Modelando el emprendimiento social en México. Группа авторов
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Las empresas sociales luchan por ser autosuficientes y lograr su propósito de contribuir a una mejor sociedad. “Marketing y branding para empresas sociales” discute en el capítulo 11 varios modelos y su aplicación a organizaciones específicas, incluidas TerraCycle y una cooperativa de chicleros que desarrolla una goma de mascar biodegradable y orgánica. Presenta asimismo consejos para emprendedores y la teoría de fondo para que académicos y estudiantes conozcan e implementen estrategias de marketing y branding.
Finalmente, el capítulo 13 ve más allá en el tiempo. “El futuro del emprendimiento social en México” lleva el análisis de los diversos aspectos del emprendimiento social a una conclusión lógica: mediante entrevistas de primera mano con actores clave del ecosistema, quienes reflexionan sobre el estado actual y futuro de las empresas sociales en el país. El capítulo y el libro terminan con un modelo que resume una visión para la innovación social y el impacto positivo desde diversas perspectivas, y presentan también las barreras e impulsores para el futuro del emprendimiento social en México.
Introducción
¿Cuál es el significado del emprendimiento social (ES)?, ¿existe un consenso sobre la definición del término?, ¿varía por la ubicación geográfica o el contexto cultural?, ¿se requiere trabajar de forma consensuada para que el concepto se desarrolle? Estas son las preguntas que impulsan este capítulo. Sin embargo, el lector que espera una definición única y específica o respuestas claras a ellas podrá sentirse ligeramente decepcionado. Aunque no parezca que esta sea una manera efectiva de comenzar una discusión sobre el tema, la falta de especificidad es una realidad para profesionales y académicos que trabajan tanto en el campo profesional como en organismos gubernamentales buscando desarrollar políticas públicas. En otras palabras, el ES, como muchos fenómenos, ocurre en un espectro que requiere el equilibrio de múltiples objetivos y, en ocasiones, de resultados contrapuestos, como se considerará desde varias perspectivas en los siguientes apartados del libro. Esperamos que los lectores terminen este capítulo con el deseo de continuar leyendo, porque hemos logrado que se formulen la pregunta: ¿podré identificar el ES cuando lo vea? Y que tengan las herramientas para evaluar los ejemplos proporcionados en este texto, y en otras fuentes, y responder a la pregunta por sí mismos.
Empieza el recorrido para llegar a una definición
Con estas preguntas en mente y con el enfoque de no proporcionar al lector una definición “única”, comenzamos examinando los componentes del ES. De ahí, yuxtaponemos el ES a otras organizaciones que se esfuerzan por añadir valor a la sociedad (por ejemplo: gobierno, fundaciones, empresas comerciales, activistas sociales). Esto lleva a una revisión de aquella investigación que sugiere que el contexto en el que se define y practica el ES influye en la comprensión de su significado y en las expectativas de resultados. Finalmente, se propone un marco (en forma de preguntas relevantes) para considerar el significado del ES y se ofrece un ejemplo de una organización que opera en México. En resumen, este capítulo está diseñado para ser una guía con la que los lectores podrán identificar el ES en la práctica, así como una plataforma para abrir la discusión sobre el papel del ES en el contexto de México, estableciendo las bases para los temas discutidos en el resto del libro.
La definición de ES ha sido ampliamente estudiada (por ejemplo: Bacq y Janssen, 2011; Dacin, et al., 2011; Hoogendoorn, et al., 2010; Mair y Marti, 2006; Martin y Osberg, 2007; Short, et al., 2009). La conclusión general de estas investigaciones es una multiplicidad de definiciones que enfatizan diversos aspectos del concepto, muchos apuntalan el contenido de este texto, tales como la influencia de la ubicación geográfica de las actividades, las condiciones socioeconómicas y los valores culturales (Conway Dato-on y Kalakay, 2016; Mair y Marti, 2006). Para aumentar la posible confusión en el significado de ES están las siguientes:
1. La tautología de definir el emprendimiento social con el uso de la palabra “social” (Blount y Nunley, 2014), y
2. Numerosos conceptos relacionados pero distintos que rodean al ES, es decir, el emprendedor social, la empresa social y el negocio social.
Los siguientes párrafos intentan disminuir esta confusión en el transcurso del recorrido para desarrollar un andamio a partir del cual pueda investigarse el ES en México.
Entender “emprendimiento” y “social”
Conforme avanzamos en el camino para reconocer el ES, primero analizamos cada palabra en el término. Para entender la palabra “emprendimiento”, hacemos referencia a la elocuente discusión de Tan, Williams y Tan (2005) asumiendo un proceso que conlleva riesgo e incertidumbre para hacer innovaciones; con la motivación de beneficio personal. Tan y sus colegas (2005) argumentan que el término es carente de ética, contexto o consideraciones de éxito.
Sin embargo, cuando agregamos la palabra “social”, debemos reconocer que el término se vuelve idiosincrático y se basa en las normas comunitarias compartidas que prevalecen, es decir, el contexto (Blount y Nunley, 2014). En otras palabras, lo que se considera valor social está determinado por la sociedad en la cual están insertos tanto el emprendedor como la organización. Además, “social” es distinto de “privado”, pues el segundo tiene un claro propietario que controla el proceso, se queda con el producto generado y captura su valor (Dees, 1998). De este modo, el ES se refiere a las acciones que tienen como propósito beneficiar a “otros” que no son propietarios de la organización ni de su resultado (Prabhu, 1999). “Social” también puede contrastarse con “económico o financiero”, donde obtener estos últimos es el objetivo principal del emprendimiento comercial. Sin embargo, al trasladar estas comparaciones a la realidad, vale la pena notar que las distinciones no son solo dicotómicas, sino una oscilación continua que va de lo puramente social a lo puramente económico (Austin, Stevenson y Wei-Skillern, 2006). Este continuo suele conducir a la formación de organizaciones híbridas con misiones dobles (sociales y financieras), como se discute en los capítulos 7 y 8 de este libro.
Explorando el emprendimiento social y sus componentes
Una vez que se hizo la distinción entre “social” Y “privado”, “comercial” y “financiero”, seguimos investigando el ES y sus conceptos relacionados. La amplitud de la discusión del ES puede medirse en referencia a cuatro elementos (Conway Dato-on y Kalaway, 2016; Gartner, 1985): el proceso (soluciones emprendedoras e innovadoras), la persona (emprendedor social, características personales y resultados deseados), la organización (empresa social) y el entorno (contexto / país / sociedad en la cual las actividades emprendedoras emergen y se realizan). El ES es un proceso o enfoque innovador que sigue una estrategia para lograr la misión social establecida (por ejemplo, Bacq y Janssen, 2011; Dacin, et al., 2011; Martin y Osberg, 2007; Short, et al., 2009). El énfasis del ES está en el reconocimiento de una oportunidad para innovar de tal manera que esa acción conduzca hacia el incremento de valor o riqueza social (Nicholls, 2006; Zahra, et al., 2009).
La investigación sugiere que los objetivos más comunes del ES son la reducción de la pobreza a través de la creación de empleos, proporcionar un producto o servicio a un grupo marginado, entrenar personas con discapacidades, producir bienes de alto valor agregado basado en prácticas culturalmente relevantes y/o crear mercados para estos productos (Easterly y Miesing, 2007; Thompson y Doherty, 2006). Fundamentalmente, el proceso del ES desafía el statu quo de una sociedad o de una industria (Martin y Osberg, 2015). Así, el ES está integrado en una sociedad o sociedades específicas que sufren inequidad