Reflexiones de un monje budista. Thupten Chophel

Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу Reflexiones de un monje budista - Thupten Chophel страница 3

Reflexiones de un monje budista - Thupten Chophel

Скачать книгу

las que me reconectan con la infancia y me llevan a volver a vivir experiencias antiguas, ahora a través de la Meditación, incluso mucho mejores y reforzadas. Y por supuesto no sólo vivirlas sino compartirlas y enseñarlas a los demás, pero no a todos, pues no todo el mundo está preparado para apreciarlas, sino a los que las aprecian y con los que tengo más conexión en primer lugar, que pueden ser muchas o pocas personas, no es eso lo más importante. A veces, si nos preocupamos del número de seguidores, de la fama, no establecemos relaciones correctas o nos alejamos de nuestra primera línea de nuestra vida. Así aunque a muchos les parezca extraño, abandonaremos opciones de fama por el sentido común que nos reconecta con nuestra búsqueda y línea principal de nuestra vida.

      Por ello os pido que no tengáis miedo a renunciar a la fama, si es que vuestra intuición os indica que os lleva por mal camino, debéis tener la conciencia tranquila en todo momento y ser fieles a vuestra línea. Podemos perder en fama pero ganaremos en amistades y conciencia tranquila. Saldremos inmensamente beneficiados.

      El camino de nuestra vida y de la de todos no es fácil, tenemos unas cualidades y bendiciones que nos permiten abarcar hasta un cierto punto para seguir haciendo las cosas bien, pero si queremos abarcar más de lo que podemos, todo puede romperse y resentirse. Además como ya dije antes, no todo el mundo está interesado y comparte nuestro camino, por ello no debemos forzar las situaciones e intentar convencer a todos cuando no ha llegado el momento.

      En nuestra sociedad estamos acostumbrados a movernos en diferentes espacios como el trabajo, los medios de transporte, el cine, el teatro, diferentes asociaciones, etc; y además utilizamos los medios de comunicación como la TV y la radio, así como internet y también leemos libros o escuchamos música. Hay por lo tanto multitud de espacios por los que nos movemos y que han sido creados por otras personas, y en los cuales desarrollamos nuestra vida. De alguna manera estos espacios que utilizamos determinan nuestra vida y nuestro futuro, pues nos marcan y alimentan, bien positivamente o bien negativamente.

      Cuando somos conscientes de la importancia de los espacios y como afectan a la vida nuestra y de los demás; si tenemos una motivación grande de mejorar la sociedad, podemos pasar a crear o colaborar en crear nuevos espacios, que se pongan al servicio de la sociedad. O incluso podemos formar parte de los organizadores de un espacio positivo ya creado con anterioridad. Este paso significa que hemos llegado a una madurez, que nos lleva a aportar parte de nuestros esfuerzos y energías, a través de un espacio positivo. La sociedad nos brinda multitud de opciones y posibilidades, y en función de nuestra experiencia y conocimientos debemos elegir la mejor o las mejores.

      No es bueno siempre esperar que los espacios aparezcan y los creen los demás, pues el mundo evoluciona muy rápido, todo cambia y hay multitud de influencias negativas. Si no nos involucramos en este mundo, puede ser que lo que nos rodee se convierta en un desastre y luego nos arrepintamos.

      Esto es lo que escribo respecto a aprender a crear espacios y la motivación para ello. Ahora me queda escribir un poco sobre cómo dirigirlos. Recuerdo que este es un pequeño artículo y simplemente voy a dar unas pinceladas.

