Listos para correr. T.J. Murphy
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• Contamos con unas nalgas poderosas. Es cierto, los músculos glúteos son grandes, pero no están ahí únicamente para llenar los pantalones vaqueros. Es posible caminar con los glúteos prácticamente inactivos. Sin embargo, inicia un esprín y los glúteos se volverán esenciales para tu estabilidad general, evitarán que caigas de bruces a cada paso. Los glúteos son los músculos más grandes del cuerpo, y si se saca todo el partido de ellos (una vida sentado en sillas puede impedir el magnífico flujo de energía que la cadena muscular posterior del cuerpo está preparada para canalizar), estarás utilizando unos músculos relativamente inagotables.
• Los conductos auditivos son el equivalente a las computadoras en los viajes espaciales. Sí, incluso los conductos auditivos están especializados para correr bien. Correr consiste en ir dando botes, cosa que no pasa al caminar. Y, si no, para hacerte una idea de cuántas cosas suceden cuando recorres una calle corriendo, fíjate en el movimiento en forma de ocho de la coleta de una corredora en acción. Como un ordenador con giroscopios, los conductos auditivos transmiten señales al sistema musculoesquelético para corregir el constante flujo de mínimos desequilibrios propios de un organismo bípedo en movimiento.
Si tienes alguna duda de que, gracias a millones de años de evolución, has nacido para correr, sea en el campo, en una pista, con botas militares o en un maratón, lee el libro de Lieberman La historia del cuerpo humano. Hay una razón para que tengamos los dedos del pie cortos (estabilización de los pies), una cintura estrecha en contraste con la anchura de los hombros (potencia generada mediante una rotación óptima), unas nalgas poderosas, giroscopios en el cráneo y piel que irradia el exceso de color corporal, gracias a millones de glándulas sudoríparas: estamos diseñados para correr como el viento. La finalidad de este libro es que lo consigas.
PARTE 2
La misión de este libro es ofrecer a los que corren o quieran correr unas pautas claras. Tanto si eres un corredor de fondo, un futbolista, un crossfitter o un soldado, quiero que estés seguro de que estás listo para ser el mejor corredor posible y disminuir los riesgos de desgaste y lesiones. Las normas que presento en esta parte del libro están pensadas para que determines cuán listo para correr estás y ayudarte a alcanzar la capacidad óptima para la que tu cuerpo fue diseñado.
CAPÍTULO 3
INTRODUCCIÓN A LOS ESTÁNDARES
En los capítulos siguientes presento y explico los doce estándares que cumplirás para completar una evaluación exhaustiva de tu estado para correr, a saber:
• Pies neutros.
• Zapatos planos.
• Una columna vertebral flexible.
• Una técnica eficaz para ponerse en cuclillas.
• Flexión de caderas.
• Extensión de caderas.
• Movilidad del tobillo.
• Calentamiento y recuperación activa.
• Compresión.
• Ausencia de puntos dolorosos.
• Hidratación.
• Saltos y aterrizajes.
Propender, cumplir y mantener estos doce estándares da los siguientes resultados:
• Los tejidos están sanos e hidratados, y las superficies entre tejidos se deslizan más que se traban, igual que un velcro.
• Las articulaciones asumen su posición correcta.
• El grado de movilidad normal se restablecerá para que tobillos, rodillas y caderas trabajen tal como fueron diseñados, liberando toda su potencia y reduciendo al mínimo las fuerzas destructivas que pueden «pinchar tus ruedas».
• La mecánica esencial y los patrones de control motor se reinstalarán de modo que, cuando camines y corras, no machaques los cartílagos y tejidos conjuntivos.
• La función de las caderas será óptima, con lo cual obtendrás más potencia al correr, disminuirá la presión en las rodillas y adquirirás la capacidad de correr con estilo, tanto si eres un principiante en su primera carrera o sesión de crossfit, como un corredor con larga experiencia en la competición que se sume en los extremos más profundos y oscuros del cansancio propios de las carreras largas.
• Y más.
Tal vez todos hayamos nacido para correr, pero a veces algo se tuerce por el camino. Todo va a pedir de boca hasta que nos sentamos y nos quedamos encajados en pupitres el primer año de colegio. La cosa es que los tejidos y articulaciones se amoldan a las posiciones en que pasamos la mayor parte del tiempo. Si pasas una parte significativa del día sentado en una silla o con unos zapatos que elevan los talones, el cuerpo se alabea y sufre restricciones por culpa de esos patrones. Súmale a esto los períodos que pasas con la cabeza inclinada sobre el teléfono mientras escribes en el teclado y los resultados pueden ser anquilosantes. Esas nuevas posturas y tendencias de tejidos y articulaciones en ningún caso favorecen una actividad como correr. Por eso tienes que volver a nacer para correr.
EL CAMBIO ES POSIBLE
El primer paso para este renacimiento es reconocer la posibilidad de restablecer tus capacidades naturales a pesar de los daños que se hayan producido por estar tanto tiempo sentado, por haberte cuidado tan poco y por depender demasiado para correr de unas zapatillas sobredimensionadas, de los analgésicos y de la fuerza de voluntad para superar los obstáculos físicos.
La premisa clave de este libro es que es posible cambiar. Comienza por esa mentalidad según la cual la clave para disfrutar corriendo toda una vida se encuentra en el mismo cuerpo, y tu labor es preparar ese camino.
¿Cuánto cuesta recuperar los tejidos, articulaciones y mecánica a un nivel óptimo? Los doce estándares son postes indicadores. Son objetivos que implican el estilo de vida, el grado de movilidad, la capacidad de movimiento y los hábitos relacionados con correr.