Debates de la cooperación latinoamericana. Silvana Insignares Cera

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2015).

      5. LA NECESIDAD DE ALIANZAS ESTRATÉGICAS

      La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac)2 está conformada por 33 Estados y la UE por 28, hasta que no se formalice la denuncia del Reino Unido a los tratados constitutivos, lo cual da una suma de 61 Estados que, a su vez, conforman un tercio de los Estados miembros de las Naciones Unidas y casi la mitad de los miembros del Grupo de los Veinte (G-20). En consecuencia, si se actúa mancomunadamente, la concertación birregional representa una coalición decisoria importante en las discusiones sobre las nuevas formas de organizar los Estados, economías y sociedades. Esto es perfectamente factible, toda vez que existe una identidad de principios y valores comunes entre la UE y ALC, consecuencia en gran parte del colonialismo europeo y de la posterior recepción de sus doctrinas y tradición jurídica. Así lo destaca la Dirección General para el Desarrollo y la Cooperación de la Comisión Europea, al expresar que el fundamento de la alianza entre UE-ALC son precisamente los lazos históricos y culturales, el tránsito constante de personas de región a región, la fuerte y creciente fluctuación de tratados e inversiones; pero aún más, el profundo lecho sobre el que reposan todas esas relaciones que son las aspiraciones y los valores compartidos (la promoción de la democracia, la defensa de los derechos humanos y el Estado de derecho, la búsqueda de la cohesión social y el desarrollo sostenible) (Comisión Europea, 2014-2020).

      RELACIÓN A NIVEL REGIONAL

      Son dos las características de la relación región a región: por un lado, la citada denominación de “regionalismo ligero a muchos niveles” (Malamud, 2012) de ALC y, por el otro, las agendas pluritemáticas basadas en el voluntarismo gaseoso y no en la concreción conforme a las posibilidades reales y a instrumentos vinculantes.

      Pese a ello, existen dos instancias en las que se ha venido desarrollando y consolidando este tipo de relación, las cuales son: las cumbres ministeriales y presidenciales y las sesiones de la Asamblea Parlamentaria Euro-Latinoamericana (Eurolat). Prácticamente ambos enfocan un diálogo político, del cual es dado que surjan iniciativas de cooperación y de alianzas comerciales que tienen como escenario los niveles subregionales y estatales.

      1. CUMBRES MINISTERIALES Y PRESIDENCIALES

      Con importantes antecedentes de relaciones entre las, por entonces, comunidades europeas con las subregiones y algunos Estados latinoamericanos, el diálogo región a región se inicia en la Cumbre de 1999 en Río de Janeiro, en la cual se enfatizó en la asociación estratégica birregional y en las segundas fases de los acuerdos de asociación con Mercosur, Chile y México.

      La segunda cumbre, que se celebró en el 2002 teniendo como sede Madrid, centró el debate en el terrorismo, la migración y la seguridad, aunque solo sirvió para cristalizar poco después el acuerdo de diálogo político y cooperación con la CAN y con Centroamérica, así como los programas regionales ALIS (sociedad de la información) y Alban (formación universitaria). Sin embargo, solo fue en la Cumbre de Guadalajara, en 2004, cuando se definieron la integración regional, el multilateralismo y la cohesión social como ejes temáticos que soportarían la construcción de la relación ALC-UE. Por su parte, las conclusiones de la Cumbre de Viena, siendo consecuentes con la anterior en materia de integración regional, acogieron la instrumentación de los acuerdos de asociación con México y Chile y se decidió negociar con Centroamérica y con la Comunidad Andina, a la vez que se aprobó mencionar lo que significaba la Ley Helms Burton (sobre el embargo y bloqueo económico de Cuba dictada por Estados Unidos) contra el multilateralismo.

      Por su parte, en la Cumbre de Lima de 2008, tuvo como uno de sus resultados destacados crear una fundación ALC-UE como espacio permanente de diálogo birregional de deliberación y visibilidad de estrategias comunes; además, tres conceptos dominaron las conclusiones: 1) el mejor programa social es la inversión productiva, 2) la necesidad de brindar seguridad jurídica a la inversión con marcos legales estables y 3) flexibilidad para hacer realidad los esquivos acuerdos comerciales con Centroamérica y CAN (utilizando mecanismos de múltiples velocidades). Además, se evidenció el interés de la UE por desarrollar una relación especial con Brasil (Tremolada, 2009).