      Para mi lo más importante sobre cómo dirigirlos, es trabajar la motivación diariamente y también el sentido común, junto con un sentido del equilibrio y la armonía. Explico esto un poco más extensamente. La motivación que debemos recordarnos diariamente, es que estamos dirigiendo o creando un espacio para el crecimiento de la sociedad y una mejora del mundo; por supuesto puede incluir también a nuestra familia directa y amigos, pero no necesariamente. Respecto al sentido común, me refiero a que hay que sopesar nuestras actuaciones y las de los demás, siempre con los pies en la tierra y sabiendo donde estamos y donde están los demás. No debemos aventurarnos a grandes cosas imposibles de lograr, ni actuar en contra de la sociedad y las normas establecidas. También recuerdo que cuando creamos algo y lo dirigimos, siempre va a haber gente destructiva que nos va a intentar hacer daño o tratar que no realicemos nuestros proyectos, y en estos casos hay que obrar inteligentemente, a veces con mucha paciencia y tolerancia y otras veces con gran autoridad y fuerza. Así lo ideal es que el sentido común vaya unido a un sentimiento de equilibrio y armonía, que por supuesto es difícil de conseguir y requiere toda nuestra atención. Para recargar este sentido del equilibrio y la armonía, podemos alimentarnos a través de un camino Espiritual, técnicas de Meditación, o apoyándonos en artistas y personas que ejemplifican con sus obras y su vida este equilibrio y armonía.

      Escribo este artículo, y en ningún momento quiero mostrar que la competitividad desmedida y sin escrúpulos de la sociedad es positiva, sino que es muy negativa. En cambio, sí hay un nivel de competitividad que se puede considerar sano, y que nos ayuda a avanzar en la vida. Este nivel de competitividad, se establece entre personas positivas y que se valoran unas a otras, sin intentar destruirse mutuamente, sino con el ánimo de crecer interiormente y mejorar la sociedad.

      Hay personas que debido a la competitividad desmedida y como dije antes, sin escrúpulos de la sociedad, tienden a aislarse y huir de cualquier integración en la propia sociedad, dejando de valorar la gran cantidad de grupos, asociaciones y personas a título individual que están trabajando por una sociedad mejor y creciendo al mismo tiempo como personas. Esto les llevan a perder fuerza, a ser temerosos, a sentirse bichos raros, y en algunos casos a neurosis y depresiones. Por ello es muy importante vincularse a grupos de personas positivos, que nos estimulen en nuestro caminar diario; y que los demás nos valgan a veces de ejemplo a seguir, y otras veces nosotros valgamos de ejemplo a los demás. Todo en una relación de confianza, aunque haya un cierto nivel de competencia sana, que es motivo de alegría para todos. Hay que para ello aprender a regocijarse de lo bueno de los demás y olvidar las envidias y los resentimientos, y ver que todos estamos en el mismo carro de buscar mejorar como personas y mejorar al mismo tiempo la sociedad.

      Yo soy Monje Budista, Fotógrafo y Escritor, y he aprendido a ver como compañeros importantes, a personas no sólo del ámbito budista, sino también de la familia, de mis amigos Montañeros, incluso artistas y personas de otras religiones. Esto me hace sentirme a gusto y motivado en diferentes ambientes que no se circunscriben tan sólo al ámbito Budista, y por tanto, al estar a gusto y motivado también, creo que mis actos son más certeros y mejor encarrilados.

      Es, por mi experiencia, muy importante el ver lo positivo de la sociedad en todos los frentes, como solidaridad, derechos humanos, deporte, religión, espiritualidad, etc. Esto nos ayudará a enfrentar lo negativo y superarnos como personas. Nuestra sociedad lleva un ritmo frenético, todo cambia continuamente, y el mantener nuestra mente orientada hacia la armonía y la virtud y procurar actuar coherentemente es todo un gran logro, que nos lleva a evolucionar mucho más rápido que en otras épocas más tranquilas y relajadas, y como también lo negativo es enormemente fuerte y destructivo, las personas positivas debemos estar unidas más ahora que nunca, y disfrutar de una competitividad sana entre nosotros.

      ¿Habéis sentido alguna vez un exceso de rigidez y falta de empatía y de conexión con los demás?.

      Si lo habéis sentido es porque ponéis atención a vuestra relación con los otros, y de alguna manera os dais cuenta que hay un fallo de conexión con ellos. Esto ya es un paso muy importante y significa que las cosas no están mal del todo pues tenéis determinación y ganas de cambiarlas. El problema estaría cuando tenemos esta rigidez y falta de empatía con los demás y no le damos importancia y continuamos con todo igual.

      En un practicante del camino espiritual esta rigidez puede venir de una excesiva atención en las prácticas espirituales y falta de atención en nuestra relación con los demás. Los demás, de alguna manera son los mejores testigos de si estamos practicando bien o mal,

Скачать книгу