Solo quiero que me quieran. Micaela Menárguez Carreño

Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу Solo quiero que me quieran - Micaela Menárguez Carreño страница 4

Solo quiero que me quieran - Micaela Menárguez Carreño Claves

Скачать книгу

QUÉ LAS CHICAS COMIENZAN TAN PRONTO?

      ¿POR QUÉ UNA CHICA SUELE COMENZAR con relaciones sexuales rápidas, casi nunca satisfactorias, a veces con desconocidos, y de una manera casi anónima?

      ¿Cuál es la razón para que se entregue a una pareja que no ha visto nunca, a una hora extraña, en un sitio extraño y casi público?

      Una amiga de una alumna conoció a un chico en una fiesta. Ya de madrugada, él le propuso ir a su casa con la intención de tener allí relaciones sexuales. Ella aceptó. El piso era bastante cutre, desconchado y sucio, y en él vivían varios estudiantes. Al llegar, camino de su habitación, atravesaron un salón con gente en diferentes estados de consciencia. Ya en el dormitorio, el desorden era enorme. La cama, deshecha, y múltiples calzoncillos sucios esparcidos por el suelo, entre libros y apuntes...

      La razón por la cual esa joven se quedó con el propietario de los calzoncillos esa noche, en vez de salir corriendo, es sintomática de lo que sucede en la actualidad.

      En mis entrevistas con adolescentes y alumnas, sin chicos delante, hay dos razones que se repiten en todos los grupos y en todas las edades:

       «porque necesito sentirme querida»;

       «por inseguridad».

      Falta de afecto, inseguridad. Alimentamos a nuestros jóvenes, les proporcionamos educación, acceso al trabajo, los vestimos y protegemos, impedimos que conduzcan, beban alcohol o fumen hasta determinada edad... Tenemos el control, eso pensamos. ¿Por qué es tan difícil entonces darles afecto y seguridad? ¿Acaso no vivimos en un mundo desarrollado, donde la ley y la tarjeta de crédito son capaces de solucionarlo todo?

      ¿Hay algo que estemos haciendo mal?

      ¿Por qué no se sienten queridas? ¿Por qué no se sienten seguras?

      ¿Hemos creado el clima de afecto adecuado para que crezcan sanos y felices, y sientan la seguridad de nuestro amor incondicional?

      ¿Qué están buscando? Y, sobre todo, ¿qué encuentran?

      La vanidad ocupa entonces el centro de la vida. Es el imperio del postureo. Las relaciones humanas se vuelven superficiales y líquidas, y los compromisos se quiebran fácilmente. ¿Por qué dejamos atrás la intimidad, por qué ha dejado de interesarnos?

      Pensar es difícil. Enseñar a hacerlo, aún más difícil. Tras un comportamiento poco reflexivo existe un niño pequeño al que se le han preguntado pocas cosas.

      Cuando un niño dice: «Fulano es tonto», el adulto debería preguntarle: «¿Por qué dices eso?». Y proseguir el interrogatorio, sin dar por hecho que es verdad o mentira, tratando únicamente de indagar y hacerle indagar en por qué dice lo que dice.

      Este ejercicio de reflexión, relativamente sencillo desde que los niños son pequeños, no es tan frecuente. Por eso se hace necesario promover una actitud de escucha, que acostumbre a los niños a pensar antes de actuar.

      Al inicio del capítulo avanzamos dos razones que dan las propias adolescentes para acceder a una relación sexual: «Para sentirme querida», y «por inseguridad». Añadamos ahora otras respuestas sorprendentes y casi siempre tristes, que podrían tener nombre y apellidos:

      1) Para destacar en el grupo al acostarme con el más guapo.

      2) Para verme más mayor, más mujer o más madura.

      3) Para poder contarlo y sentirme líder.

      4) Porque me han dicho que es guay.

      5) Porque buscas que alguien te quiera.

      6) Porque me atrae su cuerpo, porque quiero sentir placer, porque él me presiona y quiere demostrarme así su amor. Y así lo retengo conmigo.

      7) Para saber qué se siente, y hacerme la interesante delante de los demás.

      8) Porque me siento útil para alguien.

      9) Por curiosidad.

      10) Para sentirme deseada.

      11) Para buscar un poco de cariño.

      12) Porque te insultan si eres virgen.

      13) Por problemas en casa. Para mí, esa relación es un refugio.

      14) Para sentirme valorada.

      15) Por aburrimiento.

      16) Como subidón de autoestima.

      17) Para ser la envidia en una fiesta.

      18) Porque nadie te explica la verdad de cómo son las cosas.

      19) Porque te dicen que eres rara si no pierdes la virginidad antes del matrimonio.

      20) Porque te cansas de hacer siempre lo mismo con tu novio, o novia, y quieres ir más allá.

      21) Porque ya has hecho todo lo que puedes hacer, y es lo último que te queda.

      22) Estaba borracha.

      23) Para llevar la contraria a mis padres.

      24) Para no ser un bicho raro.

      Como resumen, podemos decir que en muchos casos se repiten tres razones:

      1. Inseguridad, falta de autoestima, necesidad de aprobación.

      2. Déficit de afecto, necesidad de sentirse querida de forma incondicional.

      3. Debilidad ante la presión del chico y de la sociedad, que anima a iniciar relaciones sexuales.

      Esas chicas, en muchos casos, tienen familias estables y unos padres que las quieren. Pero la adolescencia, la dificultad de las relaciones padres-hijos, la exigencia ineficaz y la rebeldía generan incomprensiones y malentendidos, y dificulta las relaciones entre ellos. Esto crea distancia, física y afectiva, y heridas que se abren y ya no se cierran.

      [1] RUTLLANT, M. Cuatro pinceladas sobre la educación de los hijos para lectores que leen poco. Ed. Dra. Rutllant. 2013

      [2] Edelmira DOMENECH, catedrática de Psiquiatría, Comunicación personal (Universidad Autónoma de Barcelona).

      5.

      EL

Скачать книгу