Promesa de sangre (versión española). Brian McClellan
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—¿Te lo dije?
—Estabas muy borracho. —De pronto, los movimientos de SouSmith se volvieron precavidos. Miró hacia el único escritorio de la caseta, a un cajón donde sin duda había ocultado una pistola. A pesar de que un hombre de su tamaño no necesitaba una. Adamat hizo un gesto tranquilizador—. Estabas muy borracho —le repitió—. En su momento no te creí. Yo estaba presente cuando sacaron a esos muchachos de las cloacas. Pensé que nadie había escapado a lo que fuera que había ido a por ellos.
SouSmith lo observó durante un momento.
—Quizás uno no —dijo—. Quizás uno sí.
—¿Cómo?
SouSmith respondió con una pregunta.
—¿Por qué?
—Estoy llevando a cabo una investigación. —Adamat ya había decidido contarle a SouSmith toda la historia—. Para Tamas, el mariscal de campo. Quiere saber qué es la Promesa de Kresimir.
SouSmith parecía impresionado.
—Un hombre al que yo no llevaría la contraria —dijo.
—Estoy de acuerdo. ¿Tienes idea de qué significa?
SouSmith continuó limpiándose.
—Nuestro líder era un fracasado de la camarilla real. —Abrió el cajón del escritorio y extrajo una pipa vieja y mugrienta, y una tabaquera. Encendió la pipa antes de continuar—. Un bocazas. Un imbécil. Buscaba llamar la atención. Decía que nuestro nombre les recordaría a los miembros de la camarilla real que eran mortales.
Esa era la frase más larga que Adamat le había oído decir a SouSmith en años.
—¿Les dijo qué significaba?
—Rompe la Promesa de Kresimir —dijo SouSmith, fumando de su pipa. El aroma a tabaco de pistacho llenó la pequeña caseta—. Y se terminará el mundo.
—¿Cuál es la promesa? —preguntó Adamat.
SouSmith se encogió de hombros.
Adamat se quedó pensativo. SouSmith se reclinó en su asiento. No diría nada más. No iba a seguir hablando de eso. Adamat dejó que sus pensamientos se deslizaran hacia Palagyi. Ese intento de banquero aún tenía hombres merodeando. Era impredecible. Un hombre del tamaño y la reputación de SouSmith podría mantener a raya a aquel idiota. Al menos hasta que venciera el plazo de pago y la ley estuviera del lado de Palagyi. Además, SouSmith podría resultar muy útil en lugares complicados, como los Archivos Públicos, detrás de las barricadas realistas.
—¿Por casualidad no estarás buscando un trabajo? —preguntó Adamat.
SouSmith lo miró con sus pequeños ojos.
—¿Qué clase de trabajo?
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