Si Ella Huyera. Блейк Пирс

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Si Ella Huyera - Блейк Пирс

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SEIS

      Parecía que el esposo de Marjorie Hix —Joseph Hix, de cincuenta y tres años— lo había hecho mejor que su hermano. Mientras Joseph Hix había logrado adquirir una casa en un adinerado suburbio y, de acuerdo a los reportes policiales, por su trabajo se había embolsado cerca de cuatrocientos mil dólares el año anterior, su hermano, Kyle, estaba viviendo en un complejo de apartamentos venido a menos. Estaba localizado en una parte aceptable de la ciudad, separada de la parte no tan aceptable por unas pocas cuadras.

      El edificio de apartamentos había sido construido para lucir como si los pasadizos exteriores que contenían las escaleras separaban pequeños townhouses, pero Kate había visto bastante de estos tipos de complejos para saber que no era tal cosa. Subieron dos tramos de escaleras y llegaron al apartamento de Kyle Hix. Kate tocó la puerta, sin esperar respuesta.

      Así que cuando respondieron casi de inmediato, se sorprendió. No solo eso, sino que contestaron en un tono tan áspero y altisonante que la hizo retroceder un poco, y casi poner la mano en su pistola.

      El hombre que contestó se veía transtornado —exhausto, irritado por haber sido molestado, y entrecerrando los ojos debido a la luz solar.

      —¿Quién es usted? —preguntó el hombre.

      —¿Es usted Joseph Hix? —preguntó Kate.

      Él gruñó, como si no estuviera del todo seguro de sí mismo. Era también obvio que no tenía intención de responder. Mientras aguardaba, Kate percibió el tufo de alcohol, de algo fuerte. Whisky, pensó.

      DeMarco fue la primera en sacar su identificación, y Kate lo hizo a continuación. Kate dejó que DeMarco tomara la delantera, siempre tratando de ser consciente de que esa parte de su arreglo especial con Durán y el Buró podía ser también una gran oportunidad de entrenamiento para DeMarco.

      —Agentes DeMarco y Wise —dijo DeMarco—. Estamos asignadas a Frankfield, para investigar el asesinato de su esposa.

      El hombre asintió y se apartó de la puerta. Se tambaleó un poco, lo que hizo preguntarse a Kate si ese tufo de whisky había sido de una bebida muy reciente, sin ser siquiera las dos de la tarde.

      —Bueno, sí… Soy Joseph. Y podría haberles ahorrado el viaje. Puedo decir quién la mató. Pasen… Las ayudaré —rió, divirtiéndose aparentemente, y yéndose para dentro.

      —Hey, espere —dijo DeMarco—. Usted no puede hacer una declaración como esa. ¿Sabe con certeza quién la asesinó?

      —No tengo pruebas, pero sí que tengo idea.

      —Déjenos juzgar eso —dijo Kate—. ¿Qué es lo que sabe?

      —Se los mostraré.

      Lo siguieron adentro y Kate comenzó a sentirse incómoda. No estaba segura de si Hix estaba sumido en un perpetuo estado de dolor y borrachera o si estaba transtornado, o ambas cosas. Pero lo que sí sabía era que los hombres manejaban la pena de manera muy distinta. Y la mirada de fatiga y me importa un carajo que había visto cuando él abrió la puerta nunca anunciaba nada bueno.

      El apartamento estaba modestamente equipado pero era limitado en espacio. Hix las condujo directamente a la cocina, donde ni siquiera se molestó en parecer un tipo centrado. Tomó una botella de whisky que se hallaba en el tope y se sirvió un vaso. Se encogió de hombros ante las agentes y se lo bebió de un trago.

      —Esto no la trae de vuelta —dijo con una mueca—, pero hace que duela muchísimo menos.

      —Esta es la casa de su hermano, ¿correcto? —preguntó Kate.

      —Sí. Es una madriguera, pero Kyle… él es ahora todo lo que tengo.

      —Sr. Hix, ¿estaría dispuesto a contestarnos algunas preguntas?

      —Sí. Pero como dije, puedo decirle quién la asesinó. Se lo dije a los policías, también… pero ya ven hasta dónde llegué.

      Kate no se tragó el anzuelo, porque no quería que un hombre adolorido y borracho las llevara a una conejera que no conducía a ningún lugar. Aparentemente, DeMarco sentía lo mismo porque cuando hizo la siguiente pregunta, hizo un esfuerzo por llevar la conversación a otros derroteros

      —Trabaja como especialista en propuestas, ¿correcto? —preguntó DeMarco—. ¿Algo con telecomunicaciones?

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