Aquello sucedió así. Ángeles Malonda Arsis
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El libro titulado Aquello sucedió así (uno más a favor del tema guerra y paz españolas) es alivio del trauma feroz que padeciera su autora, volcando en él sus angustias. Ángeles Malonda tardó cuarenta años desde escribir hasta decidir publicar sus ásperas experiencias.
Que el relato de todas ellas sea una llave más que pueda cerrar para siempre aquel desdichado tiempo que fuimos sobrepasando a toda costa. Sin olvidarnos de las exigencias de la libertad: respeto, solidaridad en lo justo, tolerancia, convivencia y ¡también! heroísmo para vencer la propensión a considerar justas e inapelables nuestras propias creencias y decisiones.
Algo bueno pasó por la existencia de la autora a través de sus prisiones: el primer fiscal, Santa Clara y sus monjas.
CARMEN CONDE
SENDA | |
Hemos vivido la tragedia, | Hay que avanzar sin derrotero, |
y es un abismo lo que media | sin norte, fe ni paradero, |
entre el ahora y el ayer. | en la vorágine brutal… |
Se ha desplomado nuestra obra | Necesitamos otra senda, |
en este mar donde zozobra | lejos del caos de la contienda, |
nuestro sentido del deber. | donde renazca nuestra fe. |
Como entregados a la suerte, | Porque del mal que padecemos |
hemos vivido entre la muerte, | nada nos cura, y no sabemos |
embrutecidos de dolor. | el cómo, el cuándo ni el porqué. |
¿Dónde estarán nuestras quimeras, | ¡Desvanecer la noche oscura, |
las ilusiones lisonjeras, | poner un fin a la tortura, |
las esperanzas y el amor? | hacer concreto nuestro afán! |
El porvenir ya no nos llama; | ¡Vivir sabiendo que vivimos |
envenenados por el drama, | y que seremos lo que fuimos |
ya no sabemos dónde ir. | y que hallaremos un Jordán! |
Y nuestros nervios, destrozados, | Luz, ilusiones y ardimiento, |
nos abandonan, amarrados | una esperanza en el tormento, |
al ciego instinto de vivir. | rutas y anhelos que seguir… |
Nuestro sendero se ha perdido | ¡Algo que salve lo que media |
y nuestra llama se ha extinguido | entre el dolor de la tragedia |
en un crepúsculo mortal. | y la alegría de vivir! |
LUIS HERNÁNDEZ ALFONSO
Prisión «La Campana»
Granada, 1940
LA RECLUSA | |
Sobre su duro petate | y van pasando las horas, |
la reclusa está tumbada. | los días y las semanas; |
Por los hierros de la reja, | y van pasando ¡los años!; |
la luna su luz irradia. | y ya estoy sin esperanza. |
Besa su serena frente, | Ya no veo a mis amigos, |
besa su carita pálida | mis padres ni mis hermanas. |
y le dice muy quedito: | Ya no me besan mis hijos, |
–Dime, nena, ¿qué te pasa? | como antes, cada mañana. |
–¡Ay!, luna, luna querida, | –Calla –la luna, muy quedo, |
luna bella, luna clara, | dice–, niña, calla, calla, |
que va siendo mucho el tiempo | que muy pronto volverás |
que me veo aquí encerrada; | a la libertad soñada. |
ÁNGELES MALONDA
Prisión Provincial, 1942
Cuanto atenta a la vida: Homicidios, genocidio, suicidios, etc., cuanto viola la integridad humana, como por ejemplo las mutilaciones, torturas morales o físicas, conatos sistemáticos para dominar la mente ajena; cuanto ofende a la dignidad humana, como son las condiciones infrahumanas de vida, las detenciones arbitrarias, etc. sin respeto a la libertad y a la responsabilidad de la persona; todas esas prácticas son en sí mismas infamantes, degradan la civilización; a quienes deshonran es a sus autores y no a sus víctimas y son totalmente contrarias al honor debido al Creador.
Gaudium et Spes, nº 27
El brillo de las palabras pasa y el valor de los ejemplos queda.
El poeta ruso Derzhavin dice:
Un tribunal injusto es un mal peor que los asaltos en los caminos. Tan sólo los que han sufrido en su propia carne lo tienen grabado en el corazón.
Un intelectual traiciona su misión si no es el más constante defensor de la civilización y la libertad de pensamiento.
MARÍA CURIE
VIVENCIAS RETROSPECTIVAS
Alguien entendido en estos menesteres de escribir me indica que, antes de dar a conocer cuanto se narra en el presente libro, debiera plasmar en unas cuartillas algunas vivencias retrospectivas que dieran idea al posible lector del estrato al que pertenezco en la sociedad que nos ha correspondido vivir; de dónde sale esa mujer que, al decir de uno de sus amigos que conoce la trayectoria de su vida, «ha batido el récord del placer y del dolor», y añade que eso tiene de bueno, que es vivir intensamente, que no es aquello de pasar por la vida «sin pena ni gloria», o sea de una manera anodina, lo cual suele ser tan corriente.
La verdad es que yo, la interesada, pienso que esos terribles trallazos que asesta la envidia, la ruindad de gentes malvadas que gozan con el dolor ajeno; el que pierda la vida un ser querido, el cautiverio, el constatar cuán perverso puede ser un sector de los humanos capaz de distorsionar hogares felices;