que necesitan las plantas para su alimentación y sustento.
El suelo es un medio compuesto por partículas sólidas, líquidas y gaseosas. Entre las partículas minerales existen una serie de conductos o galerías por donde circulan el agua y el aire. A este espacio entre partículas se le denomina poros. La capacidad de almacenamiento de agua de un terreno lo dictará el tamaño de sus poros; es decir, los poros grandes (de mayor diámetro, también llamados macroporos) tienen poco poder de retención de agua, al contrario que los poros pequeños (microporos).
La imagen indica la distribución de las partículas que se encuentran en el suelo y cómo se forman los canales o gelerías por los que circula el aire y el agua. La distribución es aproximadamente: materia sólida (50%), materia líquida (25%) y materia gaseosa (25%); pero estos porcentajes varían según zonas y condiciones del suelo.
La porosidad del terreno viene determinada por el tamaño de las partículas que lo componen: arena (0,02-2mm), limo (entre 0,02-0,002mm) y arcilla (<0,002mm), según I.S.S.S. (Sociedad Internacional de la Ciencia del Suelo). Estas partículas forman a su vez agregados de mayor tamaño, constituyendo así la estructura propia del terreno.
Importante
El terreno debe tener una composición equilibrada para obtener el máximo aprovechamiento del agua por el cultivo, así mejorará la producción con cosechas más grandes y de mayor calidad.
Existen otros componentes del suelo de mayor tamaño, que son las piedras y gravas con una medida siempre superior a los 2 mm. Al terreno con un equilibrio aconsejable entre los tres componentes que primero se ha mencionado se le denomina suelo franco, y estaría compuesto por 2/5 partes de arena, 2/5 partes de limo y 1/5 parte de arcilla.
El agua por una serie de fuerzas o energías nunca está estática en el suelo, sino que sigue un ciclo:
Evaporación
Es el proceso por el cual la tierra se calienta por la acción directa del sol, provocando una transformación del agua líquida del suelo en vapor de agua y trasladándose a la atmósfera.
Transpiración
Las raíces absorben agua y la reparten por toda la planta. Esta debido a la acción radiante la devuelve a la atmósfera en forma de vapor de agua a través de los estomas de las hojas.
Escorrentía
Es la cantidad de agua suministrada mediante riego o lluvia que se desplaza por la superficie sin llegar a ser filtrada por el terreno.
Infiltración
Es la cantidad de agua que puede absorber el terreno durante un aporte de lluvia o de riego. La cantidad de infiltración disminuiría considerablemente cuando comience el fenómeno de escorrentía.
Percolación o filtración profunda
Es la penetración del agua hacia las capas más profundas. Empieza una vez acabe la infiltración o paralela a esta. Este líquido descenderá hacia zonas donde las raíces del cultivo no pueden acceder, por lo tanto se considera agua que la planta no puede aprovechar.
Redistribución
También empieza cuando la infiltración acaba, y consiste en la pérdida de humedad y agua a favor de otras capas o zonas del terreno que están cercanas y se presentan más secas.
Drenaje
Fenómeno por el cual el terreno pierde agua hacia un sumidero o zona de alivio. El drenaje de un suelo puede ser natural o artificial (creado por el hombre). Cuando el suelo tiene un drenaje natural, evacua el agua en exceso hacia un arroyo, lago, río o ladera, donde esta emana de la tierra o bien viaja bajo el suelo para acabar alimentando algún acuífero. Un acuífero es aquella formación geológica capaz de almacenar y transmitir agua susceptible de ser explotada en cantidades económicamente apreciables para atender diversas necesidades (riego, consumo humano o animal, etc.).
Nota
Un sumidero es una abertura, conducto, canal o zona que sirve de desagüe.
Cuando el drenaje es artificial (creado por el hombre), se dispone una serie de tuberías canalizadoras de agua bajo el suelo a una determinada profundidad para captar un posible exceso de agua, que podría provocar un encharcamiento del terreno, con la consiguiente asfixia radicular de los cultivos por falta de aire en los poros del suelo. La asfixia radicular es el proceso por el cual a las raíces no les llega el suficiente aporte de oxígeno.
Si todos los poros del suelo se encuentran llenos de agua por un periodo prolongado de tiempo, el aire rico en oxígeno no podrá viajar desde las capas bajas de la atmósfera hasta las raíces que se encuentran bajo el suelo.
Ascenso capilar
Un comportamiento sobre el que hay que realizar una especial mención es la capilaridad, que en definitiva es uno de los efectos más curiosos pero a la vez más importantes para el mundo vegetal. Se puede decir que es la cualidad que tienen los líquidos para poder ascender desafiando la fuerza de la gravedad. Este fenómeno es fácil de explicar introduciendo un tubo capilar (de pequeño diámetro) en un recipiente ancho; se observa cómo el agua sube por el tubo hacia arriba, alcanzando una altura superior a la que tenía en el recipiente.
Una clara imagen de varios términos anteriormente estudiados, donde se puede ver la cantidad de agua que se llega a desaprovechar en un cultivo si no se solucionan los posibles problemas que se pueden presentar.
Aplicación práctica
¿Cómo puede evitar la escorrentía en un suelo de cultivo que presenta una elevada pendiente en la ladera de un monte? ¿Qué puede ocurrir si la escorrentía superficial es muy elevada y en el terreno no existe ningún cultivo sino que está el suelo desnudo?
SOLUCIÓN
El laboreo del terreno siguiendo la orientación perpendicular al sentido en que baja el agua de lluvia (ladera abajo), los cultivos en terrazas y el cultivo de especies agrícolas que presenten un volumen de raíces elevado evitan que el agua corra a gran velocidad por la superficie del terreno y, por tanto, esta podría ser filtrada con mayor facilidad por la tierra.
Si en la ladera de este monte no existiese ningún cultivo y no se llevaran a cabo las correcciones anteriormente citadas, casi con toda seguridad se produciría la erosión del suelo. Esto acarrearía pérdida de nutrientes del volumen de suelo arrastrado por las aguas de escorrentía, con la consecuente perdida de fertilidad de la tierra.
