La Ciencia De La Dieta Antiinflamatoria. Michael M. Sisson

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La Ciencia De La Dieta Antiinflamatoria - Michael M. Sisson

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       Hinchazón

       Dolor de articulaciones

       Fiebre

       Rigidez en las articulaciones

       Pérdida de la función de las articulaciones

       Cambio rápido en la temperatura corporal, tal como bochornos y escalofríos

       Fatiga

       Dolores de cabeza y migrañas

       Dolor y rigidez muscular, así como

       Pérdida del apetito

       ¿Es dañina la inflamación?

      A pesar de la incomodidad y de los síntomas asociados que la inflamación de corta duración puede causar, puedes encontrar consuelo en el hecho de que esos son signos de que tu sistema inmunológico está trabajando duro para que tu cuerpo elimine los compuestos dañinos. Sin embargo, hay dos tipos diferentes de inflamación, las cuales debes conocer para asegurarte de estar lo más sano posible.

      1 Inflamación aguda: Este tipo de inflamación es de corta duración. Es causada como respuesta de tu cuerpo ante algún tipo de daño a los tejidos y por lo general dura solo pocos días. Normalmente se describe con cinco signos: enrojecimiento, dolor, hinchazón, pérdida de la función y aumento en la temperatura. El propósito de la inflamación aguda es localizar, aislar y combatir contaminantes dañinos para que el cuerpo pueda comenzar a sanarse. Por lo general, no hay nada de qué preocuparse con la inflamación aguda y con la ayuda de algunas correcciones en la dieta o algún medicamento no esteroideo podrás superarla con gran facilidad.

      1 Inflamación crónica: Este es un proceso mucho más largo que el de la inflamación aguda y puede llegar a durar meses o incluso años. Existen numerosas causas de este tipo de inflamación, tales como una falla de tu cuerpo para aislar la causa raíz de la inflamación aguda o incluso algo mucho más serio, como es el caso de los trastornos autoinmunes.

      Los trastornos autoinmunes son aquellos en los se identifica de forma incorrecta al tejido sano de tu cuerpo con patógenos externos dañinos, haciendo que el cuerpo se ataque a sí mismo. Esto puedo causar daños importantes en la zona, órgano o tejido que ha sido atacado y puede llegar a ser necesaria la administración de un medicamento para poder remediarlo.

       ¿Qué es una dieta antiinflamatoria?

      Es un hecho bien conocido que los diferentes tipos de alimentos se metabolizan de forma distinta, algunos causando inflamación y otros reduciéndola. El propósito de la dieta antiinflamatoria es promover un estado óptimo de salud y sanación al elegir alimentos que reducen la inflamación. Si uno puede controlar de forma efectiva la inflamación excesiva a través de medios naturales (como por medio de la dieta), se puede reducir la dependencia a los medicamentos antiinflamatorios, los cuales no resuelven el problema subyacente y además tienen efectos secundarios no deseados.

      Aunque los medicamentos antiinflamatorios (tales como los NSAID) representan una solución temporal para calmar los síntomas, al final terminan debilitando el sistema inmunológico al dañar el tracto gastrointestinal, el cual juega un papel importante en la función del sistema inmune.

      ¿Entonces qué es una dieta antiinflamatoria? Es una dieta caracterizada por la selección y consumo de alimentos con base en el conocimiento científico de cómo ayudan al cuerpo a mantener un estado óptimo de salud y a reducir la inflamación. Esta dieta proveerá una cantidad constante de energía, así como abundantes vitaminas, minerales, ácidos grasos esenciales, fibra, antioxidantes y fitoquímicos protectores. Los antioxidantes tienen un papel fundamental en la reducción de la inflamación.

      Los antioxidantes son micronutrientes que bloquean las reacciones químicas dañinas causadas por la oxidación (efecto destructivo del oxígeno y de otros agentes oxidantes en los componentes moleculares de las células). La vitamina C, la vitamina E, el selenio y los carotenoides son ejemplos de antioxidantes que se encuentran de forma natural en muchas frutas y vegetales. El consumo de una mayor cantidad de antioxidantes ayudará a brindar al cuerpo las herramientas necesarias para neutralizar los radicales libres dañinos.

      La mayoría de las personas se beneficiarán con las siguientes pautas generales de una dieta antiinflamatoria. Aquellas personas que hagan lo necesario para identificar alergias o sensibilidad alimentaria podrán adaptar la dieta antiinflamatoria para que se adecúe mejor a sus necesidades. Muchas de las alergias alimentarias pueden ser identificadas a través de una prueba cutánea realizada por un especialista en alergias, o bien, siguiendo una dieta de eliminación.

      Para realizar una dieta de eliminación se quitan primero los alergenos alimentarios más comunes durante unas 2 a 3 semanas, hasta que los síntomas de la inflamación se reducen. Luego se reintroducen en la dieta uno a uno para ver si los síntomas se presentan de nuevo. Algunos de los alergenos alimentarios más comunes son: trigo, maíz, soya, huevo, nueces y leche.

      ¿Cómo funciona una dieta antiinflamatoria?

      Una dieta antiinflamatoria hace énfasis en el consumo de alimentos integrales o que hayan sido procesados muy poco para prevenir y reducir la inflamación en el cuerpo. Aunque no existe una dieta antiinflamatoria estricta, aquí te presentamos algunas recomendaciones comunes:

       Intenta consumir una variedad de frutas y vegetales de todos los colores. Las frutas y las verduras contienen cientos de agentes antiinflamatorios.

       Come alimentos ricos en omega-3 los cuales combaten la inflamación (pescado, semillas de linaza, aceite de linaza y productos de animales que hayan sido alimentados con linaza o pasto).

       Elige grasas de origen vegetal, tales como el aceite de oliva, aguacates, nueces, nuez de nogal y almendras.

       Elige alimentos y bebidas con poca o ninguna cantidad de azúcar añadida, sal y grasa. ¡El agua sigue siendo la mejor bebida!

       Reduce la ingesta de harina blanca, azúcar blanca, arroz blanco, comida rápida y alimentos muy procesados, tales como la pastelería industrial, galletas saladas, papas fritas, embutidos, cereales instantáneos, algunos alimentos enlatados, así como las comidas congeladas listas para el consumo.

       Controla las porciones de pan de granos integrales, arroz integral, frijoles, leguminosas y semillas, para aumentar la ingesta de fibra y ayudar a regular el azúcar sanguíneo y la insulina. Recuerda que consumir porciones de granos integrales en exceso puede ocasionar, de igual manera, problemas de salud.

       Lee con atención las etiquetas de los alimentos para evaluar la ingesta de nutrientes y evitar aquellos que son artificiales (los que se mencionaron anteriormente) y que detonan la inflamación.

       Identifica los tamaños de las porciones para evitar que comas en exceso.

       Controla la ingesta de calorías. Habla con tu médico para verificar cuál es la ingesta de calorías apropiada para mantenerte saludable.

       Limita los alimentos de restaurantes de comida rápida.

       Cocina más veces en casa. Esto te permite controlar los ingredientes y las calorías.

       Intenta

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