Cincuenta maneras de mejorar a tu familia. José Javier Ávila Martínez

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Cincuenta maneras de mejorar a tu familia - José Javier Ávila Martínez Bolsillo

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de un tiempo razonable para ver la televisión, jugar con la video consola, etc., para lo cual habrás planificado un plan con tus padres. Un uso excesivo es una perdida de tiempo, además de provocar adicción.

       Al ir creciendo, habrá juguetes que ya no uses, por lo que podrías dárselos a los hermanos más pequeños o a niños necesitados, siempre que los entregues en buen estado.

      Adolescentes

       Al comer con tus amigos sé moderado en la comida y en la bebida, no te dejes llevar por el capricho. Es un buen detalle servir antes a los demás.

       Administra bien el dinero que vas consiguiendo a través de pequeños trabajos, pagas familiares, etc. No tienes que gastarlo todo: es conveniente ahorrar una parte, para emplearla en un futuro.

       Procura estar disponible para realizar pequeños arreglos en casa, que además servirán para evitar gastos innecesarios.

      AMABILIDAD

      «Transmiten felicidad

       los que viven con amabilidad»

      Vivimos en sociedad y durante el día nos encontramos con bastantes personas: en el trabajo, en el colegio, en el edificio donde vivimos, por la calle, en los medios de transporte, etc. Si esas relaciones, algunas esporádicas y otras más estables, las convertimos en amables, en lugar de «frías, secas y superficiales», haremos una sociedad más humana, grata y confortable.

      Fruto de la buena educación es una actitud permanente de amabilidad y cordialidad hacia los demás. Es amable quien logra que las personas de alrededor –sean cuales fueren– se encuentren a gusto, sabiendo encontrar las palabras oportunas, del modo que sean mejor recibidas.

      La cordialidad es enemiga de irritaciones impulsivas ante las dificultades. Se hace cargo de la situación de cada persona y trata de ayudarla.

      La amabilidad se demuestra en gestos, igual que en palabras y hechos. Su distintivo es la sonrisa. Horacio decía: «Nada impide decir la verdad sonriendo»6.

      Padres

       Procura crear un grato ambiente familiar, donde todos puedan expresarse libremente, estando todos pendientes de cada uno de los miembros de la familia.

       Ten una buena relación con los vecinos, saludándoles siempre que les veas, preguntándoles por su salud y ofreciéndote a ayudarles en lo que necesiten.

       Cuando hables en casa de tus compañeros de trabajo, transmite el tono de amabilidad y compañerismo con que os tratáis. Vuestros hijos captarán ese buen ejemplo.

      Niños

       Trata con amabilidad a tus compañeros de clase, llámales por sus nombres y mantén un buen ambiente de cordialidad entre todos.

       Con tus abuelos sé muy amable y cariñoso. Para ellos ocupas un lugar muy especial en su vida, y seguro que en la tuya también ocupan un lugar muy importante.

       En casa cuida la relación con tus padres y tus hermanos. Si vives la amabilidad con ellos, te resultará natural vivirla con los demás.

      Adolescentes

       Además de saludar a los vecinos, préstate a ayudarles en diversas circunstancias: al descargar bultos del coche, al subir las bolsas de la compra, al ayudarles en algún pequeño arreglo doméstico, etc.

       Fomenta un trato amable y afectuoso con tus amigos, escucha sus opiniones y pregúntales también por sus padres y sus hermanos.

       Cuando vayas de compras, utilices un transporte público, etc.; trata con amabilidad a los dependientes y a quienes se ocupen de la atención al público. Además de agradecerles su servicio, les mostrarás la importancia de su trabajo.

      DILIGENCIA

      «Denotan una gran ciencia

       los que actúan con diligencia»

      Son continuas y variadas las tareas que debemos desarrollar: profesionales, académicas, domésticas, etc., y su demora, además de ocasionar trastornos a los demás, también nos produce un cierto «deterioro» personal. Como se suele decir en el refranero español: «No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy», lo cual lleva implícito vivir la virtud de la diligencia.

      Los encargos familiares facilitan, entre otras cosas, que todos los miembros de la familia mejoren en diligencia.

      Con las responsabilidades familiares, los hijos aprenden, desde pequeños, a colaborar con obras en la buena marcha del hogar. Tener un encargo concreto a los cuatro o cinco años hace posible que a los quince o dieciséis vean lógico y natural preocuparse del conjunto del hogar y de mantener un clima familiar acogedor.

      Los más pequeños comienzan ayudando a realizar algún trabajo del hogar. Más adelante se responsabilizarán de una tarea. Con ellos, es muy importante pedirles ayuda en pequeñas tareas que puedan hacer bien, para que disfruten con la satisfacción de un trabajo bien hecho por ellos mismos.

      De este modo, el niño aprenderá con placer y cultivará el afán y voluntad de actuar por sí mismo. Pronto podrán pasar de la ayuda a la colaboración, entendiendo que los trabajos del hogar son de todos, según las posibilidades de cada uno7.

      Padres

       Al asignar encargos a tus hijos, además de indicarles cómo deben realizarlos, debes hacerles ver que tan importante es que los realicen, como la diligencia en hacerlos.

       Transmite un buen ejemplo en el desempeño de tus obligaciones profesionales. De esta forma, tus hijos aprenderán a actuar del mismo modo.

       Ante las necesidades de tus vecinos, acude con prontitud para echarles una mano. En muchas ocasiones la urgencia de una actuación indica el interés en ayudar.

      Niños

       Por la tarde, al llegar a casa tras la jornada escolar, merienda relajadamente con tus hermanos y ponte enseguida a hacer los deberes, de acuerdo al plan que tengas previsto.

       Realiza tus encargos en los momentos establecidos para hacerlos. Si te demoras en cumplirlos, otros tendrán que hacerlos en tu lugar.

       En el Colegio, ayuda a tus compañeros con diligencia. Ten en cuenta que muchas veces la ayuda que se necesita ha de prestarse en un momento concreto, y si se retrasa pierde eficacia.

      Adolescentes

       Haz cuanto antes los trabajos que te manden en el Instituto o en el Colegio. Si los dejas para última hora, te agobiarás y posiblemente no conseguirás la nota que hubieras obtenido al hacerlos con más tiempo.

       Pon entusiasmo y diligencia en cumplir los objetivos académicos que te hayas marcado. El resultado final dependerá de cómo los vayas realizando.

       Actúa con prontitud ante las necesidades de tus amigos. Un buen barómetro de la amistad es la prontitud de tu intervención.

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