Superentrenamiento. Yury Verkhoshansky

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Superentrenamiento - Yury Verkhoshansky Entrenamiento Deportivo

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las reservas de sustancias bioenergéticas, sino también de cambios estructurales en los músculos y otros tejidos, así como de la mejora de la eficacia y del ritmo de procesamiento neuro-muscular y bioenergético. Ésta es una razón principal por la que los científicos rusos prefieren emplear el término reconstrucción adaptativa para describir la respuesta del cuerpo al entrenamiento físico.

      A pesar de estos defectos, la teoría de la super-compensación tuvo un profundo impacto sobre el entrenamiento deportivo, porque podía relacionarse con rapidez con el sistema de acondicionamiento cíclico cuidadosamente planificado y conocido como periodización (cap. 6). La periodización comprende la organización de todos los componentes del entrenamiento (como la fuerza, la fuerzavelocidad, la resistencia cardiovascular y la fuerza-resistencia) en fases secuenciadas cuidadosamente (microciclos, mesociclos y macrociclos) de intensidad y volumen bajos, medios o altos, y una recuperación continua para que el deportista pueda alcanzar unos objetivos específicos de rendimiento en competiciones dadas y dentro de un período de tiempo prolongado.

      Tanto la teoría de Selye como el principio de la periodización coinciden en que la planificación de cada ciclo y sesión de entrenamiento depende de la imposición óptima de cargas repetidas de intensidad y volumen apropiadas con un tiempo de recuperación adecuado entre los estímulos del entrenamiento. Si el estímulo del entrenamiento es inadecuado, la respuesta de alarma será mínima y el cuerpo no sentirá la necesidad de proceder con un proceso de supercompensación o reconstrucción adaptativa, como se verá en «Bioquímica de la adaptación en el deporte».

      Reconstrucción adaptativa frente a la supercompensación

      Como ya se hizo hincapié con anterioridad, es preferible emplear un término como reconstrucción adaptativa que otro como supercompensación cuando nos referimos a la adaptación del cuerpo a las cargas del entrenamiento. Así pues, aunque los sistemas de energía o las reservas de adaptación parezcan haberse adaptado, compensado o sobrecompensado en su magnitud, se producen mediante el entrenamiento cambios tróficos y de otro tipo que no están relacionados directamente con los cambios en el tamaño de las reservas de energía. El entrenamiento provoca cambios del tejido muscular y del tejido conectivo como son la hipertrofia tisular, la alteración de las características de las fibras musculares, la intesificación de la síntesis de proteínas, la activación del aparato genético de las células musculares y el aumento del ritmo de liberación de energía, todos los cuales ya han sido tratados. La mayoría de estos cambios se estudiarán en detalle en la siguiente sección para poder presentar otros modelos de entrenamiento a lo largo del libro.

      FIGURA 1.34 Modelo del síndrome de adaptación general de Selye. La energía de adaptación profunda a menudo se refiere a las reservas actuales de adaptación (RAA) entre los autores rusos.

      La adaptación depende sobre todo de la interrelación entre la función de una célula y su aparato genético, lo cual constituye el mecanismo siempre activo de la regulación intracelular.

      A diferencia de las reacciones de adaptación inmediata, el proceso de la adaptación prolongada a una actividad muscular sistemática suele consistir en la intensificación de los procesos biosintéticos, sobre todo los de la síntesis de proteínas, así como en la aparición de cambios estructurales acusados de los tejidos.

      El empleo de aminoácidos marcados con sustancias radiactivas ha revelado que el entrenamiento intensifica la síntesis de proteínas en las miofibrillas, mitocondrias, sarcoplasmas y microsomas de los músculos esqueléticos y del corazón (Platonov, 1988). La síntesis de los precusores del ADN y del ARN también se intensifica, lo cual manifiesta la activación del sistema genético de las células musculares, a la vez que la síntesis del ARN en el músculo cardíaco también se incrementa durante el entrenamiento. En este sentido, se produce un aumento de la actividad de las enzimas que son componentes estructurales de la síntesis de ácidos nucleicos.

