Кровавая свадьба. Йерма. Дом Бернарды Альбы. Трилогия. Книга для чтения на испанском языке. Федерико Гарсиа Лорка
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SUEGRA. La madre de él creo que no estaba muy satisfecha con el casamiento.
LEONARDO. Y quizá tenga razón. Ella es de cuidado.
MUJER. No me gusta que penséis mal de una buena muchacha.
SUEGRA. Pero cuando dice eso es porque la conoce. ¿No ves que fue tres años novia suya? (Con intención.)
LEONARDO. Pero la dejé. (A su MUJER.) ¿Vas a llorar ahora? ¡Quita! (Le aparta bruscamente las manos de la cara.) Vamos a ver al niño.
MUCHACHA. Señora.
SUEGRA. ¿Qué pasa?
MUCHACHA. Llegó el novio a la tienda y ha comprado todo lo mejor que había.
SUEGRA. ¿Vino solo?
MUCHACHA. No, con su madre. Seria, alta. (La imita.) Pero ¡qué lujo!
SUEGRA. Ellos tienen dinero.
MUCHACHA. ¡Y compraron unas medias caladas! ¡Ay, qué medias! ¡El sueño de las mujeres en medias! Mire usted: una golondrina aquí (Señala al tobillo.), un barco aquí (Señala la pantorrilla.), y aquí una rosa (Señala al muslo.).
SUEGRA. ¡Niña!
MUCHACHA. ¡Una rosa con las semillas y el tallo! ¡Ay! ¡Todo en seda!
SUEGRA. Se van a juntar dos buenos capitales.
MUCHACHA. Vengo a deciros lo que están comprando.
LEONARDO (fuerte). No nos importa.
MUJER. Déjala.
SUEGRA. Leonardo, no es para tanto.
MUCHACHA. Usted dispense. (Se va llorando.)
SUEGRA. ¿Qué necesidad tienes de ponerte a mal con las gentes?
LEONARDO. No le he preguntado su opinión. (Se sienta.)
SUEGRA. Está bien.
MUJER (a LEONARDO). ¿Qué te pasa? ¿Qué idea te bulle por dentro de la cabeza? No me dejes así, sin saber nada…
LEONARDO. Quita.
MUJER. No. Quiero que me mires y me lo digas.
LEONARDO. Déjame. (Se levanta.)
MUJER. ¿Adónde vas, hijo?
LEONARDO (agrio). ¿Te puedes callar?
SUEGRA (enérgica, a su hija). ¡Cállate!
¡El niño! (Entra y vuelve a salir con él en brazos.)
Las patas heridas,
las crines heladas,
dentro de los ojos
un puñal de plata.
Bajaban al río.
¡Ay, cómo bajaban!
La sangre corría
más fuerte que el agua.
MUJER (volviéndose lentamente y como soñando.)
Duérmete, clavel
que el caballo se pone a beber.
SUEGRA.
Duérmete, rosal,
que el caballo se pone a llorar.
MUJER.
Nana, niño, nana.
SUEGRA.
¡Ay, caballo grande,
que no quiso el agua!
MUJER (dramática).
¡No vengas, no entres!
¡Vete a la montaña!
¡Ay, dolor de nieve,
caballo del alba!
SUEGRA (llorando).
Mi niño se duerme…
MUJER (llorando y acercándose lentamente.)
Mi niño descansa…
SUEGRA.
Duérmete, clavel,
que el caballo no quiere beber.
MUJER (llorando y apoyándose sobre la mesa.)
Duérmete, rosal,
que el caballo se pone a llorar.
CUADRO TERCERO
CRIADA. Pasen…
¿Se quieren sentar? Ahora vienen. (Sale.)
MADRE. ¿Traes el reloj?
NOVIO. Sí. (Lo saca y lo mira.)
MADRE. Tenemos que volver a tiempo. ¡Qué lejos vive esta gente!
NOVIO. Pero estas tierras son buenas.
MADRE. Buenas; pero demasiado solas. Cuatro horas de camino y ni una casa ni un árbol.
NOVIO. Éstos son los secanos.
MADRE. Tu padre los hubiera cubierto de árboles.
NOVIO. ¿Sin agua?
MADRE. Ya la hubiera buscado. Los tres años que estuvo casado conmigo