Ciudadanos, electores, representantes. Marta Fernández Peña
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Dada la imposibilidad de consultar toda la prensa peruana y ecuatoriana que circuló a lo largo de la década, me ha parecido interesante, sin embargo, seleccionar algunas de las publicaciones en función de ciertos criterios. En el caso de Perú, opté por una consulta en profundidad y en extensión –a lo largo de toda la década de 1860– de dos de los diarios más relevantes del momento: El Peruano, como periódico oficial del Gobierno y, por tanto, como medio de traslación de sus convicciones políticas a la opinión pública, y El Comercio, debido a la impronta que este rotativo tenía –y aún tiene– en la sociedad peruana –al menos, entre los grupos sociales que sabían leer en aquel momento, que como veremos representaban un pequeño porcentaje de la población total– y sobre todo a la reproducción de muchas de las sesiones parlamentarias que se pueden encontrar entre sus páginas.12 En lo que respecta a Ecuador, decidí obtener una muestra de algunas de las noticias más relevantes aparecidas en la prensa durante la década de los sesenta entre la multiplicidad de títulos que se ubicaban en la Hemeroteca de la Biblioteca Ecuatoriana Aurelio Espinosa Pólit y en el Archivo Histórico del Ministerio de Cultura.
En último lugar, expondré brevemente la estructura de este libro, el cual consta de tres partes fundamentales, que han sido divididas en función de criterios temáticos y no cronológicos. La primera de ellas, titulada «Estructuras básicas para el juego político: economía, sociedad, territorio, legislación», presenta una aproximación al contexto, definiendo aquellas coordenadas básicas en las que se desarrolló el sistema político que se analizará posteriormente. Así, a través de tres capítulos, en esta primera parte se examinan algunas de las características fundamentales de la historia peruana y ecuatoriana durante la segunda mitad del siglo XIX, que condicionarían el sistema representativo en proceso de instalación en cada uno de los países a lo largo de la década de 1860: los cambios gubernativos y los principales conflictos desatados, el desarrollo económico y su efecto sobre la sociedad, la estructura territorial y administrativa, el marco legislativo que actuó como referencia –formado fundamentalmente por la promulgación de constituciones y leyes electorales– y la composición de las diferentes asambleas constituyentes que se sucedieron en el periodo. Como se apreciará a lo largo del libro, parto del convencimiento de que los aspectos económicos, sociales y territoriales influirían de manera importante en la definición de la nación que se hizo a lo largo del siglo XIX, y por tanto, también en la configuración del sistema representativo que se implantó en estos países.
A continuación, un segundo apartado, titulado «Construyendo el liberalismo: principios de inclusión y exclusión», ocupa la parte más amplia de la investigación. Es precisamente en estas páginas donde se abordan los objetivos principales de mi análisis y, por tanto, en las que se manifiestan también los principales resultados. A través de seis capítulos, se reflexiona sobre las interpretaciones y reelaboraciones que llevaron a cabo las élites políticas peruanas y ecuatorianas en torno a los principios teóricos del liberalismo y su combinación con las necesidades sociopolíticas, construyendo un binomio de inclusión y exclusión que daría lugar a diferentes plasmaciones políticas –institucionales, legislativas o electorales–. El análisis del discurso, por tanto, cobrará un protagonismo especial en estos capítulos. La segunda parte comienza reflexionando sobre aspectos básicos de los sistemas liberales: el principio de representación –como nuevo mecanismo legitimador del poder– y los conceptos de libertad e igualdad. A partir de aquí, la investigación se centra en las diferentes categorías políticas que se crearon para clasificar a los individuos –y que dan título a este libro–: ciudadanos, electores y representantes. Un último capítulo, además, recoge un análisis sobre aquellos grupos marginados del juego político y los discursos justificativos que se dieron por parte de las élites políticas creadoras de esta dinámica de exclusión.
Por último, dos capítulos cierran el libro y conforman el bloque final, titulado «Perú y Ecuador en el contexto internacional: tensiones fronterizas, proyectos comunes y circulación de ideas». Como ya se ha comentado, parto de la idea de que los sistemas representativos implantados en Perú y en Ecuador a lo largo de la década de 1860 no se construyeron en solitario, sino que se encontraban inmersos en un contexto más amplio. Por ello, en esta tercera parte se fija la atención en los procesos de transferencias culturales e ideológicas, en los proyectos políticos conjuntos y en los conflictos internacionales principales que tuvieron lugar en cada uno de los contextos objeto de este estudio –el espacio andino, el espacio iberoamericano y el espacio atlántico–, especialmente en la influencia que estos procesos tuvieron en la configuración definitiva de los sistemas liberales implantados en Perú y en Ecuador. En esta última parte, por tanto, resulta fundamental la perspectiva metodológica que propone la historia de las transferencias culturales.
Para finalizar, debo hacer algunas indicaciones sobre determinados aspectos formales que se han tenido en cuenta a la hora de reproducir buena parte de la información extraída de las fuentes consultadas. Así, tengo que señalar que las citas literales han sido transcritas según la norma ortográfica actual con el objetivo de facilitar la lectura, si bien se ha respetado el resalte original de ciertas palabras a través del uso de cursivas o mayúsculas. Asimismo, las citas en inglés han sido traducidas al castellano por la autora.
1 Pierre Rosanvallon: Por una historia conceptual de lo político, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2003, p. 20.
2 Gabriel Abraham Almond y Sidney Verba: «An Approach to Political Culture», en Gabriel Abraham Almond y Sidney Verba: The Civic Culture: Political Attitudes and Democracy in Five Nations, Princeton University Press, 1963; Serge Berstein: «La cultura política», en Jean Pierre Rioux y Jean François Sirinelli: Para una historia cultural, México, Taurus, 1999, pp. 389-405; Jean François Sirinelli: «L’histoire politique et culturelle», en Jean Claude Ruano Borbalan (coord.): L’histoire aujourd’hiu. Nouveaux objets de recherche. Courants et débats. Le métier d’historien, Auxerre, Éditions Sciences Humaines, 1999, pp. 157-164.
3 María Sierra: «La cultura política en el estudio del liberalismo y sus conceptos de representación», en Manuel Pérez Ledesma y María Sierra (eds.): Culturas políticas: teoría e historia, Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 2010, pp. 233-261, esp. pp. 233-234.
4 Reinhart Koselleck, Otto Brunner y Werner Conze (eds.): Geschichtliche Grundbegriffe. Historisches Lexikon zur Politische-sozialen Sprache in Deutschland, Stuttgart, Klett-Cotta, 1972-1992.
5 Michaël Werner y Michel Espagne: «La construction d’une référence culturelle allemande en France: genèse et histoire (1750-1914)», Annales. Économies, Sociétés, Civilisations 42-4, 1987, pp. 969-992.
6 Algunos trabajos de referencia sobre estas líneas metodológicas son Michaël Werner y Bénédicte Zimmermann: «Penser l’histoire croisée: entre empirie et réflexivité», Annales. Histoire, Sciences Sociales 58, 2003, pp. 7-36; Sebastian Conrad, Andreas Eckert y Ulrike Freitag (coords.): Globalgeschichte: Theorien, Ansätze, Themen, Frankfurt, 2007; Laurent Testot: Histoire global. Un nouveau regard sur le monde, Auxerre, Sciences Humaines Éditions, 2008; Romain