      En la Cumbre de 2010, que repitió a Madrid como sede, si bien se pretendía que la innovación y la tecnología estuvieran en favor del desarrollo sostenible y de la inclusión social como una nueva etapa en la asociación birregional, en la Declaración se reitera el compromiso con valores e intereses comunes de la asociación estratégica birregional, el multilateralismo, la democracia, los derechos humanos, la cooperación al desarrollo, la integración, el apoyo a la cohesión social, la protección del medio ambiente, y la lucha contra el terrorismo y la delincuencia organizada. No obstante, además de la Declaración, se obtiene como producto adicional, un Plan de Acción 2010-2012, que define una agenda orientada al futuro de la cooperación birregional, en ámbitos prioritarios como el desarrollo del “espacio UE-ALC del conocimiento”, el fomento de la interconectividad, el desarrollo de redes sociales y económicas, y la intensificación de los diálogos temáticos y la cooperación sobre migraciones, drogas, educación y cohesión social. Este Plan, así como el acuerdo de creación de la Fundación Alcue anunciada en Lima podrían traducirse en útiles instrumentos de seguimiento y concreción (Del Arenal y Sanahuja, 2010).

      En 2013, la Cumbre de Santiago, titulada “Alianza para el Desarrollo Sustentable: Promoción de Inversiones de Calidad Social y Ambiental“, venía a fomentar las inversiones de calidad social y medioambiental, con dos expectativas: primero, una participación en grupo por el lado latinoamericano, bajo el paraguas de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac)3 y, por el otro, la ampliación temática del Plan de Acción 2010-2012, con capítulos sobre igualdad de género y sobre inversiones. Las discusiones se centrarían en el comercio y la inversión, la seguridad jurídica, el desarrollo sostenible y la responsabilidad social de las empresas. Además, se esperaba una obvia Declaración sobre la escena internacional, el proceso de asociación birregional y la promoción de las inversiones económicas, sociales y medioambientales de calidad (Comisión Europea).

      La Declaración de Santiago (Consejo de la Unión Europea, 2013) recoge el esfuerzo —aunque no de síntesis— de incluir las dos expectativas enunciadas en el párrafo anterior y que se trabajan en cuatro apartados. El primero, dedicado al nuevo diálogo Celac–UE, es considerado con optimismo como un espacio más eficaz, constructivo, simétrico, complementario y solidario. En segundo lugar, son abordados los valores compartidos y las posiciones en el ámbito internacional y multilateral, donde fundamentalmente se reafirman principios imperativos del derecho internacional y, además, el compromiso de adoptar políticas que promuevan el comercio y la inversión para contribuir al desarrollo sostenible, crecimiento económico y empleo, basados en la cooperación, la solidaridad y la responsabilidad ambiental diferenciada.

      El tercer apartado se refiere a los avances en el proceso de asociación estratégica birregional, incluyendo los esperados capítulos de género e inversión en el Plan de Acción 2013-2015 y estudiando la incorporación de otros, que cubrirían áreas de seguridad pública, seguridad alimentaria y nutrición. Hasta ahí lo novedoso, luego este largo apartado se refiere a la aplicación provisional de los acuerdos comerciales con Perú, Colombia y Centroamérica; la continuidad de negociaciones UE-Mercosur, para dotar de contenido comercial su acuerdo de asociación; se sigue apoyando la Estrategia de Seguridad Regional Centroamericana; se aprueba celebrar un Acuerdo Cultural entre la UE y Perú; así como la creación en Hamburgo de la Fundación Alcue4, y se espera que el próximo ciclo de cooperación 2014-2020 tenga en cuenta las prioridades de los Estados Celac dando preferencia a los proyectos que respondan a las tres dimensiones del desarrollo sostenible. Para concluir, dedica un apartado a la alianza para el desarrollo sostenible: Promoción de inversiones sociales y de calidad ambiental, entendiendo que el crecimiento económico debe proteger el medio ambiente, promover la equidad social

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