Del pisito a la burbuja inmobiliaria. José Candela Ochotorena
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3. Las asociaciones vecinales y la propiedad
RECAPITULACIÓN Y CONCLUSIONES
Desenlace económico: la vivienda se financia en el futuro
Conclusiones
BIBLIOGRAFÍA
Fuentes de la época
Referencias bibliográfícas
PRÓLOGO
El presente de la mayoría de la población española continúa muy marcado por la grave crisis económica iniciada en 2007-2008, que entre otros factores asociamos al pinchazo de la burbuja inmobiliaria generada desde 1997, y por el desmesurado precio de la vivienda, sea en compra o en alquiler, que explica el fuerte endeudamiento de los hogares, con trágicos efectos sociales. Ha sido frecuente contemplar esta situación como una suerte de maldición llegada desde el cielo, como resultado de los arcanos de «la economía», asumiendo que las crisis son tan inevitables como el sistema capitalista neoliberal que las ha provocado. De hecho, no es ya que apenas se haya cuestionado, más allá de algunas promesas iniciales, el marco de (des)regulación financiera orientado a facilitar la especulación que está en el origen de la crisis global, es que ni siquiera se han revisado las políticas de la vivienda, de modo que volvemos a encontrarnos con un alza socialmente intolerable de los precios y con un contexto que parece abocarnos a una nueva crisis, que algunos expertos anuncian ya para fechas cercanas.
Sin embargo, la tendencia de los españoles y las españolas a endeudarse para comprar una vivienda como opción principal no es nueva, ni se puede explicar aludiendo únicamente a los bajos tipos de interés de los últimos años ni a los factores estrictamente económicos. Se trata, por el contrario, de algo que con frecuencia hemos asumido como natural, que hemos visto como el medio habitual de solventar la necesidad de vivienda, en buena medida porque así lo hicieron las generaciones nacidas en la larga posguerra, padres y madres que compraron sus pisos con gran esfuerzo en los años de la dictadura. Es decir, que la aspiración a la compra de una vivienda se relaciona también con un factor cultural heredado, que no cabe buscar en ninguna idiosincrasia natural española, sino que es histórico y se origina a partir de unos procesos históricos concretos, en los que intervienen factores económicos, políticos, sociales y culturales. Este es el punto de partida que dio pie a la investigación que presentamos en este libro.
Corría el año 2011 cuando me correspondió dirigir el trabajo de fin de máster en Historia Contemporánea de José Candela Ochotorena, doctor en Economía con una larga trayectoria profesional y docente, un hombre culto con un permanente interés por leer, por preguntarse, por comprender las claves que explican el funcionamiento del mundo como primer paso para transformarlo. Su planteamiento partía del problema de la vivienda, constatando la anomalía con respecto a buena parte de Europa que suponía la preferencia sistemática de los españoles por comprar una vivienda en propiedad, a despecho del fuerte endeudamiento en que incurrían y las amenazas que comportaba. Como explica en su trabajo, consideraba que el instrumental analítico de la economía era incapaz de explicar de forma convincente esta situación, por lo que se propuso analizar el desarrollo histórico de una cultura de la propiedad de la vivienda en España. Se puso manos a la obra y el resultado de su interés, su intuición y su trabajo fue una excelente tesis doctoral, calificada con sobresaliente cum laude, cuyos resultados se presentan de forma más sintética y accesible en este libro.
