El mundo es un pañuelo. Bartolo Luque Serrano

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El mundo es un pañuelo - Bartolo Luque Serrano Sin Fronteras

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      Probemos con una palabra menos «científica». Escribamos lazy («perezoso»). Sorprendentemente nos aparece la sucesión llamada del hostelero perezoso. Sus primeros términos son: 2, 4, 7, 11, 16, 22, 29, 37, 46, 56. Le adelantamos que enumera el máximo número de trozos (no necesariamente iguales) que podemos obtener de una pizza circular con n cortes rectos de cuchillo. Ahora ya nos hacemos una idea de a qué se debe su estrambótico título. ¿Sabría el lector encontrar el término general? (Solución en la caja 3: Pizzas y pasteles).

      Visto lo visto, oeis no es sólo una página de referencia para investigadores, sino también una herramienta para educadores y una fuente inagotable de matemáticas recreativas para curiosos insaciables.

      Para acabar, déjenos proponerle una última cuestión: el llamado problema 3n + 1. Tome un número entero positivo cualquiera al que llamaremos xo. Entonces, (1) si el número escogido es impar multiplíquelo por 3 y súmele 1. Y (2) si, por el contrario, es par, divídalo entre 2. De esta manera conseguirá el número x1 sobre el que debe repetir el proceso y así sucesivamente. Veamos un ejemplo. Comencemos tomando xo=1. Como es impar, lo multiplicamos por 3 y le sumamos 1. Eso nos proporciona x1= 4. Como es par, lo dividimos entre 2. Eso nos proporciona x2=2 que, como es par, debemos dividir de nuevo entre 2 y obtenemos x3=1. Observemos que volvemos a tener el valor 1. De modo que la sucesión se repetirá periódicamente: 1, 4, 2, 1, 4, 2, 1... La pregunta, aún no resuelta por nadie, es: partamos de donde partamos, ¿acabaremos siempre en el ciclo 1, 4, 2? A pesar de la aparente inocencia de este problema, su solución ha resistido el ataque de los matemáticos hasta el momento. En los sesenta, Shizuo Kakutani comentaba al respecto:

      Durante un mes, toda Yale estuvo trabajando en él, sin resultado. Fenómeno similar se produjo al mencionar, yo, el problema en la Universidad de Chicago. Incluso llegó a decirse, en broma, que el problema formaba parte de una conjura para entorpecer la investigación matemática en Estados Unidos.

      Si quiere explorar este problema con ayuda de Neil Sloane escriba «3n+1 problem» o hailstone numbers («números granizo») en la página de OEIS, quizá usted tenga más suerte.

      CAJA 1: UNO, DOS, TRES, CUATRO...

      Esta caja tiene como título lo que se podría llamar una suce-sión de palabras. Podemos «codificar» numéricamente esta sucesión de tal modo que a cada palabra le hagamos corresponder el número de letras que posee. Así, el título de esta caja se convertiría en 3, 3, 4, 6..., y ahora es fácil adivinar el siguiente número que nos pedían.

      Éste es un ejemplo clásico de «sucesiones en lenguaje». Podemos ahora hacer lo mismo en portugués o en inglés. ¿Serán parecidas a la española? Es de esperar que lenguas con una raíz común, como el español y el portugués, lenguas románicas, tengan sucesiones numéricas «uno, dos, tres, cuatro...» estadísticamente parecidas. Y que estén relativamente «alejadas» del inglés o el danés, por ejemplo. ¿Podemos utilizar esta medida para recrear un árbol evolutivo de las lenguas?

