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Lo anterior sintoniza con la tradición oligárquica de la política chilena, que llamaba a estos congresos termales, en referencia a las viejas prácticas de los partidos Liberal y Conservador de dividirse los territorios en cónclaves. El extremo fue el pacto al que también se sumó el Partido Radical y los partidarios del general Ibáñez, que pactaron en las Termas de Chillán la legislatura de 1930 a 1932.25
La Concertación buscó cambiar el sistema electoral binominal, pero la Alianza se opuso. La forma de moderarlo sustancialmente era aceptar el uso de las primarias abiertas para seleccionar los cupos y eliminar el concepto del uti possidetis (el que EE. UU. sigue teniendo), extraído de la tradición de respetar las fronteras si ya se ocupa un territorio. Por la degeneración de este precepto, a un diputado o senador que tenía un cupo no era posible osar con ser un challenger (desafiador) en ambas coaliciones, exceptuando una pésima evaluación electoral o caer en desgracia entre los «barones» controladores del respectivo aparato partidario.
La Concertación perdió el poder con anterioridad a su derrota presidencial. En las municipales del año 2008, en el norte y en el sur, candidatos «por fuera», independientes hastiados de no poder competir en el interior de la envejecida coalición, ganaron en Calama, en Antofagasta, en Copiapó y en Punta Arenas. La derecha lo hizo en otras capitales (Iquique, Valparaíso, Rancagua, Talca, Concepción, Valdivia) y la Concertación quedó reducida a La Serena y Puerto Montt. Pero tampoco le importó a la Junta de Gobierno del PPD-PS-PR-PDC; siguió cerrando espacios, expulsando a díscolos o dejándolos ir, hasta perder con la Alianza y salir del Estado en enero de 2010.
El ocaso de la Concertación no fue solo por la administración sin reformas sustanciales del modelo socioeconómico, sino también por la presicracia, la soberbia presidencialista-centralista liderada por los barones mandarines en los partidos que hicieron dominantes a los tecnócratas políticos en los años noventa y luego a los hombres de partido.26
CONCLUSIONES
En Chile siempre se fracasó en los intentos replicativos de crear un «Bloque por los Cambios»: el Frente Popular no se atrevió a realizar una reforma agraria y luego González Videla excluyó a los comunistas, el FRAP no logró consolidar las fuerzas de izquierda, los sectores del PDC reformista y la UP revolucionaria no se entendieron. Finalmente, la Concertación no logró evolucionar de una alianza de redemocratización parcial, tanto por los enclaves autoritarios en el Congreso como por la propia falta de voluntad en una centroizquierda administradora.
De esta forma, nos salta una pregunta: ¿por qué ha sido esquiva la consolidación de un «Bloque por los Cambios» en las coaliciones analizadas? La falta de entendimientos intra e inter partidos, la interpretación de que los conflictos intimidan la gobernabilidad en vez de ser oportunidades refundacionales, la baja institucionalidad que regula la política, la ausencia de mayorías electorales, el centralismo presicrático, la recurrente presencia de enclaves autoritarios, la falta mecanismos democráticos de interacción y retroalimentación participativa son algunos de los hilos explicativos del tejido de esta historia contada y reinterpretada.
Sin embargo, podemos decir que en el continuo histórico analizado, tanto la elaboración de una «política industrial» a través de la CORFO, como la «nacionalización del cobre» y la «reforma agraria», patrimonios inalterables de la institucionalidad de Chile, surgieron en coaliciones de izquierda, que se propusieron crear un «Bloque por los Cambios».
El siglo XX fue esquivo para el «Bloque por los Cambios», cada coalición dejó un rastro en la búsqueda por humanizar el capitalismo y en el interés de mejorar las condiciones de justicia social. En cada conglomerado hubo desprendimientos y derrotas electorales, protestas sociales y críticas de intelectuales. Cada bloque fue víctima de la culpa de la experiencia de un fracaso pasado.
* Este documento se basa, entre otras fuentes, en las conferencias del profesor Tomás Moulian realizadas en la Universidad Alberto Hurtado en octubre de 2012, transcritas y editadas por Mariano F. Inostroza y Constanza Aliaga Rosales.
1 Manuel Antonio Garretón: Neoliberalismo corregido y progresismo limitado: Los gobiernos de la concertación en Chile, 1990-2010, Santiago, ARCIS, 2012.
2 Erick Hobsbawm: Historia del Siglo XX, Buenos Aires, Crítica, 1998.
3 Tomás Moulian e Isabel Torres: Discusiones entre Honorables: Triunfos, fracasos y alianzas electorales de la derecha en Chile, 1938-2010, 2011, p. 25.
4 En el libro Los asesinos del Seguro Obrero, Carlos Droguett plantea que los jóvenes que tomaron dicha institución no fueron militantes nazis, sino jóvenes enviados por los cabecillas de ese partido. Estos jóvenes fueron convocados mayormente por una acción de reivindicación más que de acción proselitista del incipiente nazismo.
5 Expresidente de la República Dominicana, quien fue fundador del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) en 1939 y el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) en 1973.
6 Marcelo Mella: «Los intelectuales de los centros académicos independientes y el surgimiento de la Concertación», Revista de Historia Social y de las Mentalidades: sociedad, política y cultura, año XII, vol. 1, 2008, pp. 83-121.
7 Alfredo Joignant: «La razón de Estado: usos políticos del saber y gobierno científico de los technopols en Chile (1990-1994)», en Tomás Ariztía (ed.): Produciendo lo social, Santiago, Ediciones Universidad Diego Portales, 2012, pp. 311-348.
8 Tomás Moulian: Chile actual: Anatomía de un mito, Santiago, LOM Ediciones, 1997.
9 Entenderemos por presicracia un tipo de presidencialismo que se basa en un centralismo tanto en las orientaciones ejecutivas como en la toma de decisiones. Ello resalta el poder del presidente no solo como líder del Estado y el Gobierno, sino en todos los espectros institucionales de lo local.
10 Ricardo Camargo: «Dealing with income inequality during the Bachelet administration, a critical analysis of the discourse of chilean political elites», Latin American Perspectives, vol. 39, n.° 4, 2012, pp. 19-34.
11 Carlos Ominami: «Chile, una transición paradojal. Notas para un examen crítico», en Yerko Quiroga y Jaime Ensignia: Chile en la Concertación 1990-2010, tomo II, Santiago, Friedrich Ebert Stiftung, 2010, pp. 21-61.
12 María de los Ángeles Fernández: «La derrota electoral de la Concertación y del progresismo en Chile: ideas para un debate», en Quiroga y Ensignia, Chile, 2010, p. 288.
13 Alfredo Rehren: Clientelismo político y reforma del Estado en Chile, Santiago, Centro de Estudios Públicos (CEP), 2000, p. 160.
14 Esteban Valenzuela y Giorgio Martelli: El fantasma federal en Chile, Santiago: FES-U de Rancagua, 2002.
15 Arturo Valenzuela: Political brokers in Chile: local government in a centralized polity, Durham, Duke University Press.
16 Esteban Valenzuela: «Presidencialismo-Centralista