Fluir en el deporte. Михай Чиксентмихайи
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Los deportistas que fluyen sienten que sus acciones se ejecutan sin esfuerzo y son espontáneas. Aunque uno puede estar haciendo un esfuerzo sobrehumano, en ese momento lo nota como algo completamente natural. Los jugadores y los participantes describen el fenómeno de esta manera: «Las cosas ocurren automáticamente», «Las reacciones son más rápidas; parece que las cosas simplemente ocurran», «Confiando totalmente en los sentidos de mi cuerpo». Uno incluso dijo: «De algún modo, me sentí como si estuviese teledirigido».
Estas sensaciones aparecen durante la fusión de los procesos mentales con los físicos, creando una sensación unificada y un ajustado sentido de coordinación de los movimientos. La conciencia unificada que acompaña a la fusión de acción y atención es quizás el aspecto más revelador de la experiencia de fluencia.
Aun así, otros atletas mencionan sensaciones de estar flotando o fluyendo, en las que sienten que las cosas son sencillas. Un sentido de ligereza y de facilidad de movimientos es también a menudo mencionado, a medida que los deportistas experimentaban un cambio en las percepciones del esfuerzo y de su cuerpo físico en el espacio. Debido a la exigente naturaleza de algunos deportes, a menudo los deportitas se sienten exhaustos, doloridos, casi incapaces de mover un músculo llegado un momento. Los corredores de maratón, los nadadores de largas distancias y los esquiadores de fondo, por ejemplo, deben extraer una enorme reserva de voluntad y estamina para acabar sus actuaciones. Y a pesar de todo, incluso entre estas experiencias dolorosísimas y atroces, los deportistas describen momentos en los que son capaces de ignorar el dolor y entrar en un ritmo sin esfuerzo que transforma la agonía en un éxtasis. A menudo los atletas se refieren a esos momentos como «estar en la zona».
La experiencia de fundir el yo con las acciones que uno está haciendo aporta sensaciones muy positivas, que a menudo dejan al atleta una sensación de estar «chutado». Recordar estos momentos devuelve las emociones positivas de fluencia y puede ser una fuente de motivación, capaz de crear un mecanismo que permita volver de nuevo a ese estado óptimo.
COMPONENTE DE LA FLUENCIA N° 3: METAS CLARAS
Las metas dirigen la acción y aportan un objetivo. Atletas y entrenadores utilizan la proposición de metas para ayudarse en la realización de lo que quieren hacer, tanto a largo como a corto plazo. Para entrar en fluencia, la metas deben ser establecidas claramente con anterioridad, para que el atleta sepa exactamente lo que debe hacer. A medida que la actividad progresa, entonces el deportistas conoce a cada instante cuál es el siguiente paso que debe dar y es más probable que experimente la fluencia. Esto sucede por que tener una intención clara ayuda a concentrarse y evita las distracciones. Debido a que lo requerido está claramente especificado, no hay necesidad de adivinar o de dudar sobre lo que uno está haciendo.
La predisposición a este estado mental se facilita sabiendo exactamente qué es lo que se quiere conseguir. Visualizar la actividad con antelación es una manera de mantener tu mente centrada en metas claras. Simon describe la claridad del intento que alcanzó visualizando exactamente lo que iba a hacer antes de su carrera de este modo: «Casi puedes tocar o saber que puedes predecir el resultado de la prueba incluso antes de que ocurra».
Junto a la claridad del intento está la atención constante de lo que se debe realizar a lo largo de la prueba. Para la etapa final de una carrera que estaba liderando, Simon mencionaba que tenía varias metas. Éstas incluían mantenerse cerca de la cabeza; concentrarse durante toda la etapa, reaccionando rápidamente si alguien atacaba; saber exactamente qué corredores entraban en cualquier ataque súbito; controlar al menos a siete corredores en toda ocasión (ya que debía mantener cierta posición para conservar su malla de líder); y, junto con sus compañeros de equipo, mantener la carrera bajo control en la medida de lo posible, desde el inicio hasta el último puerto. Dependía entonces de Simon colocarse en cabeza en los kilómetros finales, lo que consiguió hasta ganar la etapa y la carrera. El ciclista, cuando contaba de nuevo sus objetivos, mencionó cómo los tuvo bajo control constantemente durante las tres horas de la carrera. A cada instante Simon sabía qué era lo que tenía que hacer y sentía que tenía una inacabable reserva de energía para enfrentarse a cualquier incidencia. Su atención estaba centrada en las metas, y controlarlas era, en sus propias palabras, «como un acto reflejo».
Cuando los atletas describen sus experiencias deportivas óptimas, aparecen dos temas relacionados con las metas. El primero es un claro anteproyecto de lo que se supone tiene que completarse, ilustrado por afirmaciones como éstas: «Sabía exactamente cómo iba a nadar esa prueba» y «Sabía lo que tenía que hacer». En segundo lugar, los atletas cuentan a menudo que tienen una intuición antes de una prueba de que su rendimiento va a ser bueno. Describen esto como «estar confiados para lograr un tiempo rápido», «verte a ti mismo haciendo exactamente lo que habías planeado hacer» y «sabía que en un cierto punto iba a despegar y no habría quien me parase», ilustrando así sus sensaciones positivas.
Saber por adelantado lo que uno va a hacer ocurre en el nivel inmediato, así como en un término a más largo plazo, como ilustra este jugador de fútbol americano: «En una ocasión fui a cazar un balón y sabía, cuando patearon la pelota, que iba a cogerlo». Evidentemente, este tipo de «conocimiento» no necesita ser justificado objetivamente. A menudo el deportista está equivocado, y las cosas no salen de la manera que él esperaba. Pero como aportación de una seguridad subjetiva de obtener un resultado favorable, tal conocimiento ayuda a centrar la mente en la actividad y a demarcar un escenario para la experiencia de fluencia.
COMPONENTE DE LA FLUENCIA N° 4: FEEDBACK SIN AMBIGÜEDAD
Sería imposible participar en cualquier deporte si uno no supiera, a cada instante, cómo andan las cosas o cómo le marchan a uno. Un jugador de tenis que no pudiese ver dónde caen sus golpes o un esquiador que no pudiese decir si está o no en la pista pronto tirarían la toalla. El feedback describe el conocimiento sobre la actividad que los atletas reciben, y permite la continuidad en la búsqueda de sus metas.
El feedback es un elemento claro para alcanzar el éxito, y los atletas sintonizados con el feedback aportado por sus propios movimientos y cuerpos, así como por la pistas externas en el entorno, son capaces de mantenerse conectados con lo que están haciendo y controlar hacia dónde se dirigen.
Saber que «todo estaba perfectamente bien», tener las cosas «funcionado como un reloj» o «yendo como la seda», aporta a los atletas pistas de que andan por el buen camino y claramente orientados hacia sus metas. Otra expresión que los participantes utilizan para decribir la sensación de estar en sintonía con la actividad es la de que «todo encaja». En la fluencia el individuo sabe lo que quiere, y la actividad revela que sabe que está apuntando a conseguir sus metas. El feedback es continuo, al igual que los objetivos que mantienen al atleta hacia adelante.
El tipo de feedback con el que los deportistas pueden sintonizar proviene de muy diferentes fuentes. Primero, y probablemente el más importante, es el feedback que el propio cuerpo aporta, particularmente en la forma de la atención kinestésica o del conocimiento de la situación del cuerpo en el espacio. Estar atento a la calidad de la actividad a medida que se desarrolla