El Libro de Urantia. Urantia Foundation

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El Libro de Urantia - Urantia Foundation

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en todas las esferas. Ministra a intelectos humanos y subhumanos a través de los ayudantes de la mente de los universos locales y, a través de la agencia de los controladores físicos; ministra incluso las entidades más inferiores no experienciales de los tipos más primitivos de cosas vivas. La dirección de la mente siempre es un ministerio de personalidades de mente-espíritu o de mente-energía.

      9:5.4 (103.2) Puesto que la Tercera Persona de la Deidad es el origen de la mente, es natural que a las criaturas volitivas evolutivas les resulte más fácil formar conceptos comprensibles del Espíritu Infinito que del Hijo Eterno o del Padre Universal. La realidad del Creador Conjunto se revela imperfectamente en la existencia misma de la mente humana. El Creador Conjunto es el antepasado de la mente cósmica, y la mente del hombre es un circuito individualizado, una porción impersonal, de esa mente cósmica tal como una Hija Creadora de la Tercera Fuente y Centro la otorga en un universo local.

      9:5.5 (103.3) Pero el hecho de que la Tercera Persona sea el origen de la mente, no significa que podamos inferir que todos los fenómenos de la mente son divinos. El intelecto humano está enraizado en el origen material de las razas animales. La inteligencia universal no es una revelación verdadera de Dios que es mente, así como la naturaleza física no es una verdadera revelación de la belleza y armonía del Paraíso. La perfección está en la naturaleza, pero la naturaleza no es perfecta. El Creador Con-junto es el origen de la mente, pero la mente no es el Creador Conjunto.

      9:5.6 (103.4) La mente, en Urantia, es un avenimiento entre la esencia de perfección del pensamiento y la mentalidad evolutiva de vuestra naturaleza inmadura humana. El plan para vuestra evolución intelectual es, ciertamente, de perfección sublime, pero vosotros mucho distáis de esa meta divina mientras funcionáis en el tabernáculo de la carne. La mente es verdaderamente de origen divino, y tiene un destino divino, pero vuestras mentes mortales no han alcanzado aún la dignidad divina.

      9:5.7 (103.5) Muy frecuentemente, demasiado frequentemente desfiguráis vuestras mentes con la insinceridad y las marchitáis con la maldad; las sometéis a los temores animales y las distorsionáis con ansiedades inútiles. Por lo tanto, aunque la fuente de la mente sea divina, la mente tal como la conocéis en vuestro mundo de ascensión, difícilmente puede llegar a ser objeto de gran admiración, y mucho menos de adoración o culto. La contemplación del inmaduro e inactivo intelecto humano debería llevar tan sólo a reacciones de humildad.

      9:6.1 (103.6) La Tercera Fuente y Centro, la inteligencia universal, está personalmente consciente de cada mente, de cada intelecto, en toda la creación, y mantiene un contacto personal y perfecto con todas estas criaturas físicas, morontiales y espirituales dotadas de mente en la vastedad de los universos. El circuito absoluto de gravedad mental que se centra en la Tercera Fuente y Centro vincula todas estas actividades de la mente que son una parte de la conciencia personal del Espíritu Infinito.

      9:6.2 (103.7) Así como el Padre atrae toda personalidad hacia él, y el Hijo atrae toda la realidad espiritual, así ejerce el Actor Conjunto un poder de atracción sobre todas las mentes; domina y controla no cualificadamente el circuito universal de la mente. Todos los valores intelectuales verdaderos y genuinos, todos los pensamientos divinos y las ideas perfectas, son infaliblemente atraídos al circuito absoluto de la mente.

      9:6.3 (104.1) La gravedad mental puede operar independientemente de la gravedad material o espiritual, pero en cualquier sitio y ocasión en que estas últimas hacen efecto, la gravedad mental es siempre funcional. Cuando las tres se asocian, la gravedad de la personalidad puede abrazar a la criatura material —física o morontial, finita o absonita. Pero independiente de esto, la dotación de mente aun en seres impersonales los capacita para pensar y los inviste de conciencia pese a la ausencia total de personalidad.

