detrás.

      Entre las emisiones vocales, se pueden distinguir los gritos y las llamadas de contacto (con otros, para señalar su posición, alertar, etc.) y de cortejo (desfile); el canto, sobre todo utilizado para proclamar sus pretensiones en un territorio o para cortejar; y, por último, los trinos básicos de las crías de aves en perfeccionamiento. El estudio de los cantos ha demostrado que existen tipos de «dialectos regionales», ya que no todas las especies emiten los mismos tipos de cantos.

      Las aves se alimentan sin ninguna masticación. No cortan, sino que desgarran, incluso las rapaces. Esto provoca un desgaste del pico gradual que se ve compensado por su crecimiento continuo. La diversidad de las formas de pico es considerable; por supuesto, condiciona el tipo de alimentación. Cuanto más rara sea una forma de pico, más especializado será el hábito alimentario y, por lo tanto, la supervivencia de la especie más frágil. Lamentablemente, cuanto menos esté una especie estrechamente vinculada a un medio, más común será su apariencia, y más tenderá a acaparar los recursos alimentarios de las especies menos adaptables. Por lo tanto, mayor será. Es el caso de los cuervos del litoral, por ejemplo, que se encuentran sobre todo en Dar es Salaam y Tanga, que fueron importados de India por la administración colonial alemana para limpiar las calles. Ahora no se está obligado a eliminarlos por medio de costosas trampas colectivas.

      En general, la reproducción es anual, pero en períodos diferentes según las especies y su tipo de alimentación. Si toda una nidada fracasa, se hará un intento consecutivo. Al final de la incubación, el polluelo rompe su cáscara gracias a un pequeño diente en excrecimiento sobre la mandíbula superior, que desaparece después. En el nacimiento, se pueden distinguir las aves nidícolas (pelícano, martín pescador, pájaro carpintero, coracia y paseriforme), que nacen prácticamente desnudas y totalmente dependientes; las aves semiinaptas, cubiertas de plumón pero incapaces de abandonar sus nidos (aves rapaces, que nacen con los ojos cerrados, y garzas, ibis, cigüeñas, procellariiformes); y las aves nidífugas (ocas, grullas), que nacen con su plumón y pueden, en algunos casos, picotear su comida. La crianza puede durar entre dos semanas en los paseriformes

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