Mosko-Strom. Rosa Arciniega

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Mosko-Strom - Rosa Arciniega Crisálida

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      Rosa Arciniega

      Mosko-Strom

      El torbellino de las grandes metrópolis

      Prólogo y edición adjunta de

      Inmaculada Lergo

      Mosko-Strom

      El torbellino de las grandes metrópolis

      Este libro no podrá ser reproducido, total ni parcialmente, sin el previo permiso escrito de la editorial. Reservados todos los derechos de esta edición para todo el mundo, excepto España.

      © Rosa Arciniega, 1933

      © Pesopluma, 2021

      1ª edición impresa: febrero 2021

      1ª edición electrónica: junio 2021

      Piloto: Teo Pinzás

      Copilota: Paloma Reaño

      Prólogo y edición adjunta: Inmaculada Lergo

      Ilustración de portada, diseño y diagramación: James Hart

      Conversión a ePub: Pintax.com

      ISBN: 978-612-4416-24-8

      Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú N° 2021-05469

      Editado por Pesopluma S.A.C.

      Pque. Francisco Graña 168, Magdalena del Mar, Lima – Perú

      www.pesopluma.net | [email protected]

      Nota a la presente edición

      La editorial Cenit sacó en muy breve plazo dos ediciones de Mosko-Strom, sin variación alguna en el texto de la novela. La primera, según reza el colofón, «se acabó de imprimir en los talleres tipográficos imp-rot el 29 de mayo de 1933», y no incluye el sello editorial. Dichos talleres eran parte de una de las diversas imprentas madrileñas con las que trabajó Cenit y de donde salieron la mayoría de sus colecciones populares. La segunda edición se estampó en 1934, en la Imprenta de Murillo, también en la capital española, y en ella aparece ya el sello de la casa editora. La única novedad que incorpora con respecto a la anterior es el subtítulo (en cubierta y en portada): «El torbellino de las grandes metrópolis». Para el presente volumen se ha utilizado la edición príncipe (la primera de ambas), aunque agregando el subtítulo añadido a la segunda tirada. Se ha respetado íntegramente el texto, salvo en el caso de algunas, pocas, incorrecciones gramaticales y erratas, que han sido subsanadas.

      Sorprende comprobar que la rica y meritoria producción de la escritora Rosa Arciniega (Cabana, 1903 - Buenos Aires, 1999) sea hoy tan desconocida, especialmente en el Perú. Desde sus comienzos en el bullente ambiente cultural de la España de los años treinta, su carrera periodística y literaria fue prolífica, rápida y exitosa. La producción narrativa que llevó a cabo entre 1930 y 1936, durante su estancia en Madrid, es realmente valiosa, e incluso podría afirmarse que es la más personal y original de toda su trayectoria. Fue autora en esos años de varias celebradas novelas —entre las que se cuenta Mosko-Strom—, numerosos cuentos publicados en revistas y prensa periódica, un drama radiofónico y artículos de diversa índole. Pese a ello, y por circunstancias que quizá tengan que ver con la disrupción que provocó la Guerra Civil Española en el devenir de la cultura del primer tercio del siglo xx; por el hecho de tener estas novelas un componente social poderoso; e igualmente por estar escritas por una «mujer moderna», estas obras están prácticamente olvidadas en la actualidad en España. Y también lo están en el Perú, donde no se la ha reeditado hasta la presente edición de Pesopluma, que el lector tiene ahora entre las manos y que cobra un mayor valor debido a esta circunstancia.

      Su tiempo en España

      Entre las mujeres, durante 1911 y 1912, estuvo en Madrid la escritora Aurora Cáceres. Venía de París y colaboraba, como haría después Arciniega, en Blanco y Negro. Sus libros Mujeres de ayer y de hoy (1910), con prólogo de Luis Bonafoux, y Oasis del arte (1912), con prólogo de Rubén Darío, ambos editados por Garnier, fueron muy aplaudidos. Fundó la Unión Literaria de los Países Latinos (1909) y recibió en 1913, por su papel como activadora de las relaciones entre España y América, la condecoración de las Cortes otorgada por el rey Alfonso xiii. También Angélica Palma, hija del gran tradicionalista Ricardo Palma, llegó en 1921. Participó durante 1925 en las preparaciones para la Exposición Iberoamericana de Sevilla, celebrada en 1929, y le otorgaron la Encomienda de la Orden de Alfonso xii en reconocimiento a sus méritos.

      Pero el «exponente de la vanguardia peruana» en España fue el grupo formado por los hermanos Abril de Vivero, César Vallejo, Félix del Valle y José Torres Vidaurre, aunque su actividad menguó en los últimos años de la década de los años veinte. El grupo se hermanó con el estallido revolucionario de la República. Arciniega se unió a este círculo, aunque era más joven. El ambiente reinante y las tendencias de la época instrumentalizaron en muchos casos la literatura, habiendo calado el marxismo muy hondo en una buena parte de los intelectuales jóvenes. La vanguardia literaria se convirtió en un movimiento que englobaba política, arte, literatura y pensamiento. Se fundó la Unión de Escritores Revolucionarios Españoles, vinculada al Partido Comunista y a la urss. Entre los escritores más activos de este movimiento estuvieron los españoles Rafael Alberti y María Teresa León; y, entre los peruanos, César Vallejo y Xavier Abril. Así, aparecen dos nuevas revistas fundadas por peruanos: Nosotros (1930) y Bolívar (1930).

      Otra circunstancia a considerar es la relativa a las editoriales, en especial las que acogieron las obras de Arciniega: la Compañía Iberoamericana de Publicaciones (ciap), creada en 1924, fue una agencia de considerable trascendencia en el mundo editorial, especialmente en este periodo tan activo de intercambio entre España e Hispanoamérica. Fue fundada por el banquero Ignacio Bauer y el escritor y editor Manuel Luis Ortega, a quienes se unió, ya en 1928, el erudito filólogo Pedro Sainz Rodríguez, quien dio un gran impulso al proyecto comprando otras editoriales más pequeñas como Renacimiento o Mundo Latino, una agencia de noticias, una imprenta de grandes dimensiones en el centro de Madrid y la Librería de Fernando Fe, una de las principales distribuidoras de libros desde finales del siglo xix. La expansión se completó con la apertura de delegaciones en las principales capitales de la América hispana: Buenos Aires, Montevideo, México y Quito. Editó también revistas, entre

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