Más allá de las palabras. AAVV

Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу Más allá de las palabras - AAVV страница 4

Автор:
Серия:
Издательство:
Más allá de las palabras - AAVV

Скачать книгу

y fueron integrados a un proyecto cultural nacionalista incluyente, si bien no exento de prejuicios y antiguos resentimientos. La recepción en general fue benéfica y fructífera en los distintos ámbitos, pero en la retórica nacionalista de acogida a los republicanos e incluso a nivel intelectual en revistas de cultura se tendió a sublimar el ideario políticoideológico y los estragos materiales y morales que la guerra había causado en los exiliados.

      Algunos de ellos publicarían años más tarde en la editorial Joaquín Mortiz. Es el caso de Luis Cernuda, Juan Gil-Albert, Arturo Serrano Plaja, Manuel Altolaguirre no pero sí su esposa, Concha Méndez. Entre los mexicanos, desde luego, Octavio Paz. Y, de manera póstuma en la colección Obras de Enrique Díez-Canedo, el padre del editor mexicano, de quien se publicaron ocho volúmenes de obra crítica entre 1964 y 1968, cuando no existía la digitalización ni el internet.

      3. EL FONDO DE CULTURA ECONÓMICA

      Es bien conocida la labor de edición y traducción de importantes libros de economía, sociología, ciencia política, historia y filosofía que desempeñaron los españoles en el FCE. Seguimos leyendo las traducciones de Eugenio Ímaz, José Gaos, Ramón Iglesia, Wenceslao Roces, Florentino M. Torner, José Carner, Vicente Herrero, Javier Márquez, Tomás Segovia, por mencionar a algunos. Enrique Díez-Canedo tradujo La historia como hazaña de la libertad, de Benedetto Croce (1942), y La república de Oceana, de James Harrington (1987). En 1944, apareció su libro póstumo Letras de América, editado en el FCE con el pie editorial de El Colegio de México.6

      Joaquín Díez-Canedo trabajaba en el servicio de información del ejército de Levante con Germán Bleiberg y el final de la guerra le tocó en Valencia. Sin embargo, no salió de España sino hasta agosto de 1940. En 1942 empezó a trabajar en el FCE.

      De la época de oro del llamado departamento técnico de esta editorial, se conserva la descripción que hiciera José Moreno Villa en el suplemento México en la Cultura del periódico Novedades (abril de 1951, Joaquín Díez-Canedo era entonces jefe de producción), donde además hizo retratos del grupo de españoles que trabajaban del FCE:

      Hay una clase de gente, aunque se pretenda abolir las clases, que se distinguen por una cosa que podríamos llamar bogar en el espacio, en una región vacía, donde no hay casi ruidos, interferencias ni contienda alguna. Una región, por decirlo de una vez, ideal. Esa clase de gente es la mía: a ella pertenecen todos mis amigos, sean de aquí o de allá, de Alemania o de la Cochinchina.

      Voy bogando aquí en México desde hace catorce años entre amigos que son altos, medianos o bajos de estatura, adustos o afables, expresivos o reconcentrados, pero todos remeros, remeros en la región de las ideas y las formas donde el esfuerzo máximo se hace sin pensar en la recompensa inmediata ni en el aplauso…(1951: 5).

      En 1961, Joaquín Díez-Canedo decidió dejar el FCE y fundar una editorial propia, dedicada principalmente a la literatura, rama que no estaba entre las prioridades del FCE.

      Existían otras editoriales que publicaban literatura, como Editorial Libro-Mex, la Universidad Veracruzana, Novaro, Diógenes, Jus, Diana, Grijalbo, Costa Amic (esta última hasta 1976), el propio Fondo de Cultura Económica en colecciones como Letras Mexicanas; surgieron editoriales como ERA, fundada en 1960 también por refugiados españoles (Vicente Rojo, José Azorín y los hermanos Espresate), la cual contaba con una imprenta propia, y Siglo XXI, fundada en 1965 por Arnaldo Orfila Reynal cuando fue destituido de la dirección del FCE tras el escándalo que causó en México la publicación de Los hijos de Sánchez por considerarla una obra altamente ofensiva para el país. Aunque las líneas editoriales de estas dos últimas se enfocaban a las ciencias sociales, la historia y los testimonios, publicaron también obras literarias y su contribución en este terreno es hoy ampliamente reconocida. A diferencia de sus contemporáneas Era y Siglo XXI, Joaquín Mortiz nació con un proyecto decididamente literario, si bien su catálogo incluía libros de sociología y política, psicoanálisis, historia a un nivel de divulgativo y antropología.

