Carro de combate. Nazaret Castro

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Carro de combate - Nazaret Castro Mayor

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maíz ha sido la base de la alimentación de los pueblos nativos americanos y sigue siendo un alimento fundamental para todos los países del continente. Sin embargo, en Europa, donde se cultiva desde el siglo XVII, la producción se destina fundamentalmente a alimento para animales, especialmente los cerdos, así como para la producción de aceite comestible y de etanol. No extraña entonces que dos de las principales zonas productoras de maíz en el mundo sean también áreas de intensa ganadería: el Corn Belt estadounidense y el sudeste de Brasil. Y es también por ese motivo por lo que, si bien el maíz es el cereal que más se produce en el mundo, por encima del trigo o del arroz, no es el primero en consumo humano.

      El maíz es un cultivo estival que se siembra en ambos hemisferios. Es un cereal de muy rápido crecimiento, pero que necesita una provisión abundante de insolación. Ese es el motivo principal por el que el maíz cultivado en el Corn Belt tiene una productividad mayor, gracias a que las noches de verano son muy cortas; lo mismo sucede en las zonas equinocciales latinoamericanas.

      En España, el maíz nunca ha sido una base de la alimentación, si bien en las últimas décadas se ha generalizado el consumo de copos de maíz para el desayuno o de maíz dulce enlatado para la preparación de ensaladas y otros platos ligeros.

       EL JARABE DE MAÍZ

       El jarabe de maíz es un edulcorante líquido producido a partir del almidón o fécula de maíz. En los últimos años se ha extendido su uso como endulzante para bebidas y un número creciente de alimentos precocinados, incluidas las papillas para bebé. Su uso se expandió en Estados Unidos y después se ha generalizado en otros países, principalmente en países como Hungría, Canadá, Bélgica, Argentina, Japón y México.

       En los últimos años, se ha extendido rápidamente la siembra de semillas híbridas, que son comercializadas por las multinacionales del sector semillero. Como a menudo sucede con las semillas en el modelo del agronegocio, las semillas de maíz solo pueden utilizarse para una siembra, por lo que el agricultor está obligado a comprar nuevas semillas cada año.

Mapa

       EL SECTOR

      Como sucede con el resto de las commodities, el precio del maíz lo marca el mercado internacional, muy influido a la baja por los fuertes subsidios al sector agrícola en Estados Unidos y en la Unión Europea. Esta distorsión de la competencia ha sido denunciada por los países del Sur, y principalmente por los que, como Brasil, se encuentran entre los principales productores y exportadores de maíz y de otros productos subsidiados en el Norte.

      Pese a su mayor competitividad, los subsidios en Estados Unidos y Europa impiden a los productores del Sur global competir en pie de igualdad en el mercado global de commodities.

      En Estados Unidos, el Acta Agrícola o Farm Bill de 2014, que estuvo en vigor durante cuatro años, supuso subsidios por el maíz por 40.300 millones de dólares; a esa Acta siguió la Farm Bill de 2018, que garantizó también generosas ayudas para los agricultores.

      Algo parecido sucede con la agricultura europea, si bien en este caso es más difícil cuantificar las cantidades que se destinan a cada producto.

       FALTA MAÍZ EN MÉXICO TRAS EL TLC

       El país de las tortillas cada vez tiene que importar más maíz. Es la crónica de una muerte anunciada. Muchas voces alertaron de que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), vigente desde 1994, llevaría a la quiebra a muchos productores mexicanos, y no pocos intentaron frenar el acuerdo. No lo consiguieron, y salió adelante un acuerdo comercial que postulaba la progresiva liberalización del sector: la absoluta libertad para importar y exportar maíz llegaría, según lo marcado en el tratado, en 2008. Ocurrió lo previsible: el maíz estadounidense, generosamente subsidiado, inundó el mercado mexicano y con ello, incrementó la dependencia alimentaria del país. Entre 2005 y 2010, la tasa de incremento anual de las exportaciones de maíz blanco fue del 40%.

       La agricultura maicera del país se desploma y es cada vez menos capaz de abastecer la demanda interna, aunque los pequeños campesinos no han abandonado el cultivo para el autoconsumo. En México, la economía del maíz ha dado un giro de 360 grados en el último cuarto de siglo. La producción de tortillas para el abastecimiento de las ciudades se ha convertido en un negocio industrializado y monopolizado por grandes corporaciones mexicanas y estadounidenses, como Cargill. Este modelo ha encontrado una gran resistencia entre los campesinos mexicanos.

       IMPACTOS AMBIENTALES: EL MAÍZ TRANSGÉNICO

       Qué es el maíz transgénico

      El uso para la alimentación del ganado y para la producción de etanol ha facilitado la generalización del maíz transgénico. La primera variedad fue el maíz RR (Roundup Ready), que, como en el caso de la soja, es un tipo de maíz transgénico resistente al glifosato, un herbicida que combate las malezas retardadoras del maíz en cultivos intensivos. Se comercializó por primera vez en 1996. En 2007, se anunció una nueva variedad resistente al virus del rayado fino del maíz, que sigue en fase de investigación.

      Otra variedad frecuente es la Bt, manipulada genéticamente para producir un insecticida que ataca al gusano barrenador europeo. El problema, alerta Greenpeace, es que también perjudica a otros insectos que ayudan a controlar plagas, entre ellos la mariposa monarca. Esta toxina se acumula en los suelos de cultivo y, por ese motivo, podría afectar su fertilidad a largo plazo.

       Impactos sociales

      Lo que sí se ha comprobado son las consecuencias perversas que los cultivos transgénicos pueden tener para los agricultores, y no solo en los países del Sur, sino también en Estados Unidos, el principal productor mundial de maíz gracias a los subsidios a este cultivo y al impulso al maíz transgénico. En ese país, muchos pequeños productores se han endeudado para adquirir los costosos paquetes tecnológicos que implica el maíz transgénico; en algunas ocasiones, ni siquiera habían escogido libremente comprar semillas a Monsanto, sino que sus cultivos fueron contaminados de forma «accidental».

      Al igual que ocurre con otros OGM, los herbicidas y plaguicidas a los que es resistente el maíz genéticamente modificado no solo son tóxicos para las malas hierbas y los insectos que provocan las plagas, sino también para otros organismos que cumplen importantes

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