Don Mateo Rey. Ramón Elejalde

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Don Mateo Rey - Ramón Elejalde

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Comercio aéreo ilegal

      Este aeropuerto tiene una posición geográfica privilegiada ya que no es detectado por los radares, lo que facilita el comercio con el Chocó, con la República de Panamá y con Centroamérica. En este aeropuerto camuflaban las avionetas de la mafia, las repintaban y les ponían escudos y banderas de algunos países centroamericanos.

      También en Asidó, vereda de Chontaduro, los paramilitares organizaron un helipuerto para despachar droga, camuflado en una estancia panelera de Conrado Pérez Rivera y sus compañeros reinsertados del EPL Asidó fue un lugar de sacrificio de muchos campesinos que fueron enterrados en algunos de los cañadulzales de la zona. Paradójicamente, allí mismo encontró la muerte Conrado Pérez Rivera a manos de la guerrilla de las Farc, en una muerte muy cruel y violenta, como se narra adelante.

       Estadísticas de sangre

      En el primer trimestre de 1996 se dispararon todos los índices de criminalidad en Frontino. Fuentes oficiales3 dan estos datos:

AÑO No DE HOMICIDIOS TOTAL HOMICIDIOS
1993 39 87
1994 48
1995 37 408
1996 190
1997 181
1998 156 454
1999 110
2000 188
2001 57 141
2002 61
2003 23
2004 16 74
2005 42
2006 12
2007 4
2008 0 55
2009 18
2010 4
2011 33
2012 7 7
2013 04
2014 05

       Observaciones sobre estos datos

      1- Las autoridades especializadas del gobierno reconocen mil ciento dos víctimas mortales, tal como lo afirma La Red Nacional de Información. Quienes conocieron de cerca la terrible tragedia de este pueblo, afirman que la cifra de muertos atribuibles al paramilitarismo es superior a mil ochocientos. La diferencia entre ambas cantidades resulta porque muchos de los muertos no fueron reportados por los familiares; que prefirieron enterrarlos en sus propias veredas; o que ciento sesenta y cinco personas están aún desaparecidas, como lo afirma oficialmente el mismo portal del Estado Red Nacional de Información o a que muchos de los muertos aparecieron en los municipios de Uramita o Cañasgordas, adonde los paramilitares los llevaban para “no calentar mucho al pueblo”, pueblo reconocido por entonces como su cuartel general para toda la región del Occidente lejano.

      2- Los muertos de Frontino fueron más que los del municipio de Trujillo (Valle), “donde entre 1986 y 1994 fueron asesinadas o desaparecidas trescientos cuarenta y dos personas”, según lo refiere el periódico El Mundo en su edición del martes doce de octubre de 20106. El municipio vallecaucano tiene 30.947 habitantes, según el último censo de población, mientras que Frontino apenas figura con 24.544. “Por la matanza de Trujillo, el Estado colombiano fue condenado en 1995 por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), lo que obligó al entonces presidente, Ernesto Samper Pizano, a pedir disculpas públicas”7.

      3- También es necesario comparar el número de muertes violentas sucedidas en Frontino con las cifras de la tragedia de esta guerra en todo el territorio nacional: “Entre 1985 y marzo de 2013, según lo determinó el Centro de Memoria Histórica en su informe ¡Basta ya! sobre la violencia colombiana, doscientas veinte mil personas perdieron su vida en el conflicto armado y de estos, ciento sesenta y seis mil eran civiles”8. Estas estadísticas comprenden diez años más que las de Frontino.

      4- Quizás nunca conoceremos el número preciso de muertes violentas por el paramilitarismo en Frontino, pero se puede afirmar que pasaron de mil ochocientas. Entre 1995 y 1996, año en que hicieron presencia los paramilitares en Frontino, las muertes violentas se incrementaron en un 513%, atendiendo solamente a los datos oficiales.

      5- Están incluidas dentro de las estadísticas de personas asesinadas en estos tiempos de violencia paramilitar las muertes que produjo la subversión, especialmente el Frente 34 de las FARC y la delincuencia común, que fueron comparativamente pocas frente a las atribuibles al paramilitarismo. Dentro de ellas, muy lamentadas por los frontineños, está el asesinato a mansalva y con mucha sevicia de cinco integrantes del Ejército Nacional y siete más heridos en el Alto de Cuevas entre los corregimientos de Nutibara y Murrí, el día veinte de junio de 20049.

      Ya para el año 2001 los homicidios decrecieron dramáticamente, aunque los irregulares continuaron teniendo presencia en el Municipio y esporádicamente asesinaron humildes campesinos.

      6- Durante los años 2010, 2013, 2014 y 2015, las muertes imputables al paramilitarismo se redujeron ostensiblemente.

      Estos homicidios no fueron las únicas expresiones de violencia paramilitar contra la población de Frontino. Los desplazamientos forzados que acepta y reconoce la Red Nacional de Información –Unidad para la Atención y Reparación Integral de Víctimas– son 12.479 personas: ¡el 50% de la población! No se incluyen los secuestros, torturas, minas antipersonas, robos, extorsiones, chantajes y toda la gama de crímenes propia de estas actuaciones criminales.

       Violencia entre los mismos violentos

      La violencia paramilitar también se ejerció contra los mismos bandidos. Francisco Javier Herrera Osorio, conocido con el alias de El Chisco fue uno de los jóvenes oriundos de la región que se enlistaron en las autodefensas como único medio de subsistencia: un salario de 450 dólares para empezar. Otros se vincularon por afición al poder de las armas y a las acciones intrépidas y por la admiración que despertaban en algunas niñas.

      El Chisco demostró sus dotes de pistolero en muchas acciones contra civiles que las autodefensas sentenciaron a muerte. Con el dinero ahorrado o despojado a las víctimas se compró un camión de estacas y se dedicó a trabajarlo independientemente;

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