Bases del entrenamiento deportivo. Tsvetan Zhelyazkov

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Bases del entrenamiento deportivo - Tsvetan Zhelyazkov Entrenamiento Deportivo

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la influencia de los factores hereditarios.

      En el primer enfoque sirve como base para el pronóstico del grado de estabilidad de los índices, es decir, hasta qué punto son estables las características humanas durante el proceso de desarrollo en la edad infantil y adolescente. Si son relativamente estables, el desarrollo puede pronosticarse; si son fuertemente variables, la selección es imposible, tendrá un carácter accidental.

      Uno de los métodos más eficientes para estudiar la estabilidad de los índices es su examen longitudinal con una posterior determinación de las correlaciones (grado de dependencia) entre los valores infantiles y los definitivos de dichos índices. El propósito del investigador aquí es hallar el grado de condicionamiento genético de los factores y cualidades más importantes que determinan el talento deportivo, así como las tendencias de su desarrollo en la dirección deseada. Así, por ejemplo, de la fig. 2.3 se deduce que los valores definitivos de la estatura podrán preverse satisfactoriamente sobre la base de sus valores juveniles. Es interesante señalar que la fiabilidad del pronóstico disminuye considerablemente en la pubertad tanto para las niñas como para los niños (Popov Iv., 1993; fig. 2.4). Las mismas investigaciones nos muestran que el pronóstico es suficientemente fiable también en cuanto a la longitud de las piernas para ambos sexos desde los 4-5 años (fig. 2.5). En lo que se refiere a ciertas habilidades motrices (por ejemplo la velocidad) se pueden hacer pronósticos satisfactorios apenas después de los 8-9 años para las niñas y los 11-12 años para los niños (fig. 2.6). Se conoce también una serie de estudios sobre la estabilidad de los índices que caracterizan la capacidad laboral física del hombre. Según los datos de Ulbrich J. (1971), las frecuencias del pulso es un índice suficientemente pronosticable aún a los 11-12 años de edad (en la pubertad a los 13-15 años de edad su fiabilidad disminuye). Esto se puede ver claramente en la tabla 2.1, donde se han indicado los coeficientes de correlación (r) entre las frecuencias del pulso en estado estable para unas mismas personas examinadas a una edad diferente (n = 52, carga 60 W).

      Los métodos descritos para determinar la estabilidad de los indicios mediante la observación continua de unas mismas personas que se han sometido a pruebas son difíciles de aplicar por la inevitable fluctuación en dichos grupos y por otras razones de organización. Por otra parte, la selección deportiva manifiesta interés hacia los individuos especialmente dotados que raras veces se pueden encontrar desde el principio en semejantes contingentes. Por ello aumenta el interés hacia los otros dos métodos de pronosticar las capacidades deportivas:

      Fig. 2.3.Coeficientes de correlación entre los valores juveniles y los definitivos para la estatura en los chicos. 1 - Tuner D., (1968) 2 - Tudeman R., Snyder M., (1954) 3 - Shuttelworth F. (niños de Italia) 4 - Shuttelworth F. (niños de EE UU)

       Fig. 2.4. Correlaciones entre los valores juveniles y los definitivos para la estatura.

       Fig. 2.5. Correlaciones entre los valores juveniles y los definitivos para la longitud de las piernas.

       Fig. 2.6. Correlaciones entre los valores juveniles y los definitivos para las cualidades de velocidad.

      •longitudinales, es decir, continuas observaciones periódicas sobre los ganadores en las competiciones infantiles y de adolescentes;

      •estudio de los datos personales de los deportistas altamente cualificados y sobre todo sus resultados deportivos, así como otros índices en la edad infantil y adolescente.

      Si tomamos en consideración la dinámica de las correlaciones entre los resultados infantiles y los definitivos de los índices estudiados en el tiempo habrá que tener en cuenta que sobre los últimos (los definitivos) ejercen influencia factores tanto organizados como espontáneos. Éstos son: los factores demográficos, el medio social, las tradiciones deportivas en la familia, el grado de organización y continuidad del régimen de entrenamiento, y muchos otros. Tener en cuenta dichos factores al determinar los indicios más importantes (los dominantes) que definen el talento del deportista para una disciplina depotiva concreta es una condición obligatoria para establecer un pronóstico fiable de los resultados deportivos.

      El segundo enfoque de principio para pronosticar las capacidades deportivas comprende y examina la influencia de los factores hereditarios. Es sumamente importante para la selección de talentos y el pronóstico de los rendimientos individuales en el deporte en qué grado las capacidades deportivas son hereditarias.

Edad (años)Coeficiente de correlación ( r )
11 – 120,619
12 – 130,634
13 – 140,457
14 – 150,580
15 – 160,458
16 – 170,737
17 – 180,758

      Es sabido que, en relación con la mayor parte de los indicios morfológicos como la estatura, el peso, las distintas proporciones estructurales, etc., la influencia de los factores genéticos está comprobada. Es considerablemente menos claro el problema de hasta qué grado se heredan las capacidades motrices (vegetativas). Con este propósito se emplean distintos métodos, que tienen cada uno sus ventajas e inconvenientes:

      •Estudiar el factor genealógico, es decir, hasta qué grado los hijos de los padres dotados de talento deportivo se convierten también en deportistas célebres. Para eliminar uno de los principales defectos de este método (la influencia del ambiente familiar), se necesita un considerable material estadístico. Sobre esta base varios autores (Grebe H., 1956, 1960; Gedda L., 1960, y otros) han comprobado que aproximadamente en el 50% de los hijos de grandes deportistas se puede esperar importantes facultades deportivas (no es obligatorio que sea en el mismo deporte que los padres).

      •Investigar los vínculos estadísticos entre las posibilidades motrices de los padres y de los hijos a una misma edad con los mismos tests. Así, por ejemplo, Cratty B. (1960) establece (a base de un sólido material documental) que el coeficiente de correlación entre padres e hijos en carrera plana de 100 yardas es alto, 0,49, y para el salto de longitud sin aceleración es muy alto, 0,80, mientras que para el lanzamiento de bola y salto de apoyo las correlaciones son aproximadamente cero. De aquí se puede deducir la conclusión cautelosa de cierta predisposición hereditaria hacia un determinado tipo de ejercicios físicos.

      •Examinar la compatibilidad (la concordancia) en las posibilidades motrices, los índices fisiológicos y otros componentes de la motricidad en los gemelos. La fiabilidad de este método está condicionada por el hecho de que los gemelos monocigotos son hereditariamente idénticos; en cambio, los gemelos dicigotos son distintos. En este caso, establecer la coincidencia (concordancia) o la no coincidencia (discordancia) en relación con unos u otros indicios en los gemelos monocigotos y en los gemelos dicigotos es un criterio sumamente informativo para determinar el grado de su condicionamiento hereditario. Al estudiar 351

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