La transición española. Eduardo Valencia Hernán
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“Y para que no se pueda objetar que la Asamblea fue una reflexión preocupada solo por nosotros y aislada del resto de España, añadiré que yo, un miembro mas de la Asamblea, expliqué el tema en una conferencia en Madrid donde había, entre otros, Ramón Tamames y el portavoz del PCE en Madrid, en otra multitudinaria en Córdoba en el local Juan XXIII, dirigido por José Aumente, ahora ideólogo a la sombra del Partido Andalucista, y en una conversación informal con grupos escogidos en Málaga, invitado por el canónigo amigo de Cataluña, José Mª González Ruiz. Hice una conferencia en Santiago de Compostela sobre la Asamblea, camuflada con el título Xirinachs, premio Nobel de la Paz, y otra en San Sebastián. Y como anecdotario, una conferencia que tenía que dar en Valencia fue prohibida por el gobernador. Y yendo a visitar al obispo Antonio Añoveros para que me diese permiso para hablar en un local de la iglesia, me dijo que no, poniendo en duda agresivamente, y después disculpándose, que yo tuviese −licencias canónicas− para predicar dentro de la iglesia (…).”7
También surgió la noticia de la creación de la llamada Asamblea Democrática de Euzkadi, con cierta similitud en su composición con la Asamblea. Así pues, en vista de la buena aceptación de este tipo de organizaciones dentro de la oposición democrática, se intentó relanzar el concepto de entes unitarios a lo largo de todo el territorio español.8
Por otro lado, hacía tiempo que los partidos de ámbito nacional buscaban una solución que fuera la alternativa al régimen. Para algunos grupos, Juan de Borbón parecía un buen candidato para liderar las fuerzas de oposición; sin embargo, ante la negativa de éste y la enfermedad de Franco, se decidió constituir un organismo de carácter unitario.9 El 13 de junio de 1974 se constituyó en Madrid la Junta Democrática Española (JDE) integrada por PCE, CC.OO., independientes, monárquicos juanistas (Rafael Calvo Serer y Antonio García Trevijano, Partido Socialista Popular (PSP) con Enrique Tierno Galván, grupos socialistas regionales, Partido del Trabajo de España (PTE) y otros.10 El 30 de julio de 1974, en plena enfermedad de Franco, la JDE fue presentada a la opinión pública por Santiago Carrillo y Rafael Calvo Serer simultáneamente desde Madrid y París mediante la “Declaración de la Junta Democrática de España al Pueblo Español”.
El programa presentaba una alternativa al franquismo, mediante el acuerdo entre una burguesía liberal, el movimiento obrero y los partidos de izquierda. En un primer apartado del documento se afirmó que el régimen político español tocaba a su fin, por lo que la desaparición de los factores históricos, ideológicos, económicos y estratégicos que lo sustentaban, impedían su prolongación mediante la monarquía. Para la Junta, la democracia sería el criterio único de la reconciliación nacional y por principio sería total o falsa. Por el contrario, ciertos sectores políticos de la burocracia estatal, y círculos económicos que se alimentaban de él por la corrupción, y que poseían el control policial y político, confiaban en la prolongación del sistema ofreciendo fidelidad y confianza en la continuidad del régimen franquista que pretendía haber dejado “atado y bien atado”, a la fidelidad del príncipe Juan Carlos, a su juramento y a la función de represión interior que ciertos militares atribuían a las fuerzas armadas, con una interpretación abusiva del concepto de defensa de un orden institucional que no inspiraba confianza al país.11 Por eso, la continuidad del Estado exigía por razones de dignidad y responsabilidad nacional la no continuidad del régimen anterior reinstaurándose el Estado democrático; para ello, harían falta unas organizaciones democráticas, líderes conocidos, cuadros políticos y sindicales y un programa de acción para el periodo transitorio sin perder el hecho fundamental en la creencia de una alternativa democrática frente al continuismo del régimen mediante la formalización de la unidad democrática.
Ante ese momento histórico, siendo conscientes de la necesidad de una acción democrática unitaria, informados de la ausencia de un proyecto democratizador del gobierno y decididos a asumir las responsabilidades históricas, se constituyó, con carácter abierto, la JDE con los objetivos y programa siguientes:
1 La formación de un gobierno provisional que sustituyera al actual, para devolver al hombre y a la mujer españoles, mayores de 18 años, su plena ciudadanía mediante el reconocimiento legal de todas las libertades, derechos y deberes democráticos.
2 La amnistía absoluta de todas las responsabilidades por hechos de naturaleza política, y la liberación inmediata de todos los detenidos por razones políticas y sindicales.
3 La legalización de los partidos políticos, sin exclusiones.
4 La libertad sindical, y la restitución al movimiento obrero del patrimonio del Sindicato Vertical.
5 Los derechos de huelga, de reunión y de manifestación pacífica.
6 La libertad de prensa, de radio, de opinión, y de información objetiva en los medios estatales de comunicación social, especialmente en la televisión.
7 La independencia y la unidad jurisdiccional de la función judicial.
8 La neutralidad política y la profesionalidad, exclusivamente militar para la defensa exterior, de las fuerzas armadas.
9 El reconocimiento, bajo la unidad del Estado español, de la personalidad política del pueblo catalán, vasco, gallego, y de las comunidades regionales que lo decidan democráticamente.
10 La separación de la Iglesia y el Estado.
11 La celebración de una consulta popular, entre los 12 y los 18 meses contados desde el día de la restauración de las libertades democráticas con todas las garantías de libertad, igualdad de oportunidades e imparcialidad, para elegir la forma definitiva del Estado.
12 La integración de España en las Comunidades Europeas, el respeto a los acuerdos internacionales, y el reconocimiento del principio de la coexistencia pacífica internacional.12
Estableciendo la JDE su sede en Madrid, ésta, tuvo entre sus objetivos el asumir la responsabilidad de vigilar, coordinar, impulsar, promover y garantizar el proceso constituyente de la democracia política de España, disolviéndose el día que comenzase el ejercicio de un poder político legitimado por el sufragio universal de los españoles.
El 16 de septiembre de 1974, dos meses después, el SCPAC y la CCFPC recibieron sendos comunicados de la Comisión Permanente de la JDE ofreciendose ésta a iniciar, cuanto antes, conversaciones oficiales a fin de estudiar el modo de participar en el proceso democrático unitario.13
En toda la oposición catalana, la aparición de la Junta fue mal recibida, entre otras cosas por la ausencia resaltable de socialistas y demócrata-cristianos, y porque respecto a la cuestión de las autonomías, el nivel pretendido por la Junta estaba por debajo de las pretensiones catalanistas. De este modo, era evidente que existían serias incompatibilidades entre las propuestas presentadas por la Asamblea y la propia Junta, como por ejemplo se detalla en el punto noveno del programa de la JDE donde se hablaba de la unidad del Estado español, en contraposición a la reivindicación del Estatuto de 1932 y el derecho de autodeterminación.14
Relaciones entre A.C y JDE. Septiembre de 1975
En respuesta a la invitación efectuada por la JDE se envió el 14 de enero de 1975 a través de la Comisión de Enlace que era el instrumento creado para generar contactos y negociaciones con la JDE y después con la Plataforma de Convergencia Democrática e instancias unitarias de regiones y nacionalidades del Estado español (Euzkadi y Galicia), un comunicado señalando que el 25 de septiembre el SCPAC había recibido