Tao Te Ching - Anotado, comentado e ilustrado. Lao Tzu

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Tao Te Ching - Anotado, comentado e ilustrado - Lao  Tzu

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       Te

       La relación entre individuo y Tao

       apéndice I

       Bibliografía

       Obras fuente

       Obras críticas

       Obras generales

       apéndice II

       Algunos términos chinos utilizados

       Otros títulos de la colección

      Lao Tzu

      Tao

      Te Ching

      edición de

      Javier Cruz

      traducción de

      Juan Fernández Oviedo

      Dirección editorial: Marcelo Caballero

      Diseño tapa: Pensarte

      Diseño de colección: Pensarte

      Armado edición electrónica: Pampia Grupo Editor

      © de esta edición Pampia Grupo Editor, 2020

      Cruz, Javier

       Lao Tzu Tao Te Ching. - 1a ed. - Buenos Aires : Pluma y Papel, 2012. - (Natío; 5)

       E-Book.

       ISBN 978-987-648-096-3

       CDD

      Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina.

      Libro de edición argentina.

      Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra sin previo consentimiento del editor.

      El hombre se escribe a sí mismo, su libro es un compromiso con el otro.

      Edmond Jabes

      Es cierto que un descubrimiento puede ser algo fortuito, es decir, podemos hacer un descubrimiento por casualidad. Este hallazgo, en forma de descubrimiento, irrumpe y nos sorprende: estamos mirando un paisaje y por casualidad descubrimos un camino que nos lleva hacia un lago que desconocíamos; buscando un objeto perdido, descubrimos que otro -que tenemos a mano- puede adaptarse para lograr la misma función que el primero... Esta es una forma de interpretar el descubrimiento: como sorpresa, como hallazgo inesperado.

      Pero podemos pensar en otra forma de considerar el descubrimiento. En el contexto de esta colección, cuando hablo de “descubrir” me refiero a un acto distinto. Me gustaría pensar que cuando des-cubro algo, lo develo. Develar es quitar un velo que cubre una cosa y me impide verla desde otra perspectiva. De esta forma, el descubrimiento sigue siendo una actividad, pero ahora también me implica como hacedor, como intérprete. Un ejemplo de esto: puedo utilizar una roca como pisa papeles, pero también me es posible interpretarla como arma o como un instrumento para generar fuego. Cada una de estas lecturas devela nuevos usos para la roca, le quitan un velo que mantenía latente una función posible de ser aprovechada y llevada a la práctica.

      Ahora bien, en el caso de un texto el velo tiene forma de una interpretación estandarizada, una forma de exponerlo que conocemos y aceptamos sin cuestionar, una interpretación que cierra en vez de abrir un espacio de pensamiento. Esa clausura y apertura interpretativa señala claramente dos estrategias opuestas de lectura. Podemos decir que el primer tipo se manifiesta a si misma como una lectura acabada, que no hace más que relegar al lector al lugar de mero espectador (éste sólo se limita a recibir un producto terminado, sin participar en ninguna construcción propia). La segunda invita al lector a buscar una interpretación, abre un juego donde el interprete se vuelve cómplice y -al mismo tiempo- artífice del texto.

      Las traducciones y/o interpretaciones que se presentan en esta colección intentan ser lecturas libres y abiertas de textos clásicos. En todos los casos, se buscará develar un sentido que nos permita acercar el saber milenario a la dinámica (práctica) de nuestra vida cotidiana. Para ligar estos polos tan lejanos realizaremos un ejercicio creativo que nos descubra perspectivas distintas sobre los textos y nuestras experiencias. Como ya he sugerido, este trabajo tendrá éxito si es completado y llevado a la practica por el lector en su rol de artífice interpretativo. Lo curioso de enfrentarse (ponerse cara a cara) con un texto, es que no podemos evitar interpretarlo.

      Los textos que se presentarán en esta colección, tienen sólo un objetivo: abrir el diálogo con el lector, invitarlo a plantear preguntas, promover en él un pensamiento creativo que lo transporte hacia nuevos horizontes de experiencia. Ellos despliegan (no encierran), una pluralidad de sentidos, estos conceptos son los que constituyen su riqueza. Como si se tratara de diamantes, poseen miles de caras que reflejan un abanico de posibles visiones sobre nuestra vida. El conjunto de estas visiones es sabiduría, que a lo largo de los siglos se ha ido acumulando a través de las reflexiones sobre estos escritos.

Al develar el texto, lo interpreto y al interpretarlo... lo construyo.

      Pienso que el saber que despliegan estas obras escritos solo se vuelve sabiduría cuando se convierte en experiencia, es decir, cuando se llevan a la práctica. La sabiduría es esencialmente práctica y esta práctica, a su vez, se vuelve transformadora de nuestra experiencia vital.

      En esta era de información, sobran eruditos e individuos de gran conocimiento, pero faltan sabios. Por eso, no alcanza con leer y reflexionar, es necesario llevar estas enseñanzas al plano cotidiano para vivirlas y compartirlas. Sólo de esta forma, podremos saborear el manjar que nos ofrecen estos maravillosos textos.

      Uno de las características del sabio es su compromiso con los que no han alcanzado (aun) la sabiduría. Dicho compromiso, establece un vínculo con el otro, que se convierte entonces en discípulo. Este supremo compromiso del sabio es el de compartir. Pues sólo cuando el sabio comparte, existe un discípulo y existe entonces un maestro. Si ningún sabio compartiera su sabiduría no existiría nadie para reconocerlo como tal. Sólo existen sabios cuando la sabiduría es compartida. Es más, podríamos decir que sin el acto de compartir, no existe sabiduría. Una persona sola no puede ser sabia, debe descender y compartir con otros aquello que ha develado.

      La sabiduría es un encuentro entre alguien que busca y alguien que amablemente accede a compartir lo que ha encontrado. Se trata, claro esta, de algo compartido. Y este acto de compartir es un acto de amor.

      Sería maravilloso y provechoso que todos compartiéramos lo que sabemos y buscáramos con dedicación lo que ignoramos. Pienso que todos somos discípulos y también maestros, sin duda lo sabemos, pero nos falta dialogo e interés por lo que el otro tiene para decirnos.

      Cada libro surge como respuesta a una pregunta que el autor se ha planteado. Estos libros que presentamos, soportan un sin número de preguntas y respuestas.

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