Salud Mental Y Alta Sensibilidad. Dr. Juan Moisés De La Serna
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El cerebro de la persona altamente sensible presta más atención a las sensaciones de su cuerpo que son de menor importancia. Otro tipo de personas no perciben estas sensaciones. Aún queda pendiente demostrar si las personas altamente sensibles acuden más al médico debido a problemas o quejas, que realmente no constituyen una enfermedad.
Algo que sí sabemos es que las personas altamente sensibles se saturan más con menos estimulación que el resto de las personas. Su umbral sensorial es más bajo. Es decir, se ven más afectados por los estímulos y por eso se sobreexcitan o se sobre estimulan con mayor facilidad. Nadie trabaja bien bajo presión ni bajo los efectos de la sobreestimulación. Tampoco todos rendimos igual ante las tareas que suponen demasiada tensión emocional, ya sean tareas laborales o escolares.
Es por tanto una labor importante de la persona altamente sensible, aprender a gestionar esa intensa entrada de información cuando le causa problemas en su rutina. Así podrá llevar a cabo su labor diaria con tranquilidad y naturalidad. La solución no debe ser rechazar actividades, más bien se trata de conocerse bien y adquirir estrategias psicológicas. Las habilidades sociales también se pueden aprender o fomentar. Sobre todo, cuando es necesario conseguir una buena valoración de uno mismo, que esté en consonancia con las propias emociones.
También la reacción emocional de una persona altamente sensible es más extremista o llamativa que la de cualquier otra persona, incluso ante la misma situación. Por ejemplo, dos hermanos de similar edad viendo una película dramática, uno de ellos llora desesperadamente y el otro no. Estas situaciones no tienen por qué suponer un trauma para la persona altamente sensible, siempre que haya aprendido a identificarse con su rasgo y a aceptar aquello de su forma de ser que no puede modificar.
Una repercusión bastante habitual en aquellas personas altamente sensibles que no han identificado su rasgo, es intentar cambiar su forma de ser. Luchar contra la propia naturaleza de la persona es imposible y desaconsejable. El perfeccionismo y la autocrítica que desarrolla la persona altamente sensible, deben orientarse hacia el propio beneficio. Evitar que se conviertan en desventajas o en problemas psicológicos es la clave de una sana autoestima para las personas altamente sensibles.
Una buena gestión de la alta sensibilidad consiste por tanto en aprovechar la ventaja que le da su sensibilidad. Y así evitar los habituales inconvenientes que surgen, para que no deriven en problemas psicológicos, tales como ansiedad, depresión o estrés.
En resumen, las personas altamente sensibles perciben los estímulos de forma más intensa, generando mayor viveza en sus emociones. Las emociones que cualquier persona genera en su vida diaria pueden ser positivas o negativas. Las positivas, son por ejemplo la alegría, la felicidad o la ilusión. Y las negativas pueden ser la tristeza, la apatía o la angustia. La persona altamente sensible presenta mayor sensibilidad a los estímulos. Esto supone mayor activación en general y, por tanto, mayor presión y malestar ante las emociones negativas. Mayor tensión emocional, sumado a no saber gestionar las propias emociones, puede llevar a generar síntomas psicológicos e incluso problemas de salud manifiestos. Por todo ello, es importante que las personas que se identifican con el rasgo de la alta sensibilidad, aprendan a gestionar sus emociones. Conseguir este logro puede ser en ocasiones todo un reto, o simplemente se puede adquirir de forma natural. Al conseguir controlar esta habilidad, se evitarán problemas psicológicos, tales como la ansiedad o el estrés.
Referencias
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Capítulo 2. Características de la persona altamente sensible
La persona altamente sensible percibe los estímulos que recibe del medio ambiente que le rodea, fijándose en los detalles. Se trata de un proceso que realiza de forma inconsciente, casi sin darse cuenta. Toda la información que la persona recibe a través de los sentidos, en situaciones nuevas, la analiza detenidamente. Vista, oído, gusto, tacto y olfato están al mismo nivel de desarrollo que en una persona no-PAS, sin embargo, la percepción que se recibe a través de estos órganos se ve más beneficiada en los PAS.
Percibir como un PAS es similar a sentir los dos extremos de un estímulo. Perciben un ruido demasiado alto, o bien percatarse de uno demasiado suave. Disfrutan con sabores intensos, o pueden notar un suave ingrediente añadido a una receta. Aquello para lo que cada cual es más sensible suele variar de una persona PAS a otra, unos demuestran su sensibilidad ante sabores, otros ante los sonidos, las luces, los olores o los tejidos. Pero todos tienen una sensibilidad extrema y manifiesta.
La diferencia con personas no-PAS radica en los gustos o intereses que éstos presentan. Las personas no-PAS difieren con los PAS en que eligen por propios intereses o gustos si prefieren un tipo de comida, o un tipo de música. En cambio, los PAS poseen una necesidad superior a un interés o gusto, se trata de algo innato que no está determinado por el simple hecho del propio gusto. Podríamos decir que hay una fuerza biológica que lleva al PAS a percibir sentir los dos lados de una moneda. Muchas de las quejas van hacia sentir demasiado calor o bien, demasiado frío. Parece no haber término medio. En ocasiones demandan rodearse de mucha gente y en otras requieren la soledad. Así con multitud de situaciones, generando una incongruencia entre las personas con las que conviven.
El aspecto positivo nos demuestra que una persona altamente sensible disfruta de los detalles de la vida. Lo muestran a través de la sensación que les producen diversas particularidades, tales como, una conversación profunda, la luz del amanecer o visitar un museo. En las relaciones personales, el amor y la amistad adquieren un sentido superior. Al mismo tiempo disfrutan de la privacidad que obtienen en esos momentos a solas, dónde pueden dar rienda suelta a su creatividad. Muchos de ellos son buenos dibujando, bailando o cocinando, otros tienen la inteligencia de tomar buenas decisiones o bien, la de ayudar a los demás. Son muy diversos los aspectos en los que puede destacar la persona altamente sensible gracias a su creatividad y su emocionalidad.
Respecto a la noción del tiempo, las personas PAS requieren de un tiempo en solitario, para desconectar de la rutina. En especial después de vivir experiencias de mucha