El vértigo horizontal. Juan Villoro
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VIVIR EN LA CIUDAD: EL PASEO DE LA ABUELA
LUGARES: TEPITO, EL CHOPO Y OTRAS INFORMALIDADES
PERSONAJES DE LA CIUDAD: PAQUITA LA DEL BARRIO
CEREMONIAS: LA VIRGEN DEL TRÁNSITO
VIVIR EN LA CIUDAD: EL CONSCRIPTO
PERSONAJES DE LA CIUDAD: EL REY DE COYOACÁN
CEREMONIAS: LA BUROCRACIA CAPITALINA: DAR Y RECIBIR
LUGARES: LAS FERIAS, LOS PARQUES TEMÁTICOS, LA CIUDAD DE LOS NIÑOS
LUGARES: UN METRO CUADRADO DE PAÍS
CEREMONIAS: ¿CÓMO SE DECORA LA CIUDAD? DE LA IMAGEN FUNDADORA A LA BASURA COMO ORNATO
TRAVESÍAS: EXTRATERRESTRES EN LA CAPITAL
SOBRESALTOS: UN COCHE EN LA PIRÁMIDE
LUGARES: EL PUNTO DE ENCUENTRO
VIVIR EN LA CIUDAD: SOPA DE LLUVIA
PERSONAJES DE LA CIUDAD: EL VULCANIZADOR
CEREMONIAS: LA PASIÓN DE IZTAPALAPA
SOBRESALTOS: LA ANGUSTIA DE LA INFLUENZA. DIARIO DE UNA EPIDEMIA
PERSONAJES DE LA CIUDAD: EL MEROLICO
SOBRESALTOS: LA DESAPARICIÓN DEL CIELO
TRAVESÍAS: LA CIUDAD ES EL CIELO DEL METRO
PERSONAJES DE LA CIUDAD: EL ZOMBI
VIVIR EN LA CIUDAD: LA ILUSIÓN POLÍTICA
CEREMONIAS: EL LIBRO DE SEGURIDAD
PERSONAJES DE LA CIUDAD: EL LIMPIADOR DE ALCANTARILLAS
SOBRESALTOS: EL TERREMOTO: “LAS PIEDRAS NO SON NATIVAS DE ESTA TIERRA”
CEREMONIAS: LA RÉPLICA, UNA POSDATA DEL MIEDO
PRÓLOGO
HACER QUE LA AGLOMERACIÓN PAREZCA CIUDAD
Néstor García Canclini
Nos provocan incomodidad algunos estudios de las ciencias sociales a quienes habitamos la megalópolis: ¿es creíble el orden con que agrupan los datos, la organización tan razonada de las cifras, de los comportamientos, de las curvas de accidentes y robos a lo largo de los años, para quienes ensayamos a diario, a distintas horas del día y de la noche, caminos menos inseguros, e intentamos soportar el tránsito y otros caos, hallar sentido y alivio en el gran desorden?
No faltan en este libro estadísticas ni las versiones inmobiliarias y policiales en las que se intenta explicar la Ciudad de México; pero para descifrar “el hartazgo y los caprichos de vivir en este sitio”, donde “la figura del flâneur que pasea con intenciones de perderse en pos de una sorpresa fue sustituida por la del deportado” (no puede volver a casa), Juan Villoro reúne a los que narraron la urbe y discute con ellos. Conoce a los testigos que la documentaron cuando sólo era el Centro Histórico, pasa por “la ciudad de casas bajas” e indaga a dónde vamos cuando se alzan torres de más de 250 metros. ¿Estaremos exagerando cuando creemos excepcional este amontonamiento?
La duda es puesta a prueba por el libro El vértigo horizontal al comparar nuestra megalópolis con datos y narraciones sobre Buenos Aires y Nueva York o al recordar qué les asombró en otro tiempo a muchos extranjeros en la capital mexicana. Trenza etnografías del Mixcoac vivido por el autor en su infancia con ceremonias en que se celebra el Grito de Independencia o se consagra a próceres nacionales (Obregón) y extranjeros (Hernán Cortés). Como experto que participó en el grupo redactor de la reciente Constitución de la Ciudad de México, Villoro detecta claves de cómo se escribió y se la olvidó. Contrasta desmesuras oficiales con historias de quienes administran monotonías cotidianas: el encargado, los conscriptos, los luchadores, “el instalador accidental” que decora un estacionamiento público o cuelga zapatos de un cable de luz.
Son, a veces, investigaciones densas como las que —dice Clifford Geertz— distinguen a los antropólogos; por ejemplo, la muy documentada sobre los niños de la calle. Pero la mirada es igualmente incisiva en los relatos más lúdicos sobre Tepito, el Chopo, la burocracia capitalina, las ferias y los parques temáticos. El placer del