Al cerrar los ojos. Néstor Tellechea

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Al cerrar los ojos - Néstor Tellechea

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      de mi expectativa

      sigue lloviendo

      y mientras en la mesa

      se dibujan los golpes derramados de la lluvia

      me parece sentir que el agua de la carta

      puede ser más desesperante todavía si no moja ni siquiera lo que escribo

      que si yo fuese de verdad una carta a la que no le lluevo

      la verdad es que no sé cómo escucharme ni siquiera

      la suerte fracasada de un poeta escribiendo la lluvia

      que si lo real del agua no es nada de lo que le escribo

      todo lo que siento va a seguir yéndose y quedándose

      nada más que como una consecuencia que se precipita

      se aligera y sigue su camino por nada

      o para que yo de cuando en cuando deje de escribirle

      me asome y busque si es cierto cómo estoy

      algunas veces

      tieso de diluvio

      porque el agua que suspiro

      llega y se va como un peso

      que se rompe sin ningún milagro

      y cuando vuelvo al silencio de esta carta

      puedo ver que sobre el progreso de la hora

      en el reloj de mi cocina

      la tormenta fogonea las sombras deshilachadas del agua

      que se van alargando como venas o lágrimas grises

      y entonces ya voy atrasado de nuevo César

      porque el agua de la carta que trabajo con la lluvia

      parece un reflejo de alegría desmejorada

      y siento que estoy leve

      o quizás también furioso pero igual de agua cayendo

      cayendo

      desatadamente mal escrito

      por una y otra ráfaga mal dicha

      que empiezan y terminan siendo nada del ahora

      por ejemplo que hayan sido estas mismas palabras

      que le estoy escribiendo

      todo porque del fracaso

      que hablo con el agua

      tiene por mi culpa como un color doloroso en el aire

      como el de un espejo que se nuble reflejando

      el fuego de un cielo mal escuchado

      entonces para mí como ahora mismo

      el agua de esta carta de vez en cuando también arde César

      se lo juraría

      por más escrito de diluvio que me sienta

      me parece que todo lo que vivo por dentro queda calcinado

      en el último gesto con el que termino cada letra

      por la ansiedad y el apuro con que escribo

      alimentándome con la agonía incendiada de la luz

      para que todo lo que siga diciéndole

      por lo menos empiece y termine como era

      subiendo

      subiendo

      por un calor aunque más no sea mal oído

      mal esperado y nada

      acentos y acentos de esta harina transparente que pasan y se pierden

      y duele repetirme lo que oigo que me digo mientras bajo y subo la mano

      como si estuviera haciendo llover a cada sonido que dejo en el papel

      si hoy no le lluevo bien al dolor

      hoy no le lluevo bien a casi nada

      cayendo

      cayendo

      en palabras a lo mejor hasta demasiado vacías

      y que de mi parte dejan nada más que un gusto a hiel de hambre escrita

      hacia donde no habría valido la pena haber soñado

      envuelto y desenvuelto en la avaricia de escribirle

      como no quise hacerlo

      sin haber escuchado lo preciso como tendría que haberlo logrado

      mientras la lluvia baja

      me ensordece

      y como ya le dije

      paro

      y pienso

      y espero

      y de repente también tengo visiones que me nombra la ventana

      y apenas humedezco de nuevo lo sentido

      y lo derramo mal y tarde todo en las palabras

      esta carta de golpe ahora ya es el Perú por ejemplo

      como ya había sido en otros fracasos

      con un cielo que amenaza con sus nubes como piedras intensas

      y ahora ya es París el agua

      helándome los huesos con un comienzo de calor casi filoso y suave

      y de repente el vértigo caído vuelve a ser

      alguna que otra foto suya aligerada que desaparece

      mientras la lluvia vuelve a ser una carta que viaja

      envuelta y desenvuelta por el agua que se trenza y se destrenza sobre mi patio

      y que ahora por ejemplo fue París de nuevo y está lloviendo

      o jueves otra vez y para nada

      o de repente no alcanzo a entender que querría avisarme el futuro

      girando

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