Educación, filosofía y política en la Argentina 1560-1960. Juan Carlos Pablo Ballesteros
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El término masón proviene del francés maçon, que significa albañil, constructor. La masonería lo utilizó para significar que sus miembros eran arquitectos constructores del edificio moral del perfeccionamiento humano y tomó muchos de sus símbolos de los instrumentos o herramientas de la construcción antigua, casi todos ya en desuso en la construcción: el mandil, el triángulo, la escuadra y el compás, etc. El término francmasón, por su parte, proviene del inglés free mason y del francés francmaçon, que se refieren al albañil o constructor libre o emancipado. Las referencias a estos orígenes antiguos ya no son aceptados por muchos investigadores. Expresa al respecto por ejemplo Emilio Corbière que “La masonería tal como la conocemos hoy surgió en el siglo XVIII y las principales fuentes para su estudio datan del siglo XIX y el actual. Dejaré de lado ciertas fantasías y leyendas que hacen remontar sus orígenes a los comienzos de la historia humana, teorías simpáticas pero absurdas…”.53
También se ha relacionado el origen de la masonería con la Orden de los Templarios, originada en la época de las Cruzadas, fundada en Jerusalén en el siglo XII. Frau Abrines niega este origen de la masonería, que le atribuye a la fantasía del escocés Miguel Ransay (1686-1743), creador de los grados de Escocés, Novicio y Caballero del Temple o Templario.
La Orden de los Templarios fue eliminada en Francia en el siglo XIV. Jacobo de Molay, el último Gran Maestre de los Templarios fue quemado vivo por orden de Felipe IV, llamado el Hermoso, rey de Francia, y poco después la Orden fue disuelta por el papa Clemente V. Existe la versión, seguramente legendaria, que algunos caballeros templarios lograron huir jurando destruir a los dos poderes que habían aniquilado la Orden: la monarquía francesa y la Iglesia católica. El primer objetivo lo habrían logrado en 1793 con la ejecución del rey de Francia Luis XVI. Escribe Corbière que sostener que la masonería fue el origen de la Revolución Francesa en 1789 es totalmente absurdo, ya que “no todos” los revolucionarios pertenecían a ella. En el cuadro del Gran Oriente del año 1773 figuraba como Gran Maestre Felipe de Orleans, el futuro “Felipe Igualdad”, quien al verse en peligro por su condición de noble abandonó sus funciones masónicas en 1793 sosteniendo que en una república era innecesario mantener fraternidades secretas.54 Sin embargo, es de interés señalar que el conocido lema de la Revolución Francesa “Libertad, Igualdad y Fraternidad” es también el lema de la masonería.55
Estos caballeros templarios dispersos se habrían reorganizado en Escocia para vengarse de la supresión de la Orden construyendo su nuevo “Temple” en Kilwinning y luego en York, con el nombre de Heredon, que significa “casa santa”. Esta masonería habría estado dirigida por el clan de los Roslin. La tradición de esta Orden se remonta a nueve caballeros templarios refugiados en Escocia en el siglo XIV que fueron recibidos y protegidos por el rey Robert the Bruce. “Estos nueve templarios habrían creado la logia-madre ‘Kilwinning’ original”.56 Hay una tradición que supone que Kilwinning se llamó una torre de Escocia que sería la primera construcción masónica en ese país. En 2016 se encontró en el Archivo Vaticano el llamado Pergamino de Chinon, perdido en el siglo XVII, que contiene la absolución del papa Clemente V que estableció que las acusaciones de herejía contra Jacobo de Molay eran falsas. De esto se puede inferir que la disolución eclesiástica de la Orden Templaria habría obedecido a razones políticas y no doctrinarias. Sin embargo, la “masonería escocesa” tuvo un gran desarrollo, siendo introducida en Francia “mucho antes de la creación de la Gran Logia de Londres.”57
Existe bastante coincidencia entre los estudiosos de este tema de que la masonería nació en 1717 como resultado de la fusión realizada en Londres de cuatro logias, existentes por lo menos desde 1714. Por otra parte, la referencia a logias masónicas anteriores a 1717 son numerosas. Cabe mencionar una distinción que aportaría alguna luz sobre esta cuestión: hoy se distingue una masonería operativa y una especulativa. La primera estuvo integrada por constructores auténticos, relacionados en la edad media con la edificación de las grandes catedrales góticas. La especulativa o moderna está constituida por logias que tendrían por objeto el estudio y la formación personal con una finalidad ética, que se separó de las actividades de la construcción, conservando la referencia a ésta con significados meramente simbólicos.58 Las logias operativas pueden funcionar o no subordinadas a otras logias, persiguen un fin preciso y luego de alcanzarlo se disuelven. Entre nosotros la logia Lautaro, al menos en su origen, habría sido una logia operativa. Llámense como se llamen (logias o de otra manera), las organizaciones que luchan contra un poder o sistema establecido por razones de seguridad suelen adoptar una estructura secreta, sin que por eso debamos –al menos en todos los casos– considerarlas masónicas en sentido restringido.