Creo que uno de los grandes méritos del autor es su esfuerzo por integrar elementos explicativos diversos. Resulta muy perceptible que conoce bien a los grandes analistas de las sociedades contemporáneas, algo especialmente notable en lo relativo a la tradición marxista y, dentro de esta, a la sensibilidad que atiende a la relevancia de los factores culturales, de Antonio Gramsci a Edward Palmer Thompson. Lejos de una historia en compartimentos estancos, por tanto, se inclina por una historia total, con sus diversas esferas en continua interacción, que integre un análisis multifactorial, poliédrico. Así, incorpora elementos de la teoría y la historia económica (cuyo instrumental conoce bien al ser su campo inicial de especialización), de la historia política renovada (nótese la atención a las culturas políticas, a las ideas y los mitos que configuran marcos de actuación política), de la historia social (la preocupación por los factores de clase, la situación de las clases subalternas y la historia desde abajo) y de la historia cultural (el análisis de la construcción de imaginarios en torno a la vivienda y al orden social). Trata de ensamblar todo ello e integrarlo en un relato explicativo complejo, pero accesible al público interesado.
Para estudiar el origen de la cultura de la vivienda en propiedad en España, José Candela pone su foco en las primeras décadas de la dictadura franquista, atendiendo a los contextos y los procesos que influyeron en la cuestión. Estudia así las concepciones de los vencedores, con especial atención a los imaginarios construidos por católicos y falangistas en torno al hogar y la familia, así como las propuestas para resolver los acuciantes problemas de vivienda y urbanización. Nos presenta la situación miserable de los suburbios que rodeaban las grandes ciudades, donde los inmigrantes procedentes del campo se hacinaban en chabolas levantadas a toda prisa aprovechando la noche. Explica los factores económicos que incidían en el mercado de vivienda, atenazado en la posguerra por la escasez de inversión pública y la falta de incentivos adecuados para la inversión privada, elementos que fueron modificándose en los años cincuenta. Uno de los aspectos más interesantes del trabajo es el análisis de las batallas internas del franquismo en torno al urbanismo y la política de vivienda, con especial atención al caso de Madrid, donde se enfrentaron las aspiraciones de los falangistas con los sectores conservadores más vinculados a los intereses creados. Aunque los primeros, como se verá, fueron con frecuencia derrotados, acabaron por acumular un gran poder como encargados de gestionar la política de vivienda de la dictadura y dirigir la insistente propaganda que exaltaba sus objetivos y sus logros. Por ello, uno de los ejes del trabajo es la política falangista de vivienda, en especial a lo largo de los años cincuenta, con el II Plan Nacional de la Vivienda y el surgimiento del Ministerio de la Vivienda en 1957, premio de consolidación para el arquitecto José Luis de Arrese tras la derrota de la ofensiva del partido único para asegurar su control futuro del régimen.
En todo caso, el análisis más o menos pormenorizado de las políticas franquistas no deja de lado la atención a las clases populares, a los procesos desde la base y a otros sujetos presentes: los procesos migratorios, la situación de los suburbios en las grandes capitales, la acción social católica, las percepciones culturales y los anhelos sociales sobre la vivienda (que con frecuencia se rastrean en la literatura, el cine o los seriales radiofónicos), los problemas que se encontraban los inquilinos de las viviendas sociales o, en el epílogo, las reivindicaciones del naciente movimiento vecinal. A través de todo ello, el autor percibe el modo en que la política falangista orientada a promover la vivienda en propiedad, con el declarado objetivo de anular las tensiones sociales y la lucha de clases, encontró un terreno fértil en una sociedad con graves problemas habitacionales y pudo converger o sumarse al desarrollo de la aspiración social a una estabilidad económica simbolizada por el hogar familiar en propiedad. De esta manera, en los años cincuenta se estaban poniendo las bases de la cultura de la vivienda en propiedad en España, asentada en la década siguiente.
Evidentemente, se trata de una investigación sobre los orígenes de esta cultura o tendencia a la vivienda en propiedad, que José Candela ha caracterizado como una institución cultural de la sociedad española. Pero ello no implica dar un brusco salto al presente, atribuyendo sin más las causas de la situación actual a los procesos desarrollados a mediados del siglo pasado. Esta cultura u obsesión por la propiedad se fue consolidando y generalizando en España en las décadas siguientes, en paralelo al desarrollo de un mercado inmobiliario fuertemente especulativo, que además se reforzó desde mediados de los años ochenta y de nuevo desde finales