Creer En El Amor. Mariel Amanda

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Creer En El Amor - Mariel Amanda

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es más", dijo Brooke. "Casi lo tiro al suelo".

      "Me lo imagino". Hannah se echó a reír.

      Brooke dirigió su atención hacia la ventana y se quedó mirando a los caballos y carruajes que pasaban.

      Una pequeña parte de ella se preguntaba si Drake había vuelto por ella, pero después de todo ese tiempo, lo dudaba. No, él estaba en Londres por algo completamente diferente, y ella haría lo mejor para recordar eso.

      Brooke se había acostumbrado a buscar su nombre en las columnas de chismes, y en las raras ocasiones en que escuchaba a alguien hablar de él o de su familia, prestaba mucha atención. Si Drake la quisiera, la habría buscado desde antes.

      Sin embargo, Brooke sentía curiosidad de saber por qué había venido a Londres. Ella se aseguraría de descubrir su motivación cuando viniera a verla.

      Su corazón se aceleró al saber que pronto volvería a ver a Drake. Suspiró.

      Órgano traidor. Tendría que tener cuidado de no entregarse a ideas fantasiosas en lo que a él concernía.

      Capítulo 2

      Drake Kingston, duque de Grafton, contemplaba una gran ventana del piso al techo en el salón del conde de Notting mientras esperaba a Brooke.

      Esperaba tener una audiencia con Notting, antes de pasar tiempo con su hija, pero se le informó que el conde no se encontraba en la residencia. Parecía que nada había cambiado para Brooke en ese sentido.

      El pecho de Drake se apretó al recordar la tristeza de Brooke por la forma en que sus padres la habían ignorado durante tantos años.

      Había pensado que el conde y la condesa se habrían interesado más en su hija ahora que ella estaba en edad de casarse. Tal vez debía estar contento de que no lo hicieran, porque si así fuera, Brooke ya podría estar casada.

      Se giró ante el susurro de las faldas y se encontró con la brillante mirada azul de Brooke mientras ella entraba a la habitación. Drake sonrió mientras la veía moverse hacia él con un vestido azul pálido, su cabello rubio recogido sobre su cabeza.

      Brooke era una visión para estar seguros. Ella casi le quitaba el aliento, tal como lo hacía cuando eran más jóvenes.

      Él se dirigió hacia ella y la alcanzó en tres largos pasos. Drake tomó su mano y se inclinó sobre ella para besar la parte de atrás de sus nudillos cubiertos con los guantes. Se quedó allí un momento más de lo debido, pero no pudo evitarlo.

      Había esperado años para volver a verla, para tocarla y escuchar su voz. No tenía ganas de apresurarse.

      No, Drake quería saborear su tiempo con ella. Beberla y confiarla a la memoria. Dios, cómo la había extrañado.

      "Buenas tardes, Su Gracia", Brooke hizo una reverencia a pesar de que Drake todavía sostenía su mano.

      La soltó y se enderezó. "Mi lady".

      ¿Por qué demonios lo había llamado Su Gracia? Siempre había sido Drake para ella.

      Incluso ayer.

      Drake apartó su mirada de ella para buscar en la habitación a su acompañante. Quizás su madre había considerado conveniente acompañarla, y Brooke no tenía la libertad de ser informal bajo tal escrutinio.

      Una criada estaba en el rincón más alejado de la habitación. Nadie más estaba presente, y la puerta del salón había sido cerrada detrás de ellos.

      Seguramente a Brooke no le importaba lo que pensara una criada. Drake la miró a los ojos, buscando. "¿Debemos ser formales ahora?".

      Las mejillas de Brooke se tiñeron mientras miraba por la habitación. "Puede que sea lo mejor".

      "Estoy en desacuerdo. Además, no me importa. Siempre he sido Drake para ti".

      Ella sonrió. "Muy bien entonces, Drake será".

      El sonido de su nombre en sus labios enviaba un calor agradable a través de él, aliviando la tensión que se había estado acumulando. "Mucho mejor, Brooke". Miró alrededor del salón revisando si había más personas antes de volver su mirada hacia ella. "¿Debo asumir que estamos solos?".

      "Mucho, con excepción de mi doncella". La sonrisa de Brooke vaciló por un latido de corazón antes de que ella enmascarara su disgusto. "Mi padre está en la ciudad y madre está en el continente".

      "¿Qué hay de tu hermano?".

      “Uno solo puede adivinar. Aunque es seguro decir que mi hermano probablemente esté persiguiendo a una de sus víctimas". Brooke apretó los labios como para evitar decir más.

      El remordimiento se aferró al corazón de Drake. Debió haber venido por ella como lo había prometido hacía tantos años. Nada debió haberse interpuesto en su camino, no debió haberlo permitido. No cuando sabía cómo la familia de Brooke la ignoraba y la descuidaba.

      Drake se había permitido tontamente creer que habían cambiado. Había sido un imbécil.

      Drake estiró el brazo ofreciéndoselo. "¿Vamos a dar un paseo?".

      "Me encantará". Brooke le pasó la mano por la curva del codo.

      Drake la sacó del salón y salieron al jardín de su familia antes de volver a hablar. La llevó por un sendero bordeado de rosales y luego le preguntó: "¿Siguen siendo tus favoritos?".

      "No." Brooke le dirigió una sonrisa pícara. "Prefiero la lavanda en estos días".

      Drake se preguntó si su tiempo en Cumbria tenía algo más que ver con su preferencia por las flores de color púrpura. Eso parecía haber ocurrido hacia una eternidad y, sin embargo, lo recordaba como si fuera ayer. Hizo una nota mental para enviarle más adelante un ramo.

      "Aunque las rosas huelen bien". Brooke inhaló, su pecho subía y bajaba con el esfuerzo.

      Drake sonrió. "De hecho, es así".

      Un largo silencio se extendió entre ellos cuando Drake la condujo por un nuevo camino. Él inclinó su mirada hacia ella, mirándola furtivamente mientras paseaban.

      Había sido una niña bonita, y él siempre había imaginado que también sería una mujer encantadora, pero no podía haber predicho la profundidad de su belleza. ¿Por qué permanecía soltera?

      Se acercaron a un banco de hierro debajo de un gran roble. Drake asintió hacia el lugar sombreado y sonrió. "¿Nos sentamos?".

      Brooke asintió con la cabeza para responder, luego soltó su codo y se sentó en el banco.

      Drake la siguió, sentándose a su lado. Levantó la vista hacia el cielo azul claro, antes de preguntar: "¿Cómo te ha ido desde la última vez que nos vimos?".

      Brooke no lo miró mientras decía: "He estado bien, ¿y tú?".

      Drake quería escuchar más. Deseaba saber cómo había pasado su tiempo. Quería saber lo que le gustaba. Deseaba saber por qué

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