En España la masonería se inició en 1726, cuando la Gran Logia de Londres autorizó la apertura de una logia en Gibraltar. En 1727 se fundó una logia en Madrid y, en 1734, ya eran cuatro. En 1748 ya se conoce la existencia de una logia muy numerosa en Cádiz, la ciudad que unía la metrópoli con América. Con Carlos III la masonería adquirió mayor importancia por la simpatía que la familia real le tenía en Nápoles, donde había residido antes de su coronación, donde estaba muy expandida.59
En nuestro país la masonería habría iniciado sus actividades hacia 1795, con una logia autorizada por la Gran Logia General Escocesa de Francia, de modo que su origen entre nosotros no sería inglés, como se pensó mucho tiempo. Con las Invasiones Inglesas se constituyeron algunas otras logias en Buenos Aires, pero puede afirmarse que desde 1807 hasta 1856 no hubo logias propiamente masónicas en el país. La Gran Logia se funda en 1857, cuando siete logias denominadas Unión del Plata, Confraternidad Argentina, Consuelo del Infortunio, Tolerancia, Regeneración, Lealtad y Constancia se unen y eligen al doctor José Roque Pérez como primer Gran Maestro. Roque Pérez era un federal que había sido funcionario diplomático de Rosas y que tenía estrechas relaciones con la Gran Logia de Montevideo.60
Un acontecimiento importante fue la Gran Tenida de julio de 1860, en Buenos Aires, en la cual, bajo la presidencia de Roque Pérez, se confirió el grado 33 a Derqui (entonces presidente de la República), Mitre, Sarmiento y a Juan Andrés Gelly y Obes, ministro de Guerra de la provincia de Buenos Aires. Hacia 1882 en los medios masónicos se difundió el pensamiento del filósofo Karl Christian Friedrich Krause (1782-1832), reformador de la masonería moderna, cuyo pensamiento había llegado a España y se habían traducido allí sus obras. Krause influyó mucho sobre Hipólito Yrigoyen, quien había ingresado a la masonería por consejo de su tío, Leandro N. Alem.
La Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones es la obediencia masónica más numerosa. Se define como “una institución iniciática, filosófica, educativa, benéfica y filantrópica. Reconoce la existencia del Gran Arquitecto del Universo y todas sus enseñanzas, actos y ceremonias se dirigen a captar la Esencia, el Principio y la Causa de todas las cosas.” Manifiesta en su Declaración de Principios que “Son sus principios la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad. Se propone: la investigación de la verdad, la perfección del individuo y el progreso de la humanidad”.
La Iglesia católica es contraria a la masonería. El papa Clemente XII prohibió pertenecer a ella, bajo pena de excomunión. Esta directiva fue renovada en 1751 por el papa Benedicto XIV y sigue vigente hasta hoy, como lo precisó en un documento el cardenal Ratzinger antes de ser Papa, a pesar de que no esté expresamente establecido en el Derecho Canónico. Corbière precisa: “Convengamos que la masonería era anticlerical y antiabsolutista, partidaria de la revolución y del librepensamiento, pero nunca fue anticatólica ni antirreligiosa, respetaba todas las confesiones religiosas o filosóficas y también a los ateos, materialistas, agnósticos o panteístas, porque partía de la idea de la tolerancia y la libertad de pensamiento, de creencias, base del credo liberal democrático-burgués.”61 Frau Abrines disiente en parte con esto al señalar que la masonería es opuesta al ateísmo porque, al negar la existencia de Dios o de todo Ser Supremo –denominado por la Masonería Gran Arquitecto del Universo– niega todos los principios de la Orden. Incluso llega a sostener que la creencia en la inmortalidad del alma ha sido considerada siempre como uno de los dogmas fundamentales de la masonería.62 Pero algunos masones tampoco están de acuerdo con estas afirmaciones. Lo que sí