DINERO. Raimon Samsó

Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу DINERO - Raimon Samsó страница 4

DINERO - Raimon Samsó

Скачать книгу

más rico del mundo. En el sistema anglosajón, por ejemplo, la pensión se considera un complemento a los planes privados, una ayuda mínima de supervivencia.

      Los números hablan por sí solos cuando bajamos al detalle. ¿Cuánto cobra hoy un jubilado? Dependiendo de varios factores, de promedio 861 euros al mes (la máxima 2.466 euros al mes, la mínima 557 euros mensuales). Las pensiones no contributivas quedan peor paradas: 339 euros. Lo que representa entre el 81 y el 50 % de lo que se ingresaba en el último tramo de la vida activa. ¡Es como salir de la clase media e ingresar en la clase precaria el mismo día del retiro! ¿Vale la pena trabajar toda una vida para semejante «logro»?

      Si se echan cifras es fácil darse cuenta de que el sistema de pensiones español se dirige al colapso. De no mediar una respuesta contundente, nosotros lo veremos. Y oiremos la estridencia cuando caiga. La respuesta tiene consecuencias: retirarnos más tarde y/o cobrar menos pensión. Por eso afirmo que el concepto de retiro a los 65 años, para no trabajar nunca más, es obsoleto y ha caducado. La línea que separaba trabajo y retiro se ha hecho borrosa, imprecisa, variable, elástica...

      En el futuro, no creo que haya una edad concreta para dejar de trabajar, estés legalmente jubilado o no, es decir, al margen de la edad legal, y todo dependerá de si has ganado el juego del dinero o si aún no lo has ganado. Incluso a nivel legal, apuesto sin miedo a perder que la edad de retiro será flexible: una decisión, penalizada o primada, del trabajador.

      Lo que sigue son siete hechos que te sorprenderán, son las siete razones del colapso inevitable del sistema si no se produce una reforma contundente:

       Hecho 1: natalidad que cae a plomo.

       Hecho 2: retraso de la entrada de los jóvenes en el mercado laboral.

       Hecho 3: tasas de paro elevadas y crónicas.

       Hecho 4: edad media de retiro actual prematura: a los 63 años.

       Hecho 5: retiro inminente de la generación baby boom.

       Hecho 6: esperanza de vida creciente.

       Hecho 7: ausencia de medidas que reformen el sistema de pensiones a fondo.

      Aún hoy, hay quien cree que con pagar sus impuestos y cotizando a la Seguridad Social le bastará para tener derecho a una buena pensión y no es así. También hay quien considera que el estado no cobra impuestos a los jubilados, y tampoco es así. Demasiadas personas siguen creyendo en Santa Claus o en el ratoncito Pérez a la edad de jubilarse. Dentro de muy pocos años gran parte de la población estará jubilada y aumentar sus impuestos será una tentación que los gobiernos no podrán resistir.

      España tiene la segunda población más vieja del planeta después de Japón. Una población envejecida significa una economía más débil y menor crecimiento.

      No hace falta ni hacer los números; cualquiera puede darse cuenta de que el actual sistema necesita, no un ajuste, sino un replanteamiento de gran calado. ¿Tan difícil es aceptar que el actual sistema de pensiones español se ha agotado?

      Entre la edad de bronce y 1900 –un enorme período de 4.500 años–, la esperanza de vida aumentó sólo veintisiete años. En los últimos cien años la esperanza de vida ha aumentado otros veintisiete años. Nadie sabe cuánto aumentará en los próximos veinticinco o cincuenta años, pero apuesto a que mucho. Por ejemplo, Italia cuenta ya con más habitantes mayores de 60 años que menores de 20 años. En el resto de Europa y Japón las previsiones no son mejores: los mayores de 60 años son más del 20 % del total y van camino de ser el 33 % para 2050. ¡Un tercio de la población serán ancianos!

      No infravalores el efecto de la creciente esperanza de vida en las finanzas.