      Joaquín Mortiz se constituyó como una «sociedad anónima de capital variable». La principal aportación del capital fue de su suegro, el empresario y agricultor Alfredo Flores Hesse, representado en la sociedad por sus hijos Alfredo y Roberto Flores Zertuche; los encuadernadores mexicanos Jorge Flores del Prado y Francisco Suari Martí; el impresor Vicente Polo, y los editores catalanes Víctor Seix Perearnau y Carlos Barral Agesta.7 La confianza y afinidad de intereses con Díez-Canedo embarcó a Seix y Barral en un mismo proyecto: distribuir en México e Hispanoamérica los libros y materiales didácticos editados en España, la posibilidad de editar en Mortiz a autores prohibidos por la censura franquista, al mismo tiempo que Díez-Canedo promovería a los autores mexicanos en España. Esta combinación funcionó en contadas ocasiones. Lamentablemente, con la muerte prematura de Víctor Seix en 1967 y la separación de Seix y Barral poco después, la sociedad no duró mucho. Para 1974 habían vendido sus acciones de J. Mortiz.

      4. COMPLICIDADES Y ESTRATEGIAS EDITORIALES

      Uno de los objetivos que buscaban los editores catalanes y Díez-Canedo al asociarse era, los primeros, editar libros en México prohibidos por la censura, y el segundo, poder distribuir los libros mexicanos en España. Así, en J. Mortiz se publicó por ejemplo a Juan Goytisolo: Señas de identidad (1966) y Reivindicación del conde don Julián (1970) en la colección Novelistas contemporáneos; La isla (1969) en la serie del Volador y, por último, La resaca.8

      Un caso memorable fue el de El tambor de hojalata, de Günter Grass, uno de los primeros títulos de Novelistas Contemporáneos (el núm. 4 de la colección), traducido y publicado en México en 1963.

      Jaime Salinas (1925-2011), editor español hijo del poeta Pedro Salinas, bien conocido en España como editor de Alfaguara (también ligado a Alianza Editorial y que en 1956 entró a trabajar en Seix Barral), en una entrevista de octubre de 1999, poco después de que Joaquín Díez-Canedo muriera en México, cuenta la siguiente anécdota:

      El que tenía que haber sido el primer editor español de El tambor de hojalata era Carlos Barral, que poco después de su publicación en Alemania firmó contrato con Steidel Verlag para los derechos de publicación en lengua castellana.

      Eran los años sesenta y […] seguía en vigor la censura, que obligaba al editor a presentar en el Ministerio de Información y Turismo todo libro o manuscrito, donde era puesto en manos de los censores. […]

      Seix Barral no tardó en recibir el correspondiente oficio denegando la publicación de El tambor de hojalata en España. Inmediatamente Carlos Barral se lo comunicó al editor alemán proponiéndole al mismo tiempo un traspaso del contrato a la editorial mexicana Joaquín Mortiz, dirigida por el exiliado español Joaquín Díez-Canedo, con el que Barral mantenía estrechas relaciones personales y profesionales que le habían permitido publicar más de un libro que le había sido denegado por la censura. Steidel Verlag no puso inconvenientes, Joaquín Mortiz encargó su traducción a Carlos Gerhard y poco después apareció en México la primera edición en lengua española de El tambor…Hubo que esperar a la muerte de Franco y la supresión de la censura para que Alfaguara, de la que yo acababa de hacerme cargo, llegara a un acuerdo con las editoriales alemana y mexicana para su publicación en España. La única condición que puso Joaquín Mortiz fue que le compráramos su traducción. En 1978 apareció, bajo el sello Alfaguara y por primera vez en España, El tambor de hojalata (1999b: 28).9

      También la primera edición de El largo viaje, de Jorge Semprún, ganador del premio Formentor, fue impresa y hecha en México en 1965.10 La historia de esta edición la cuenta el propio Semprún en La escritura o la vida:

      Resulta, en efecto, que la censura franquista ha

Скачать книгу