Niñatos millonarios. Bruno Sanders
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Es un miedo que viene, en parte, dado por esa falta de confianza en sí mismos, y esa falta de confianza se debe a que nunca antes lo han hecho, y como tienen ese desconocimiento y falta de «pruebas» de que son capaces de hacerlo, dentro les surge un miedo inverosímil que les hace estar atados a eso que consideran como seguro.
Por ejemplo: saltar en paracaídas. Tendrás pánico inicial a esa incertidumbre de no saber cómo saldrá. En cambio, una vez ya lo has hecho y tienes esa seguridad de que ya sabes cómo es, dejas de tenerlo.
Y para esta obsesión por tener esta falsa seguridad tengo dos reflexiones. La primera: que no hay ninguna seguridad garantizada, y menos la que viene de tener una carrera o un trabajo estable. Trabajar para una gran empresa no es algo seguro, en cualquier momento te pueden despedir, y esto es algo de lo que solo tienes que informarte para comprobar que es cierto: cada día se despide a cientos de personas con 30-40 y 50 años, con familia, hijos, una casa… que pensaban que tenían esa estabilidad, pero que de la noche a la mañana se la ven arrebatada, y ya no saben qué hacer.
Y aquí quiero aprovechar para hacerte un pequeño inciso: el emprender, lanzarte a hacer tu propio proyecto, crear tu propio negocio, etc., te va a dar unas habilidades muy valiosas que por el solo hecho de tenerlas te darán mucha más seguridad que poseer cualquier carrera o trabajo estable. Te aseguro que, una vez hayas emprendido, buscarás cualquier cosa menos seguridad.
Y la segunda pero no por eso menos importante y en la que se resume mi filosofía de vida: ¿qué quieres en esta vida? ¿Quieres ir a lo seguro? ¿O quieres vivir la vida de tus sueños? Ten esto muy claro. Solo tienes una vida, y tienes que hacer lo que te haga feliz y lo que creas que es tu propósito o lo que más te llene, porque cualquier otra cosa que hagas con tu vida será fracasar. Muchas veces oigo a personas decir: «hago una carrera por si acaso lo que quiero hacer, mi proyecto, no sale bien. Así tengo un plan B y una seguridad». Y esto es un grave error, ¿cómo que plan B? No hay plan B. El único plan es conseguir lo que quieres hacer, tu propósito, o seguir luchando hasta conseguirlo y, si hace falta, trabajar temporalmente en algo que no te gusta, ganar dinero para ir subsistiendo o arremangarte y sacrificar ciertas cosas para poder cumplir tu sueño. Pero seguir siempre adelante, no tirar la toalla y no poner tu esperanza en un plan B.
No tendríamos que tener ninguna otra opción que no fuese conseguir nuestros objetivos o lo que queremos en esta vida. Cualquier otra cosa significaría desperdiciar la única vida que tenemos.
Pero volviendo a lo que te estaba contando, mis padres no sabían cuánto podía llegar a ganar ni entendían muy bien lo que hacía o cómo lo hacía. Por aquel entonces ya estaba ganando una cantidad de dinero que no estaba nada mal para un estudiante universitario como yo, pero al fallecer mi padre, esos ingresos no eran suficientes para sacar adelante a mi família y solucionar los problemas en los que estábamos metidos, por lo que seguir estudiando era una opción que no iba a ayudarme a seguir adelante.
En mi vida me he encontrado con decisiones muy complicadas, y en cada una de ellas he sabido siempre cuál era el camino correcto a seguir, pero no siempre lo he tomado, porque era jodidamente duro, pero en este caso lo hice.
Tenía muy claro que aquella vida, la de trabajar en una oficina para una empresa no era la que quería, por eso decidí dejar la universidad.
Aunque mi madre quería ser quien sacara sola a la familia hacia adelante, tomar la total responsabilidad y cargarse ese duro peso sobre sus hombros, yo sabía que no era lo justo ni lo correcto. Nadie era el responsable de esa situación, su labor era la de vivir, o sobrevivir, como haríamos todos. Pero ella es muy trabajadora, y aun así, empezó a buscar un empleo enseguida para poder traer más dinero a casa.
