La osteopatía craneal. Léopold Busquet
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– digestivo: el peristaltismo intestinal, ureteral o vesicular.
Otros movimientos pueden ser debidos a células aisladas o a grupos de células especializadas, como las células de la reproducción: los óvulos y los espermatozoides, que tienen un funcionamiento autónomo y en los que la movilidad permite la fecundación, o ciertas células de centros nerviosos. Cada célula viva posee en realidad una movilidad y una periodicidad rítmica, auténtica respiración celular, cuya importancia se encuentra en relación con la actividad eléctrica (o diferencia de potencial) registrada a nivel de su membrana.
Ha sido imposible determinar un fenómeno de amortiguación de estas funciones, como la disminución del potencial eléctrico de la membrana que conlleva una disminución de esta amortiguación y permite que aparezca un ritmo espontáneo. Así, algunas células situadas en los centros nerviosos respiratorios del cuarto ventrículo muestran unas fluctuaciones de potencial de membrana cuyo ritmo está sincronizado con el de la respiración, pero es más lento que éste.
Las neuronas del centro vasomotor poseen igualmente una actividad tónica aparentemente unida a las ondas de variación de presión arterial (ondas de Traube-Hering).
Finalmente, los científicos soviéticos Naumenko y Moskalenko han establecido que el líquido cefalorraquídeo transportado por todas las partes del cuerpo gracias a una red de conductos (las fascias), se mantiene por movimiento continuo, que a la vez está sincronizado con la actividad cardiaca y la respiración, aunque de ritmo más lento que éstas.
El cerebro es, por lo tanto, el centro de una emisión perpetua de impulsos destinados a mantener el equilibrio postural, la homeostasis y la permanencia de todas las funciones que controla.
Su esquema rítmico global está reflejado en estas diferentes actividades celulares. Tiene una amplitud ínfima pero palpable en el cráneo y en todo el cuerpo:
– gracias al LCR, que juega un papel de transmisión,
– y gracias a la acción amplificadora de las membranas y de las fascias que se comportan mecánicamente como brazos de palanca.
Es evidente que el MRP existe, se ha registrado, se puede explicar y es el más fiel testimonio de que existe la vida; incluso subsiste unos minutos después de la muerte clínica. Por lo tanto, sobre este tema nos quedan preguntas que atañen a la sistematización de su importancia clínica, a las cuales nos esforzamos en aportar elementos de las respuestas cada día en la consulta. Esto será probable-mente el objeto de múltiples estudios ulteriores.
CAPÍTULO 1
LOCALIZACIÓN DE LAS SUTURAS
Figura 1
NASIÓN
Unión entre los huesos propios de la nariz y el frontal. Asciende a lo largo de la línea media del frontal y se encuentra con la sutura metópica; cruza:
GLABELA
Punto situado entre las cejas.
OFRIÓN
Encima de la sutura metópica en una depresión.
BREGMA
Antigua fontanela anteromedial, cruce entre el frontal, los parietales, la sutura interparietal y la sutura coronal.
SUTURA CORONAL O FRONTOPARIETAL
Desciende desde el punto bregma hacia abajo, afuera y hacia adelante para encontrarse con el pterión.
PTERIÓN
Antigua fontanela anterolateral, cruce entre el frontal, el parietal, el temporal y el esfenoides.
– Desde el pterión, se dibuja el recorrido de la escama temporal.
SUTURA ESFENOESCAMOSA
Prolonga el pterión hacia arriba y hacia atrás.
– El rodeo de la escama del temporal sigue hacia detrás por una parte lineal que es el borde superior de la porción mastoidea.
SUTURA PARIETOMASTOIDEA
– Reúne la fontanela posterolateral llamada:
Figura 2 Proyección del encéfalo.
Figura 3
ASTERIÓN
– Este punto es la unión de una sutura que desciende:
SUTURA OCCIPITOMASTOIDEA
y de una sutura que sube:
SUTURA PARIETOOCCIPITAL O LAMBDOIDEA
LAMBDA
Fontanela posteromedial, es la unión de la sutura interparietal y de las suturas lambdoideas. En la vertical de lambda, encima de la parte media de la escama:
INIÓN
Representa la protuberancia occipital externa.
CAPÍTULO 2
MECANISMO DE RESPIRACIÓN PRIMARIA (MRP)
Recordemos los cinco factores que intervienen en el MRP:
I.
Movilidad del sistema nervioso central (SNC).
II.
Fluctuación del LCR.
III.
Movilidad de los huesos del cráneo.
IV.
Movilidad de las membranas intra y extracraneales.
V.
Movilidad del sacro.
I. MOVILIDAD DEL SNC
Modifica el volumen de los ventrículos y provoca una fluctuación del LCR.
II. FLUCTUACIÓN DEL LCR
Es concéntrica. La alternancia de ondas centrífugas y centrípetas proporciona la movilidad de los huesos periféricos.
Figura