Pack Bianca y Deseo marzo 2021. Varias Autoras
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Se volvió para mirar a Ethan.
–¿Qué es lo que está pasando?
–Lo que está pasando es que Grady cree que tú eres su nieta –le respondió Ethan mientras le apretaba el codo con la mano y le suplicaba con la mirada que le siguiera la corriente–. Le he explicado cómo te localizó Paul a través de una de esas empresas de análisis genéticos. Hace mucho que el sueño de Grady es volver a reunirte con tu familia. Y ahora aquí estás.
Lia se quedó sin palabras. La posición en la que Ethan la había colocado era insostenible. Sin embargo, ver la alegría en los ojos del anciano la empujó a morderse la lengua. Aquello no podía estar ocurriendo. Tenía que decir la verdad. Ella no era la hija de Ava Watts. Afirmar que lo era solo podía ocasionarle problemas.
–Tenemos que hablar sobre esto –le susurró a Ethan en voz baja. Entonces, colocó la mano sobre el hombro de Grady–. Volvemos enseguida.
Lia salió rápidamente al pasillo, seguida de Ethan.
–¿Has perdido la cabeza? ¿Cómo has podido decirle que soy su nieta? –le espetó en cuanto se aseguró de que estaban solos–. Y encima metes a Paul en todo esto. Se va a poner furioso…
–Grady ha llegado él solo a esa conclusión –le explicó Ethan–. Y la razón por la que he metido a Paul en esto es para ayudar a reparar la tensa relación que hay entre Grady y él.
–Tu hermano jamás va a seguirte la corriente en esto.
–Lo hará cuando vea el modo en el que Grady se está recuperando. De la noche a la mañana, sus posibilidades de recuperación han cambiado y solo porque cree que tú eres su nieta. Reunirse con ella era su mayor deseo y ahora tiene una razón para vivir.
–Pero yo no soy su nieta. ¿Por qué piensa que lo soy? Yo no me parezco a ningún miembro de vuestra familia –protestó, aunque sintió que se le encogía el corazón al pensar que Ethan pudiera sentirse incómodo por sus palabras.
–Podrías ser la hija de Ava –dijo Ethan levantando las manos con gesto suplicante–. Llevamos años tratando de encontrarla sin suerte alguna. Ya te dije que, después de que mi tía muriera, su hija fue adoptada y los registros fueron sellados. Creer que tú eres ella le ha dado a mi abuelo una razón para seguir adelante. ¿De verdad quieres volver a entrar ahí y romperle el corazón? Ha estado muy deprimido desde el ictus. En menos de una semana, lo ha devuelto de las puertas de la muerte.
Lia cerró los ojos y se pasó algunos segundos escuchando los latidos de su corazón. Aquello no podía estar ocurriéndole, pero así era.
–No puedo hacerlo.
Además de estar mal, aunque accediera temporalmente a hacerse pasar por la nieta de Grady Watts, estaba segura de que Paul no le permitiría hacerse pasar por la hija de Ava.
–Claro que puedes. Te dedicas a hacer que la gente se sienta mejor.
–Sí, pero no de este modo –protestó Lia–. Y no quiero mentir a tu familia.
–Lo comprendo, pero a ellos no se les da bien mantener secretos. Nunca hemos podido dar una fiesta sorpresa o algo parecido sin que alguien de la familia se enterara. Para que esto funcione, tenemos que ocultarles la verdad para no correr el riesgo de que alguien se vaya de la lengua y te delate.
–¿Y Paul? –le preguntó–. Estoy segura de que ya ha indagado sobre mí lo suficiente como para saber que yo no soy vuestra prima.
–Deja que sea yo quien se ocupe de mi hermano.
–Maldita sea, Ethan –susurró ella mientras se secaba las palmas de las manos sobre los pantalones–. No puedes engañar a tu abuelo de esta manera.
–Puedo si eso significa que Grady sigue con vida…
–Pero es mentira –insistió Lia, pero sintió que su determinación perdía peso bajo el entusiasmo de Ethan–. Es una mentira muy grande y muy peligrosa. Además, ya sabes que yo no pensaba quedarme mucho más tiempo en Charleston. Misty está arreglada y casi he ahorrado lo suficiente como para reparar mi furgoneta –añadió. Aunque era cierto, Lia no tenía lo suficiente para comprar un vehículo fiable–. Ya va siendo hora de que me marche de aquí.
–Tan solo tienes que quedarte un par de semanas hasta que Grady esté completamente recuperado. Entonces, podremos decirle que los del laboratorio de ADN cometieron un terrible error… lo he pensado todo mucho y sé que todo saldrá bien.
Si Lia no le hubiera tomado mucho aprecio a Ethan desde que empezó a darle masajes hacía seis meses, jamás le habría ayudado y mucho menos hubiera considerado un plan tan descabellado, pero el dolor que Ethan sentía por la enfermedad de su abuelo le había llegado al corazón. Además, Ethan conseguía que todo sonara tan razonable… Un par de semanas y luego podría marcharse de allí. ¿Qué importaba unas cuantas mentiras más encima de las que ya estaba contando?
–Pero yo estaría mintiendo no solo a Grady, sino a toda tu familia. Es una crueldad hacerles algo así.
–Lo he pensado mucho también, pero, si lo hacemos bien, se pondrán tan contentos de que Grady vuelva a estar recuperado que eso hará que la desilusión de que tú no seas nuestra pariente sea más fácil de soportar.
Ethan le agarró las manos y la envolvió con una oleada de su carisma.
Lia estaba pensando cómo poder negarse cuando las puertas del ascensor se abrieron y salió una esbelta mujer con un elegante traje color pistacho. Su expresión se iluminó al verlos.
–Ethan –dijo mientras se dirigía hacia ellos–. Me alegro de verte aquí.
–Hola, mamá –respondió él mientras inclinaba la cabeza para besarle en la mejilla–. Esta es Lia.
Constance Watts era la perfecta matriarca del sur, con su cabello rubio bien peinado y un delicado hilo de perlas. Observó con avidez los vaqueros y la camiseta barata que Lia llevaba puesta y esta se preparó para la censura. Sin embargo, Constance se limitó a sonreír afectuosamente.
–Ethan me ha hablado de ti –dijo, con su cautivador acento sureño lleno de emoción.
–¿Sí?
–Por supuesto. Me dijo que Paul te encontró a través de un servicio de pruebas genéticas.
–En realidad, yo…
–Está abrumada –le interrumpió Ethan apretándole el brazo con la mano y apretándole suavemente–. ¿Quién puede culparla? Encontrar por fin a su verdadera familia después de tantos años es un acontecimiento muy especial.
Entre la necesidad de Ethan y la alegría de su madre, Lia se sintió como si estuviera atrapada en arenas movedizas. Sin poder evitarlo, comenzó a asentir.
–La hija de Ava está por fin en casa –murmuró Constance mientras daba un paso al frente para abrazar a Lia–. Vas a hacer tan feliz a Grady…
Capítulo Tres
Paul estaba atravesando el vestíbulo del hotel de camino a la primera ponencia cuando su teléfono