Yo, sin embargo, me centré en potenciar mis conocimientos y mi formación en el e-commerce y entendí que para tener éxito en mi proyecto tenía que dedicarle todo mi tiempo y esfuerzo. Y sobre todo, formarme de manera autodidáctica, con libros y con cursos que hubieran hecho otras personas que habían conseguido lo que yo quería conseguir, en los que enseñaban cómo hacerlo. Y junto con todo esto, ir a por todas con mi proyecto.
Y lo hice. Cuatro meses después del fallecimiento de mi padre, facturé más de 160.000 dólares vendiendo productos por internet.
Mi padre nunca fue de darme golpecitos en la espalda y de darme falsas esperanzas, y esto es algo por lo que siempre le estaré agradecido, porque me hizo afrontar los problemas de cara y no venirme abajo cuando las cosas se complicaban.
Este solo era el principio. Había tomado la decisión correcta y me había dado cuenta de que era posible. Iría a por mucho más. Gracias a la decisión que tomé, hoy puedo escribir este libro.
Enseñanza
Entendí que el adiós de mi padre me impulsó definitivamente a ir a por mi sueño. Tuve que perder algo irreparable para ponerme 100% en marcha. Me gustaría tenerlo conmigo para que viese todo lo que estoy consiguiendo, pero eso ya no puede ser. Muchas veces nos preguntamos qué pasaría si hubiésemos tomado una decisión distinta, si hubiéramos hecho las cosas de forma diferente, o si ciertas personas no se hubieran ido. Pero eso nos impide avanzar, nos atrapa en el pasado. Por ello, aunque tenga la tentación de pensar qué habría ocurrido si las cosas hubieran sido distintas, me mantengo firme en lo que hice, y sigo con la creencia de que pasó porque tenía que pasar, por duro y doloroso que fuera.
Aunque mi padre ya no esté, estoy feliz por todo lo que vivimos juntos, y por todo lo que me dio. El aprendizaje que me legó en vida quedará grabado siempre en este libro, y es algo que nunca morirá.
Si algo he aprendido de él, es mi idea sobre lo que tengo que hacer con el dinero y con todo aquello que haga en mi vida. Él era un arquitecto creativo muy respetado, y todo lo que tocaba era para hacerlo más bonito. Porque eso es lo que hacen los artistas: dejan belleza. Ese es el legado que me llevo de él y me gusta utilizarlo como lema de vida. Yo intento dejar ese mensaje animando a otros a conseguir sus propósitos y a hacer del dinero algo que, lejos de causar dependencia, te ayude a hacer de tu vida y de todo aquello de lo que te envuelves, algo mucho más bonito y mejor.
Hay posibilidades, siempre, de mejorar el camino por el que pasas. Mi padre lo hizo a través de su trabajo y sus diseños; y hay que ayudarse de todo lo bueno que te ofrece el dinero para conseguirlo.
Yo lo hago desde hace años. Todo lo que conseguí con el dropshipping me abrió la puerta a otros proyectos, a la creación y la compra de otras empresas de las que después también os hablaré y que lidero junto a mi socio.
Han sido años de crecimiento, porque las cosas nunca se mantienen, siempre van a mejor o a peor. O estás creciendo, o estás empeorando, después de los tropiezos que nos hayamos podido encontrar por el camino.
Porque el éxito no es un camino de rosas. El éxito es tener muy claro dónde quieres llegar y avanzar a pesar de los fracasos, sin abandonar nunca ni darte por vencido. Lo único que diferencia a la gente exitosa de la que no, es que unos nunca se rindieron.
Con Niñatos millonarios espero ayudarte y prepararte para que tomes las mejores decisiones y puedas superar cada piedra del camino. Para que comprendas lo que te espera y lo que te puede venir cuando emprendes.
Son consejos, aprendizajes, y valores que tuve que adquirir con la experiencia.
Espero que este libro sea un manual para gente dispuesta a tomar acción y decidir su propio futuro. Personas que deseen llevar a cabo