Principios del entrenamiento de la fuerza y del acondicionamiento físico NSCA (Color). G. Gregory Haff
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Los beneficios del protocolo del HIIT diseñado para que se manifieste un porcentaje muy alto de
TABLA 3.6 Aplicación del entrenamiento interválico para entrenar sistemas de energía específicos
El especialista en fuerza y acondicionamiento físico debe tener en cuenta varios factores al diseñar un programa de HIIT. Por ejemplo, un corredor de 400 metros lisos necesitará un programa de HIIT que incluya más duración y más intensidades anaeróbicas que un corredor de 3.000 metros lisos. Otras consideraciones para lograr las adaptaciones deseadas al entrenamiento son la periodización, similar a la del entrenamiento resistido, y el número de sesiones de ejercicio por día y semana. La periodización posibilita el desarrollo general de los sistemas aeróbico y anaeróbico durante la pretemporada con una transición a las sesiones de HIIT para el deporte específico durante la temporada competitiva. Además, las sesiones de HIIT junto con otras sesiones de entrenamiento (prácticas en equipo) quizá generen más esfuerzo físico y riesgo de lesiones como resultado del sobreentrenamiento. Por tanto, hay que tener todo esto en consideración al determinar el número adecuado de sesiones de HIIT cuando se desarrollen al mismo tiempo otras actividades deportivas.
Entrenamiento de combinación
Algunos autores sugieren que el entrenamiento aeróbico de fondo debería forma parte del entrenamiento de los atletas que practican modalidades anaeróbicas (proceso denominado entrenamiento de combinación o entrenamiento alternativo) para mejorar la recuperación tras un esfuerzo, pues se postula que la recuperación depende sobre todo de los mecanismos aeróbicos. Varios estudios han demostrado que la recuperación de la producción de potencia está relacionada con la capacidad de fondo (14, 15, 74). Bogdanis (14) mencionó relaciones en la recuperación de la potencia durante los primeros 10 segundos de un esprín ciclista, la resíntesis de fosfocreatina y la capacidad de fondo (
Aunque se desconozca el mecanismo exacto de este fenómeno, se ha sugerido que el entrenamiento de combinación tal vez aumente el volumen de ejercicio hasta el punto del sobreentrenamiento en comparación con el entrenamiento aeróbico o anaeróbico solo. Hickson (82) aportó pruebas de que el entrenamiento de combinación que contiene carreras progresivas de fondo a pie y ciclistas, así como entrenamiento resistido, puede producir un efecto meseta y, en último término, un declive de la fuerza. En concreto se documentó que el entrenamiento con grandes cargas combinado con un programa de fondo conseguía mejoras significativas en la fuerza para sentadillas durante las primeras siete semanas del programa, seguido por una meseta (dos semanas) y luego una disminución de la fuerza para sentadillas durante las dos semanas restantes del programa. Los resultados prueban que los límites superiores de la fuerza pueden ser inhibidos con un entrenamiento progresivo de fondo como el atletismo y el ciclismo. Otros mecanismos que se ha sugerido que dificultan el desarrollo de la fuerza en combinación con el entrenamiento de fondo son: (a) disminución de la activación voluntaria rápida; (b) niveles de glucógeno muscular crónicamente bajos que limitan las respuestas de transmisión intracelular de señales durante el entrenamiento resistido, y (c) transición a fibras de contracción lenta (112).
Por otra parte, algunos estudios y revistas aseguran que lo cierto es lo contrario; sugieren que el entrenamiento anaeróbico (de la fuerza) mejora la capacidad del entrenamiento aeróbico de fondo en ejercicios de baja y alta intensidad (54, 81, 82, 134). Sedano (134) describió mejoras en el rendimiento de corredores muy entrenados con un entrenamiento conjunto de fondo, resistido y pliométrico. No hubo reducción del
Aunque el metabolismo oxidativo es importante para el aumento posejercicio del VO2, para la remoción de lactato y la recuperación de fosfocreatina tras un ejercicio anaeróbico intenso (p. ej., entrenamiento resistido y entrenamiento con esprines) (133), hay que adoptar precauciones al prescribir entrenamiento aeróbico de fondo para deportes anaeróbicos. En este contexto hay que reparar en que el entrenamiento anaeróbico específico estimula el incremento de la potencia y mejora los indicadores de la recuperación fisiológica (54). Por tanto, parece ser que no es necesario un extenso entrenamiento aeróbico de fondo para mejorar la recuperación de pruebas anaeróbicas, y tal vez sea contraproducente en la mayoría de los deportes de fuerza y potencia.
Conclusión
Es posible diseñar programas de entrenamiento de mayor productividad conociendo a fondo el modo en que se produce energía durante los distintos tipos de ejercicio y cómo se puede modificar esa producción mediante regímenes de entrenamiento específico. Qué sistema se emplee para aportar energía para la contracción muscular dependerá sobre todo de la intensidad del ejercicio y luego de su duración. Las respuestas metabólicas y las adaptaciones al entrenamiento en gran medida están reguladas por las características del ejercicio (p. ej., la intensidad, la duración y los intervalos de recuperación). El modo en que se producen esas respuestas y adaptaciones después de la actividad física constituye la base de la especificidad metabólica del ejercicio y el entrenamiento. Este principio permite conseguir una mejora