      El entrenamiento intensifica la formación de todo tipo de material celular incluidas las mitocondrias, las proteínas miofibrilares, el retículo endoplasmático y las distintas enzimas. También aumenta el espesor de las motoneuronas y el número de ramificaciones nerviosas terminales; al igual que el número de núcleos y miofibrillas en las fibras musculares. Además de la intensificación de la síntesis de proteínas estructurales, aumenta la síntesis de proteínas enzimáticas (sobre todo aspartato-amino-transferasa musculoesquelética) durante el entrenamiento.

      Los nucleótidos (ADP, AMP, adenosínmonofosfato), la creatina, el fosfato inorgánico y algunos aminoácidos, así como las proporciones (ratios) ADP/ATP y creatina/PC, desempeñan un papel importante en la activación de la síntesis proteica provocada por el entrenamiento. Parece ser que la acumulación de metabolitos formados durante la actividad muscular, así como el descenso de los niveles de ATP y PC, podría señalar la activación del sistema genético de las células musculares. El cambio operado en el metabolismo de las hormonas como los glucocorticoides, somatropinas, andrógenos, insulina y hormonas tiroideas es muy importante para la intensificación de la síntesis de proteínas durante el entrenamiento. Por tanto, la síntesis adaptativa de proteínas como resultado del entrenamiento está inducida tanto por los componentes hormonales como por los componentes no hormonales.

      El proceso general consistente en la intensificación de la biosíntesis adaptativa enzimática y estructural que conduce finalmente a su supercompensación es muy importante para la adaptación bioquímica durante el entrenamiento con cargas físicas.

      En los músculos esqueléticos, el entrenamiento aumenta los niveles de sustratos de energía (glucógeno, PC y creatina), proteínas musculares (p. ej., miosina, actomisoina, proteínas sarcoplasmáticas y mitocondriales), fosfolípidos, vitaminas, minerals (p. ej., hierro, calcio, magnesio) y nucleótidos (Platonov, 1988).

      Sin embargo, la concentración de ATP no aumenta bajo la influencia del entrenamiento, probable-mente debido al metabolismo acelerado del ATP de los músculos, que implica la intensificación de su síntesis y su descomposición. El aumento de la actividad de cierto número de enzimas que catalizan la reacción metabólica de energía es un componente integral de la adaptación bioquímica durante el entrenamiento, sobre todo la actividad de las enzimas glucolíticas (p. ej., hexocinasa, fosforilasa y piruvatocinasa) y las enzimas en la resíntesis oxidativa del ATP.

      Por tanto, y como resultado del entrenamiento, se produce la supercompensación de algunas de las fuentes de energía, aumenta la actividad de las enzimas y cambian las proporciones de la actividad entre los sistemas de enzimas. A su vez, el estado de la supercompensación de la energía sirve como punto inicial para la intensificación de la síntesis proteica de adaptación, que requiere gran cantidad de ATP.

      Especificidad de la adaptación bioquímica

      La adaptación biomecánica no es simplemente una respuesta generalizada y sumada de sistemas físicos al estrés del entrenamiento. Muchos componentes y procesos del sistema muscular despliegan una especificidad clara de adaptación a la carga, como ya se trató con anterioridad en detalle (1.15).

      Secuencia de cambios bioquímicos durante el entrenamiento

      Los múltiples cambios bioquímicos que tienen lugar en el cuerpo durante y después del entrenamiento (así como en el sobreentrenamiento) no se producen de forma simultánea. Se observa una secuencia definida en la adaptación bioquímica al entrenamiento (Platonov, 1988). Primero, aumenta el potencial de resíntesis oxidativa del ATP y el nivel de glucógeno. A continuación, se produce un aumento del nivel de proteínas estructurales en los músculos (miosina) y en la intensidad de la resíntesis

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