la devastación de los territorios, personas y animales.
Solidaridad y apoyo mutuo
¿Cuándo fue la última vez antes de la revuelta, en que vimos a la gente compartiendo en lugares públicos de manera horizontal? La calle se vivió así, sin jefes, sin partidos. Siendo confidentes de este momento histórico y debatiendo sobre política sin tener a los partidos políticos entre medio, de la política real, esa que te impulsa a tomar acciones cotidianamente por una toma de conciencia, como no comprar una marca o dejar de ser cómplices del retail y comprar en la feria. Nos dimos cuenta de que la lucha es de clase, abriéndose la comunidad a los debates feministas, antiespecistas, anticolonialistas. Entramos en disputa cuando nos encontramos con gente que vive esto a través de las pantallas de los medios, que son los mismos ricos de Chile empresarial. Los medios de comunicación, que lo único que hicieron fue vandalizar las protestas. Escuchamos a las señoras decir que los violentistas deberían estar en la cárcel, pero escuchamos a la ciudadanía decir que se ha protestado por años de manera pacífica, que nunca han sido escuchados y no ha pasado nada. Ninguna revuelta popular ha salido sin muertos. Sus memorias nos cuidan de los sicarios del Estado en las calles; ellos hacen que nuestra lucha y nuestra sangre estén llenas de adrenalina.
La televisión se focalizó en los saqueos, fueron a las poblaciones menos tomadas en cuenta, justo en este momento a documentar la recuperación de mercancía, exponiendo así a muchas personas que hoy están presas a lo largo de todo el territorio nacional. El saqueo es una manera de venganza popular y así lo reivindicaron los pobladores, porque elegir robarle a una multinacional y no a tus vecinos también es un acto político, no importa si es una tele, un cajero o un paquete de arroz.
Lo que no mostró la televisión fueron las reuniones en las plazas, las ollas comunes, los talleres de autogestión, los conversatorios, la grieta que volvió a salir, somos animales sociables. No se entiende cómo el capitalismo ha logrado dividir a las personas en cajitas de fósforos; no obstante, esto terminó el día 18 de octubre del año 2019, la minoría son los que siguen con su sesgo individualista. Tampoco interesa la televisión en estos hermosos espacios; no se quiere su panóptico expiatorio ni su populismo barato porque todo lo disfrazan y todo lo venden.
Institución exterminadora
Desde el surgimiento de este estallido social, se validó firmemente la violencia anti policial, esto es a causa del actuar de estos sicarios que han mutilado, matado, violado y desaparecido a todos aquellos combatientes quienes salieron de sus casas, exigiendo una vida digna para ellos y sus familias.
Las fuerzas represivas, carabineros y militares, defienden las mercancías del capital. En vez de unirse a la lucha, de tirar las armas, cuidan los supermercados y las multitiendas, prefiriendo así conservar sus privilegios como uniformados. Es un secreto a voces que provienen de la misma precariedad, pero se han olvidado de su gente, convirtiéndose en asesinos a sueldo. Celebramos la gran baja de muchos exfuncionarios policiales, ya sea por el miedo a la violencia en respuesta a su actuar o por la toma de conciencia.
Delirio constituyente
Tras el estallido social, surgió un fuerte ambiente constituyente, pero queremos ser claros en esto: «No es posible constituir, sin destituir el poder constituido», y en un país neoliberal, el poder se encuentra en el empresariado.
El mismo presidente Piñera tiene invertido su dinero tras un fideicomiso «ciego» en sociedades anónimas. La ley de Transparencia que no acompaña mucho en estas investigaciones, también está hecha por ellos y para ellos.
La revuelta no vino para culminar ahora en el plebiscito, vino para quedarse, para cambiar de una vez por todas la miseria que no solo afecta a los chilenos, sino a toda Abya yala (Latinoamérica), que hemos sido parte de esta esclavitud, donde tendremos como papel principal el abolir el Estado y el capital.
Por esta razón, hay que seguir con la lucha para que este sistema neoliberal no siga con su curso devastador, ya que no es un modelo para la gente, sino más bien para los más ricos.
El arte musical en las protestas
La música fue el arte que identificó a Chile por medio de sus letras, fue una auténtica y espontánea asamblea nacional. La música fue capaz de unir cuatro generaciones, con canciones que se pusieron nuevamente en boga.
«El baile de los que sobran», de Los Prisioneros
«El derecho de vivir en paz», de Víctor Jara
«Un violador en tu camino», una performance participativa de protesta creada por un colectivo feminista Las Tesis, de Valparaíso, Chile; la cual fue replicada en varias ciudades del mundo, como un himno de la lucha feminista.
«El pueblo unido», de Quilapayún
«Para que nunca más», de Sol y Lluvia.
«Los Momentos», de Eduardo Gatti.
Sin la música, la vida sería un error, y más aún la educación.
Las calles hablan y no hay revolución sin canciones.
1 Grupo Dos es el seudónimo de la autora, quien nació en la ciudad de Calama, situada en el Norte Grande de Chile, el sector más árido del mundo. Creció entre el altiplano y cerros, en un territorio sumergido en la explotación minera, actividad que en aras del llamado progreso, ha ido deteriorando el medio ambiente, usurpando el agua del río Loa y las cuencas subterráneas. Por esto, desde muy pequeña, es una persona consciente del impacto de la megas industrias, haciéndola tomar una postura anticapitalista debido a las consecuencias de vivir en una zona de sacrificios; por ende, esto ha sido lo que la ha hecho estar, desde sus comienzos, luchando por la liberación y la autodeterminación de los territorios que viven bajo el yugo de este sistema capitalista.
Grupo Dos pertenece a diversas agrupaciones musicales tales como «Lakitas Paqari Warmi» y «Pacha Kusi» las cuales la han hecho apreciar la cosmovisión andina en todos sus aspectos. También forma parte de «La critikarte», que es un colectivo musical que busca componer música social de carácter crítico ante el sistema, creando así intervenciones callejeras en espacios donde se tensiona esta forma de vida neoliberal.
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