      Déjame contarte una anécdota. En 1889, cuando se fijó como edad de retiro los 65 años, la población era muy joven y la esperanza de vida era de 45 años. Fue Otto von Bismarck de Prusia quien hizo esta propuesta a sus conciudadanos sabiendo que raramente tendría que cumplir la promesa de pagar una pensión. La filosofía prusiana del canciller era producir soldados y empleados en cantidades masivas, gente a sus órdenes: carne de cañón para sus guerras y mano de obra para sus fábricas. Lamentable.

      Estoy seguro de que ya sabrás que hoy la esperanza de vida en España está en torno a los 83 años y va subiendo (tú y/o tu pareja es muy probable que viváis hasta los 95 años, si no más). Europa envejece, y España aún más rápido, para convertirse en un continente de ancianos con expectativas de vivir muchos años. Lo que implicaría que las pensiones se alargasen treinta años cuando el sistema fue diseñado para pagarlas sólo unos pocos años.

      Gracias a los avances de la medicina y la mejora de hábitos (fumar menos, beber menos, comer más sano…), hoy un 16 % de la población es mayor de 64 años, pero en 2020 será más del 30 %. Para empeorar los números, justo en ese año empezará a jubilarse la generación baby boom, que casi duplica a generaciones anteriores (esta numerosa generación tiene un handicap : se casaron más tarde que generaciones anteriores y tuvieron menos hijos de los que era habitual. Los boomers son muchos pero no han sido prolíficos). Por tanto, la tasa de natalidad ha caído al 1,1, cuando para reponer la población activa, según los demógrafos, tendría que doblarse al 2,1.

      En el siglo pasado, los jóvenes entraban en el mercado laboral a los 22 años, mucho antes de lo que hacen los jóvenes hoy; por tanto, había más cotizantes en el sistema. Aquel escenario, incorporación temprana y esperanza de vida menor, hoy ya no existe. Peor aún, se ha invertido. Por esa razón, el actual sistema de pensiones es insostenible y tendrá que revisarse a fondo, ya que tal y como está estructurado tiene fecha de caducidad.

      La crisis de 2009 ha hecho que aumentara el número de inmigrantes que han regresado a su país de origen, con lo que disminuyen los cotizantes al sistema sin que puedan compensar este efecto los nuevos inmigrantes que han llegado. Para empeorarlo, los inmigrantes vienen optando de promedio por los trabajos menos pagados y, por ello, suponen una contribución relativa menor al sistema de la Seguridad Social.

      Además, preveo que en los años venideros muchos jóvenes deberán buscar su propio futuro laboral en países extranjeros con mayores crecimientos del PIB o en países emergentes debido a las grandes dificultades que afrontarán aquí para encontrar un trabajo estable y bien remunerado.

      El problema de las pensiones no es un efecto directo de la crisis, en realidad estaba cantado, pero es cierto que la crisis lo empeora al aumentar la población que no trabaja y que, por tanto, no cotiza.

      Las posibles soluciones que se están barajando, y que habrán de combinarse, para garantizar el cobro de una pensión son:

      1. Sustituir el concepto de edad de retiro por los años cotizados. Se plantea valorar más las carreras largas y que quien cotice 40 años pueda jubilarse antes de la edad legal fijada.

      2. Hacer convivir retiro con trabajar. El flexiretiro supondría hacer convivir una pensión de retiro con un salario de un flexitrabajo. Un retiro parcial (ser trabajador por las mañanas y jubilado por las tardes).

      3. Terminar con el abuso de las preretiros en las que el estado ha de financiar el subsidio de paro, y, además, hacerse cargo de las cotizaciones sociales del trabajador. Y aumentar el mínimo de edad para jubilarse a los 63 años, con su correspondiente penalización.

      4. Alargar la edad de retiro progresivamente de los 65 a los 67 años, y después hasta los 70 años para que el sistema resulte viable. Esta medida es tan impopular que los gobiernos la pospondrán hasta que sea

Скачать книгу