¿Esperas o aspiras?. Marta Martin
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Viajaremos a tu interior para conocer tu esencia y allí comenzará una profunda reforma guiada por una gran maestra. Una líder nata con un propósito firme que dio un cambio radical a su vida y que te colocará en el nuevo camino para el cambio: LA COACH DEL MEDIEVO: TERESA DE JESÚS.
Tengo mucho interés en saber cuál es la historia de tu vida y ya no puedo esperar más. Quiero saber para qué sirve tu vida y a qué esperas para disfrutarla.
¡COMENZAMOS EL VIAJE!
CAPÍTULO 1
TERESA DE JESÚS
LA ILUSIÓN
LA COACH DEL MEDIEVO
El coaching es un método que consiste en acompañar, instruir o entrenar a una persona con el objetivo de conseguir que cumpla metas o desarrolle habilidades específicas.
Este término, que es un anglicismo, lo hemos adoptado desde hace unos años como algo novedoso para el desarrollo personal y profesional. Nadie parece poder sobrevivir en estos tiempos sin un coach de vida que dirija su felicidad.
En el Siglo de Oro no era obligatorio tener necesidad de experiencia ni conocimientos previos específicos. La capacitación se obtenía persiguiendo un propósito fundamental: vivir… ¡que ya era bastante!
Allá por 1515, en una noche fría de las de Ávila nace Teresa de Jesús, un remolino viviente que no encontró descanso hasta el día tan anhelado de su muerte. Llegó a este mundo con un sello en su ADN, el de reformadora, algo que ella desconocía. Sus genes transmitían la información de una mujer aventurera, luchadora, emprendedora, andariega y valiente.
¡Quién le iba a decir a ella que iba a trabajar de coach para sus monjas y para una sociedad que no aceptaba cambios! ¡Y menos aún cuando venían de una mujer!
Sus técnicas de aprendizaje y enseñanza estuvieron siempre a la vanguardia de la época. Aceptó cualquier desafío que le diese la oportunidad de conocer un mundo espiritual y terrenal, convirtiéndola en un icono de cambio y progreso.
Experta en trabajar la imaginación y la visualización, inspiró con una fuerza arrolladora a pobres y ricos, creyentes y escépticos. Pocos se resistían a ser tocados con su lanza de amor e ilusión cuando la conocían.
Siempre demostró saber obtener lo que quería y, a pesar de las dificultades, ella siempre encontraba el modo de conseguirlo. Hoy diríamos que tenía objetivos muy claros y definidos.
Disfrutando las “visualizaciones”, se entregaba en cuerpo y alma a las sensaciones y sentimientos que estas le producían, creando de este modo realidades palpables. Siempre le gustó acelerar el tiempo y saber qué ocurriría en su futuro.
Contemplar todo desde las alturas fue una de sus aficiones. Volar alto es un concepto que la identifica. Para volar alto decía: “Solo hace falta tesón y una voluntad inquebrantable, que no es otra cosa que confianza en uno mismo. Si esta falta se pierde la intención de luchar por lo que se desea”.
¿ESPERAR hasta reunir la confianza suficiente para volar o ASPIRAR a iniciar el vuelo?
¡Ella lo tenía claro! Desde la infancia apuntaba maneras.
Su audacia, su carácter enérgico y su fuerza de voluntad la llevaron a realizar dos fugas en su vida. Lo de esperar no iba con ella y decidió aspirar.
Contaba con ocho años cuando en su cabeza rondaba la idea de sufrir el martirio. Convenció a su hermano Rodrigo, un año mayor que ella, para cumplir su sueño y morir en “tierras de infieles” para conseguir la entrada directa al Cielo. Salieron los dos de puntillas de casa para no ser escuchados y sus pasos los llevaron hasta las afueras de Ávila, donde acabó la aventura en cuanto su tío los vio y los devolvió a casa sanos y salvos, aunque tuvo que convencerlos antes de que les quedaba mucho por hacer en esa vida. Pero la fuga fallida no le quitó a Teresa las ganas de volver a intentarlo.
A los 20 años abandonó la casa familiar nuevamente para cumplir su sueño: ingresar en el convento de La Encarnación. Lo hizo sin el permiso paterno. Años más tarde relató que pasó uno de los más grandes dolores de su vida tomando esa decisión que sabía buena para ella y mala para su padre.
¿Qué te parece la idea de la fuga? ¿Cuántas veces has hecho un examen de conciencia y hubieras empezado de otra manera? ¿Has pensado o sentido que tu camino personal es el que realmente quieres recorrer? ¿Ves muchas piedras en el camino?
Teresa también pasó por largos periodos cuestionando todo lo que tenía alrededor y eso le causaba una gran desesperanza. Apesadumbrada, no ponía mucha atención a lo que se le pedía en ese momento en el convento, que era oración. Ella, que era muy buena relaciones públicas y a la que se le daba sorprendentemente bien estar en contacto con cuantos le daban conversación, huía de estar a solas para rezar.
¡Que levante la mano el primero que no ha huido alguna vez de sus obligaciones!
Luchó por evitar las críticas y los juicios para que no afectarán a su autoestima y a su camino. Aprendió que la gente se mete en la vida de los demás y juzga sin conocer lo que cada uno vive en su propia piel.
Como ya sabrás, durante muchos años ella solo fue Teresa; lo de santa le vino más tarde. Igual que cualquiera de nosotros, fue buscando aquello que le hacía más feliz. No creas que tú eres mucho más diferente que ella.
Cada uno en nuestros campos y a nuestra manera podemos conseguir nuestro halo de santidad cuando entendemos cuál es nuestra verdad, y eso fue lo que le ocurrió a ella.
Buscando su propio camino se enfrentó a miles de demonios, miedos, e incluso a la persecución de la Inquisición... ¡Y la Inquisición hoy pueden ser tantas cosas!
Quizá tu Inquisición actualmente esté en un pasado que te persigue, en tus complejos, en tu falta de autoestima, en la enfermedad, en la pérdida de familiares o amigos, en el dolor, en la falta de amor, en el miedo al futuro...
A cada uno nos persigue una historia. ¡¿Ves?! ¡Todos somos muy parecidos!
Teresa tuvo un momento de cambio, de luz interior, que le permitió dar un paso fuerte en su vida. Hoy, que somos tan modernos, diríamos que experimentó un salto cuántico. Es entonces cuando, a los 40 años, nace la fundadora de conventos y comienza la verdadera reforma.
Sus expectativas, experiencias y talentos se sumaron para ayudarla a hacer lo que realmente venía a hacer: ¡Vivir su proyecto de vida!
Agudizó su ingenio en esos tiempos difíciles y comenzó su trabajo como coach.
En esa época las mujeres estaban privadas de voz y no podían predicar. Estamos en un siglo difícil. Esto le llevó a escribir y a plasmar todo lo que sentía en los libros. Las moradas y El castillo interior reflejan su sentir y su pensar.
Pero a Teresa, "la andariega", apodo cariñoso que se gana a pulso por amar los caminos, le toca pagar cara su apertura de mente. Demasiado avanzada, demasiado moderna, demasiado feminista y entusiasta.
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