      CAJA 2: SUCESIONES FRACTALES

      OEIS nos dice que la sucesión propuesta se denomina Sucesión de Thue-Morse, en honor a dos de sus creadores/descubridores. Nos enseña a generarla: partiendo de 0 o 1 debemos aplicar reiteradamente las siguientes reglas de sustitución: 0 → 01 y 1 → 10. De modo que si comenzamos por 0, obtendremos primero: 01. Aplicando de nuevo las reglas, obtendremos: 0110. Después: 01101001. Y así sucesivamente. El método técnicamente, y de forma muy acertada, se denomina inflación: después de n aplicaciones de las reglas dispondremos de una secuencia de 2n términos. oeis explica también que la sucesión de Thue-Morse aparece en temas tan alejados entre sí como el ajedrez, la teoría del caos o la lingüística combinatoria.Thue-Morse es una sucesión fractal, autosemejante. De forma genérica, una sucesión fractal es aquella que se contiene a sí misma como subsecuencia («el todo está en las partes»). Visto en nuestra serie, si eliminamos por ejemplo los términos pares de una secuencia de 2n términos, habremos eliminado la mitad. Nos quedarán 2n-1 términos. Pero no cualesquiera, sino justamente los 2n-1 términos iniciales. Por ejemplo, los primeros 16 términos son: 0, 1, 1, 0, 1, 0, 0, 1, 1, 0, 0, 1, 0, 1, 1, 0. Si eliminamos los términos pares (señalados en negrita), nos queda: 0, 1, 1, 0, 1, 0, 0, 1. ¡Que son justamente los 8 primeros! Explore ésta y otras sorprendentes sucesiones fractales en oeis escribiendo «fractal» en la entrada.

      CAJA 3: PIZZAS Y PASTELES

      Seguidamente hemos dibujado cómo obtener los cuatro primeros números del hostelero perezoso. Con un corte, el máximo de trozos posibles es obviamente 2. La estrategia para maximizar con dos cortes es que ambos se crucen entre sí. De ese modo obtenemos 4 trozos. Con un corte más, conseguiremos maximizar los trozos si cortamos de modo que crucemos sobre los dos cortes anteriores en puntos distintos... Y ésa parece ser la estrategia: dispuestos los n-1 cortes que maximizan, obtendremos la solución para n haciendo que el nuevo corte se cruce con los otros n-1 en puntos distintos.

      En ecuaciones, podemos escribir: a(n) = a(n-1) + n que con algo de matemáticas se convierte en: a(n) = n (n +1) / 2 + 1.

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      Tal vez, el lector, como yo, aprendió qué eran las fracciones cortando tartas en la pizarra. Existe un problema emparentado con el hostelero perezoso, pero en vez de pizza usa pastel: se trata de encontrar el máximo número de trozos con n cortes en un pastel. Observe que ahora disponemos de una dimensión extra: la altura del pastel. Los primeros números pastel son: 2, 4, 8, 15, 26, 42, 64, 93, 130, 176, 232, 299 que como puede observar crecen mucho más rápido que los del hostelero perezoso. ¿Puede hallar en este caso el término general? Una pista: ahora para el pastel puede conseguir trozos íntegramente del «interior», que no contengan ni partes de la superficie, ni de las bases, ni de la superficie lateral. Y si no se sale, ya sabe: ayúdese con OEIS.

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      Foresta degli elementi, cuadro de Tobia Ravà. Este pintor italiano es heredero de la antigua escuela pitagórica, fi ltrada a través de la tradición hebrea de la Gematría, donde «todo es número». Su obra plasma ese pensamiento en imágenes. Puede disfrutar de todas las ilustraciones de este ensayo y muchas más en su página web: <www.tobiarava.com>.

      CAPÍTULO 3

      VIDEOITERANDO, VIDEOITERANDO, EL CAOS SE VA ALCANZANDO

      ¿Qué ocurre si enfocamos una cámara a la pantalla de un televisor que está emitiendo justamente las imágenes que capta la propia cámara? Descubra una ruta televisiva hacia el caos determinista.

      En la naturaleza abundan formas y estructuras complejas. Esta imagen es un ejemplo cotidiano. Al contemplar un árbol no advertimos cómo crece, pero su estructura nos sugiere algún mecanismo de desarrollo en ramificaciones sucesivas. Tras su forma intuimos un proceso de generación.

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      Los cristales de nieve que cubren este árbol no están vivos, pero también «crecen». La forma de los copos de nieve no nos sugiere, en este caso, reglas de crecimiento tan obvias. ¿Serán terriblemente complicadas? Hoy, gracias al estudio de los sistemas complejos, sabemos que no necesariamente. Quizá el mayor impacto de esta nueva visión científica en la corriente general del conocimiento haya sido demostrar qué patrones complejos pueden ser generados por procesos simples.

      La intención de este pequeño ensayo es mostrar uno de los procesos simples más comunes capaces

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