Todo triatlón. Jordi Fernández Carmona

Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу Todo triatlón - Jordi Fernández Carmona страница 11

Todo triatlón - Jordi Fernández Carmona Deportes

Скачать книгу

tres disciplinas comprende lo difícil que es. Y, claro está, una de las claves del éxito en un triatlón pasa por entrenar la capacidad de adaptarse lo más rápido y eficazmente posible a la transición de una disciplina a la otra. Por supuesto que también es determinante, y no lo olvidamos, ejecutar rápidamente los cambios de material, como bajarse de la bici y ponerse las zapatillas de correr; tanto más importante cuanto más corta sea la distancia del triatlón que estemos realizando.

      Ya se intuye, entonces, que el triatlón es un deporte que trasciende los tres que lo configuran, que es distinto a cada uno de ellos de manera aislada, por lo que no se puede concebir como tres disciplinas sin más. Además, constituye un deporte muy completo, pues la solicitación muscular y biomecánica es de mayor riqueza y complejidad que en muchos otros deportes. Diríase que para ser un buen triatleta hay que tener todo el cuerpo fuerte, y aunar coordinaciones inter e intramusculares muy diversas para ejecutar bien distintos patrones de movimiento en medios tan diversos como el agua (natación), el aire (ciclismo) y la tierra (carrera a pie).

      Por añadidura, y esto no es una cuestión menor, al menos para quien escribe estas líneas, la práctica del triatlón permite disfrutar de la naturaleza de una manera mucho más enriquecedora que en otros deportes. Contemplar la belleza del mar, especialmente para los que vivimos cerca de una de las zonas de playa más bonitas del mundo, como es la Costa Brava, sin olvidar los lagos, pantanos y ríos en los que sea posible nadar. Correr por senderos y montañas, cuyas posibilidades y diversidad son casi ilimitadas. Pedalear por los caminos y carreteras transitables, ya sea en bici de montaña, en bici de ruta o en la bici de contrarreloj, nos permite descubrir más extensión de territorio que con las otras dos disciplinas. Esta infinita variedad de posibilidades de disfrutar intensamente de nuestro planeta confiere al triatlón toda su riqueza.

      En el congreso del Comité Olímpico Internacional (COI) celebrado en París en el año 1994 se aprobó el triatlón como deporte olímpico, y su debut y confirmación como deporte mundialmente reconocido fue en el escenario de Sídney, en sus Juegos Olímpicos del 2000. ¿Quién no recuerda la bahía de Sídney, el Harbour Bridge y la zona de los boxes junto a la Opera House, que además fue retransmitido en directo? Tal vez, si eres un joven lector, te quede un poco lejos en el tiempo, pero un servidor ya tiene una edad. La importancia de este momento se comprende sabiendo cuáles son los requisitos exigidos por el COI, recogidos en la Carta Olímpica, para que un deporte pueda ser incluido en el programa olímpico de unos Juegos Olímpicos:

      1.Debe ser un deporte ampliamente practicado en un mínimo de 75 países y cuatro continentes por hombres, y en un mínimo de 40 países y tres continentes por mujeres.

      2.En el caso de los Juegos de Invierno, debe ser un deporte ampliamente practicado en un mínimo de 25 países y tres continentes.

      3.Debe ser un deporte que haya adoptado y aplique el código antidopaje mundial.

      4.Se admite este deporte en el programa de los Juegos Olímpicos por lo menos siete años antes de los juegos en cuestión.

      Es decir, que en el año 1994 el triatlón ya era un deporte consolidado a pesar de sus pocos años de existencia, lo que evidencia su gran atractivo, más aun teniendo en cuenta el crecimiento que ha tenido en número de federados e inscritos en al menos un triatlón, año tras año, desde Sídney 2000, que se cifra en un 10-20% interanual, según los países.

      Pero, ¿cómo surgió el triatlón?