      9:6.4 (104.2) La individualidad de la dignidad personal, humana o divina, inmortal o potencialmente inmortal, no se origina en ningún espíritu, mente o materia; es la dádiva del Padre Universal. Tampoco es la interacción de la gravedad espiritual, mental y material un prerrequisito para la aparición de la gravedad de personalidad. El circuito del Padre puede abrazar a un ser de mente material que no responda a la gravedad espiritual o puede incluir a un ser de mente espiritual que no responda a la gravedad material. La operación de la gravedad de la personalidad es siempre un acto volitivo del Padre Universal.

      9:6.5 (104.3) Aunque la mente es asociada con la energía en los seres puramente materiales, y asociada con el espíritu en las personalidades puramente espirituales, innumerables órdenes de personalidad, incluyendo a los humanos, poseen mentes que están asociadas tanto con la energía como con el espíritu. Los aspectos espirituales de la mente de las criaturas responden infaliblemente a la influencia de la gravedad espiritual del Hijo Eterno; los rasgos materiales responden al impulso de la gravedad del universo material.

      9:6.6 (104.4) Cuando la mente cósmica no está asociada ni con la energía ni con el espíritu, tam-poco está sujeta a las demandas de la gravedad de los circuitos materiales o espirituales. La mente pura sólo se sujeta al dominio de la gravedad del Actor Con-junto. La mente pura es bastante afín a la mente infinita, y la mente infinita (la coordenada teórica de los absolutos de espíritu y energía) es aparentemente una ley en sí misma.

      9:6.7 (104.5) Cuanto mayor sea la divergencia entre espíritu y energía, tanto mayor será la función observable de la mente; cuanto menor sea la diversidad entre energía y espíritu, tanto menor será la función observable de la mente. Al parecer, la función máxima de la mente cósmica está en los universos temporales del espacio. Aquí la mente parece funcionar en una zona intermedia entre la energía y el espíritu, pero esto no es cierto respecto de los niveles más elevados de la mente; en el Paraíso, la energía y el espíritu son esencialmente uno.

      9:6.8 (104.6) El circuito de gravedad mental es confiable; emana de la Tercera Persona de la Deidad en el Paraíso, pero no toda función observable de la mente es previsible. Paralela a este circuito de la mente se evidencia en todas partes de toda la creación conocida una presencia poco comprendida cuya función no es previsible. Creemos que esta imprevisibilidad es en parte atribuible a la función del Absoluto Universal. No sabemos en qué consiste esta función; sólo podemos conjeturar lo que la activa; y en cuanto a su relación con las criaturas, solamente podemos especular.

      9:6.9 (104.7) Ciertas fases de la imprevisibilidad de la mente finita pueden deberse al estado incompleto del Ser Supremo, y hay una vasta zona de actividades en donde el Actor Conjunto y el Absoluto Universal puedan posiblemente ser tangentes. Se desconoce mucho acerca de la mente, pero estamos seguros de esto: el Espíritu Infinito es la expresión perfecta de la mente del Creador para todas las criaturas; el Ser Supremo es la expresión en evolución de la mente de todas las criaturas para su Creador.

      9:7.1 (105.1) El Actor Conjunto puede coordinar todos los niveles de la actualidad universal de tal manera que hace posible el reconocimiento simultáneo de lo mental, lo material y lo espiritual. Éste es el fenómeno de la reflectividad universal, ese poder singular e inexplicable de ver, oír, sentir y saber todas las cosas según ocurren en todas partes de un superuniverso, y enfocar, mediante la reflectividad toda esta información y conocimiento en cualquier punto deseado. La acción de la reflectividad se muestra a la perfección en cada uno de los mundos sede central de los siete superuniversos. Opera también a través de todos los sectores de los superuniversos y dentro de los límites de los universos locales. La reflectividad queda enfocada finalmente en el Paraíso.

      9:7.2 (105.2) El fenómeno de la reflectividad, como se observa en los hechos asombrosos de las personalidades reflectivas estacionadas en los mundos que gobiernan los superuniversos representa la más compleja interasociación de todas las fases de la existencia que se encuentran en

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