El reino suevo (411-585). Pablo C. Díaz Martínez

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El reino suevo (411-585) - Pablo C. Díaz Martínez Universitaria

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sobre aproximadamente 100.000 kilómetros cuadrados en el noroeste de Hispania durante ciento setenta y cinco años.

      ¿Es posible que una entidad política de estas características no haya generado una producción bibliográfica concreta que valore el reino suevo en función de sus propias circunstancias y no de su hipotética falta de proyección o importancia posterior? ¿Es posible que no haya generado una producción no marcada por una utilización ideológica interesada y, a todas luces, desproporcionada? Ciertamente sí.

      Del total de estos títulos, más de la mitad están dedicados a Orosio y Martín de Braga (760 sobre 1.361). En cuanto al primero, la mayoría de las investigaciones disponibles no aportan prácticamente nada a nuestro estudio, salvo alguna precisión sobre el contexto peninsular en el momento de las invasiones del 409, de las que probablemente fue testigo directo. Hasta donde sabemos Orosio no conoció la realidad sueva de primera mano. En relación con Martín de Braga, la mayoría de los títulos se refieren a un análisis de sus obras o de las controversias teológicas en que se vio inmerso, en general al margen de la historia interna del reino suevo en el que vivió, o en el mejor de los casos de la sociedad que éstas reflejan, con especial atención al tratado De correctione rusticorum. La producción dedicada al estudio de este texto es amplísima; a partir de él se han estudiado las supervivencias paganas y supersticiosas de Gallaecia, normalmente considerando que el texto reproduce una situación absolutamente inmediata a Martín, sin tener en cuenta que algunos de sus elementos probablemente son pura erudición. Pero, aun aceptando que el texto reprodujese el ambiente religioso y creencial de la Gallaecia del siglo VI, su contenido nos pone en relación con prácticas ancestrales campesinas de un entorno sólo parcialmente cristianizado y su relación con los suevos y sus posibles prácticas religiosas es nula. Nuestro conocimiento sobre las creencias y la religiosidad que los suevos pudiesen tener antes de su asentamiento en la península Ibérica no pasa de algunas generalidades sobre los germanos procedentes de los textos clásicos (Cesar, Tácito o Ammiano Marcelino) y las fuentes hispanas no recogen nada sobre el particular.

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