      Podemos afirmar que el triatlón moderno se inició en 1974 en San Diego, California. Allí, el club de atletismo de la ciudad empezó a utilizar la natación y el ciclismo como prácticas para la preparación en atletismo. Entonces, tal vez inspirados por la historia de unas carreras que se habían celebrado en Francia en la década de 1920, bautizadas con el nombre de Les trois sports (La course de débrouillards y La course des touche à tout), como nos recuerda el triatleta, historiador y escritor Scott Tinley en su Triathlon. A personal history (1998), organizaron el Mission Bay Triathlon, concebido y concretado por Jack Johnstone y Don Shananah el 25 de septiembre de 1974, y que dio la bienvenida a 46 atletas. Tenía un orden inverso al actual (carrera a pie, ciclismo y natación), el mismo orden que en Les trois sports, consistente en una carrera inicial de 3 km a pie, a la cual seguían 12 km en bicicleta y se finalizaba con el nado en el canal del Marne, sin interrupción, como aparece en el periódico francés L’Auto (1920). Y como no podía ser de otro modo, John Collins, el célebre comandante de la Marina estadounidense, fue uno de los 46 participantes, junto con su mujer, Judy, de aquel triatlón en la bahía Mission.

      Se cuenta que durante la ceremonia de entrega de premios del Oahu Perimeter Relay, en 1977, una carrera para equipos de cinco atletas, en la que participaron numerosos representantes de la Mid-Pacific Road Runners y el Waikiki Swim Club, cuyos miembros habían debatido durante mucho tiempo acerca de quiénes eran los mejores atletas de la isla, si los corredores o los nadadores, John Collins dijo que se adaptarían y rendirían mejor los ciclistas. Se basaba en el hecho de que el gran ciclista belga Eddy Merckx, apodado El Caníbal o El Ogro de Tervueren, por su manera de competir y ganar el Tour de Francia (1969-1972 y 1974), el Giro de Italia (1968-1974), la Vuelta a España (1973), la Milán-San Remo (1966, 1967, 1969, 1971, 1972, 1975 y 1976), la Lieja-Bastogne-Lieja (1969, 1971-1973 y 1975), la París-Roubaix (1968, 1970 y 1973), el Giro de Lombardía (1971 y 1972), la Flecha Valona (1967, 1970 y 1972), el Tour de Flandes (1969 y 1975), la París-Niza (1969-1971), la Vuelta a Suiza (1974), la Amstel Gold Race (1973 y 1975) y el Dauphiné Libéré (1971), era el deportista con la mayor capacidad aeróbica (

O2 máx) del que se tenía constancia.

      Ante tal afirmación solo había una salida posible. Poner a nadadores, ciclistas y corredores en una misma competición, en la que todos debían realizar las tres pruebas, y que el ganador del resultado de la suma de las tres competiciones fuera considerado el más fuerte. Y la opción no podía ser otra que combinar las tres carreras de larga distancia de la isla hawaiana: el Waikiki Roughwater Swim (3.862 m; 2,4 millas), la Around Oahu Bike Race (180 km; 115 millas, originalmente un evento que se dividía en dos días) y el maratón de Honolulu (42,195 km; 26,219 millas). Así se gestó el primer Ironman, nombre que designaría a quien terminara la prueba en primer lugar.

      Aquella primera edición del Ironman de Hawái, en la que participaron quince hombres, tuvo lugar el 18 de febrero de 1978. En un artículo titulado Three (huff) races in one (puff) day (‘Tres carreras agotadoras para un día exhausto’), publicado en el Honolulu Advertiser, el viernes 10 de febrero de 1978, Dick Fishback escribió: «El triatlón Ironman de Hawái parece un intento inhumano de llevar al cuerpo a un esfuerzo más allá de lo comprensible y de premiar al superviviente, si lo hubiere, con un trofeo».

      Cuál debió ser el asombro del periodista al ver que doce de los quince atletas que tomaron la salida llegaron a la meta. El ganador, el que tiene el honor de ser el primer Ironman, fue Gordon Haller, un especialista en comunicaciones de la Armada estadounidense y entusiasta del deporte. Los finishers y sus tiempos fueron:

      1.Gordon Haller, 11:46:40

      2.John Dunbar, 12:20:27

      3.Dave Orlowski, 13:59:13

      4.Ian D. Emberson, 14:03:25

      5.Sterling F. Lewis, 14:04:35

      6.Tom Knoll, 14:45:11

      7.Henry Forrest, 15:30:14

      8.Frank Day, 16:38:31

      9.John

Скачать книгу