40 ejercicios para la mujer multitasking. Néstor P. Braidot
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Braidot, Néstor Pedro40 ejercicios para la mujer multitasking / Néstor Pedro Braidot.- 1a ed . Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Néstor Pedro Braidot, 2017.Libro digital, EPUBArchivo Digital: descarga y onlineISBN 978-987-42-4128-31. Mujer . 2. Ejercicio. 3. Neurociencias. I. Título.CDD 158.1 |
Edición a cargo de Walter Duer | Diseño: Lucía Pérez Pozzan
Ilustración de tapa www.freepik.es
Primera edición en formato digital: abril de 2018
Digitalización: Proyecto451
Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita de los titulares del “Copyright”, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, incluidos la reprografía y el tratamiento informático.
Inscripción ley 11.723 en trámite
ISBN edición digital (ePub): 978-987-42-4128-3
Introducción
Frentes múltiples. Exigencias extremas. Diversidad en las demandas que involucran cuestiones personales, laborales, de pareja, familiares, de estética, de formación, sociales...
Las mujeres de hoy están inmersas en un circuito frenético e intentan estar a la altura de todas las batallas para salir airosas.
Sin embargo, en esos retos se mellan sus condiciones de humor, rendimiento, predisposición, eficiencia, resultados y creatividad.
Aunque infinidad de estudios ya han comprobado que el cerebro femenino está conformado de tal manera que puede atender simultáneamente diversos temas, es cierto que cuando esa condición se opera de manera irracional o sin ejercitar las capacidades que lo permiten se debilitan sus posibilidades.
Por ello, entrenar la potencialidad de las condiciones naturales y desarrollar aquellas que se encuentran adormecidas es una manera de ganar plenitud.
El ejercicio es el camino hacia el mejor rendimiento en todas las áreas, la clave para no caer en el estrés y la posibilidad de alcanzar satisfacción y serenidad en los logros obtenidos.
Esta obra propone un recorrido ameno y realizable para emprender esa senda. Una serie de conceptos y prácticas que ayudarán a relajar la mente, ganar concentración, potenciar la memoria, fortalecer capacidades y crear nuevas.
En el siglo pasado y en lo que va del actual se hicieron más visibles que nunca antes las capacidades diferenciales que convierten a la mujer en protagonista.
Científicas, ejecutivas de alto nivel, empresarias, ingenieras a cargo de obras de envergadura, cancilleres, ministras, diplomáticas...
La mujer conquista hoy todos los espacios que desea. Se sabe y se experimenta el poder femenino en los planos más diversos.
Este notable protagonismo explica, en parte, el interés creciente por descubrir el soporte neurobiológico de las capacidades de la mujer, particularmente en el campo del liderazgo, la toma de decisiones y el comportamiento.
Después de todo, las damas lideran más allá de ser o no parte de una empresa. Lo hacen en sus vidas pero también sus hogares, sus parejas, sus familias, sus caminos profesionales…
Desde hace tiempo, este potencial femenino se está estudiando a nivel cerebral.
El interés en profundizar en esta temática no es casual, tiene su correlato con el liderazgo del futuro, ya que el nuevo paradigma involucra dos temas de enorme relevancia: espiritualidad en el mundo de las organizaciones y liderazgo afectivo e inserción social de los sentimientos.
En ambos casos, se necesitan capacidades para las cuales el cerebro femenino parece estar especialmente dotado.
El neuroliderazgo puede conceptualizarse como una conjunción entre las teorías más avanzadas sobre el liderazgo y los últimos descubrimientos de las neurociencias aplicables a estas.
Ello implica, por un lado, el desarrollo de capacidades cerebrales y, por el otro, el diseño de ámbitos que propicien la motivación, la creatividad, la armonía y el bienestar, condiciones propias, según las últimas investigaciones, del cerebro de las mujeres.
Los descubrimientos sobre el funcionamiento del cerebro abren nuevos caminos para analizar las diferencias entre hombres y mujeres. Las más importantes están relacionadas con el procesamiento de la información, que da lugar a estilos claramente diferenciados.
Lo neurobiológico, la cultura y la subcultura
¿Por qué la mayoría de los hombres prefiere los westerns, las películas policiales y las bélicas, mientras que las mujeres se inclinan por los dramas o las comedias románticas?
Sin intenciones de entrar en debates de género, excepto en el caso de los especialistas y cinéfilos, la mayor parte de las pequeñas guerras al revisar la cartelera se desatan porque “él” se aburre si no hay suspenso y acción, mientras que “ella” encuentra esos géneros poco interesantes, a veces demasiado llenos de sangre o vacíos de contenido.
Aunque las excepciones existen, por supuesto, las investigaciones revelan que las preferencias se relacionan con las diferencias notables entre la estructura cerebral femenina y la masculina.
Si bien en las inclinaciones intelectuales y espirituales no es posible trazar ninguna línea.
El compromiso y la profundidad con la que se afrontan los diferentes aspectos de la vida no admiten distinción por género, en la vida cotidiana se observan divergencias interesantes.
Por ejemplo, muchos más hombres que mujeres prefieren ver deportes por televisión, salir de caza o de pesca, leer revistas sobre los últimos avances tecnológicos y engrosar su caja de herramientas cada vez que van al hipermercado.
Del mismo modo, muchas más mujeres que hombres acuden con frecuencia a salones de belleza, consumen revistas de diseño y decoración, estudian psicología en vez de ingeniería, invierten en cirugías estéticas y son receptivas a las ficciones románticas.
En una primera aproximación al tema, puede inferirse que estas diferencias se deben a factores socioculturales, y esto es cierto.
Debido al fenómeno de neuroplasticidad, tanto el cerebro masculino como el femenino se van formando anatómicamente en función de las influencias que reciben del entorno.
Ello explica parcialmente por qué las zonas relacionadas con la agresión son mayores en el cerebro masculino, mientras que las habilidades relacionadas con la empatía, esto es, con la capacidad de ponerse en el lugar del otro, percibir lo que está sintiendo y sintonizar con sus emociones, están más desarrolladas en el femenino.
En el mundo occidental, los varones se familiarizan con el conflicto desde pequeños cuando se les regalan soldaditos, espadas, dinosaurios o monstruos.
Estas claves culturales van determinando la morfología de su cerebro, ya que cada vez que un niño juega a la guerra se crean los neurocircuitos asociados a ese tema.
Por esta razón son más comunes las peleas a nivel corporal